La Justicia convalidó la detención de Chocolate Rigau, el secuestro de su celular y la investigación sobre las irregularidades en la Legislatura bonaerense
Lo hizo la Cámara de Apelaciones de La Plata, que rechazó el pedido para anular la detención del puntero del PJ y el peritaje realizado sobre su teléfono donde se hallaron evidencias determinantes
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La Cámara de Apelaciones de La Plata convalidó la detención del puntero del PJ Julio “Chocolate” Rigau, preso cuando retiraba dinero de un cajero con 49 tarjetas de débito de supuestos empleados de la Cámara de Diputados bonaerense. El tribunal también validó el secuestro de su teléfono celular donde fue encontrada evidencia clave que permitió detener a un concejal del massismo Facundo Albini y a su padre Claudio, acusados de estar vinculados con la maniobra.
El fallo es de los jueces Ernesto Ferreira, Fernando Mateos y Miriam Ermili, que dispusieron declarar mal concedido el recurso de apelación de los defensores de Rigau, Alfredo Julio María Gascón, Miguel Ángel Molina y Alfredo M. Gascón, contra el fallo que no hizo lugar a la nulidad del acta inicial del caso. Tampoco hizo lugar a la nulidad del secuestro del celular del puntero del PJ.
Los chats en ese teléfono revelan que había empleados de la Legislatura bonaerense que no sabían ni lo que cobraban ni el trabajo que desempeñaban y que el dinero debía ser rendido sin faltantes a Claudio Albini. En uno de los casos, además, un supuesto empleado le reclamaba a Rigau que lo dieran de baja en la Cámara de Diputados porque tener un empleo en blanco le impedía cobrar las asignaciones sociales.
De esas conversaciones, a las que accedió LA NACION, surge que Rigau cobraba 200.000 pesos por mes para ocuparse de la recaudación de casi medio centenar de empleados ñoquis, dejarles parte del dinero a ellos y el resto “rendirlo” al massista Claudio Albini.
Su última conversación con Albini en el teléfono secuestrado fue el 28 de agosto pasado. Rigau cayó preso por primera vez el 9 de septiembre. Fue luego liberado porque anularon la causa en su contra, en un fallo exprés duramente cuestionado y luego invalidado. Cuando ese fallo fue revocado, el puntero peronista volvió a la cárcel.
Las conversaciones son la evidencia a partir de la cual la fiscal Betina Lacki sustentó la acusación contra Claudio Albini como presunto jefe de una asociación ilícita. Y también sobre las que se apoyan las acusaciones contra su hijo, Facundo Albini, Rigau y los dueños de las tarjetas de débito como integrantes de esa asociación ilícita.
Los problemas entre Chocolate Rigau y Facundo Albini aparecen en los mensajes, porque el sistema de recaudación de los sueldos de los supuestos empleados estaba teniendo algunos inconvenientes, según fuentes de la investigación. En particular, los chats entre Rigau y los empleados a los que les cobraba el sueldo revelan que a algunos les habían embargado parte del dinero, por lo que no podía hacer el aporte completo a la política, y otros habían usado parte de la plata depositada en la cuenta para sus gastos.
De hecho, era el propio Claudio Albini, como subdirector de Personal de la Legislatura, el que recibía las tarjetas del Banco Provincia, según documentos a los que accedió LA NACION donde aparece su firma.
Los Albini, padre e hijo, están detenidos al igual que Rigau mientras se investiga el mecanismo de recaudación y el destino de los fondos de las tarjetas de débito: si eran parte de un engranaje mayor de financiamiento de la política o un negocio limitado a estos dirigentes, que nombraban personas para quedarse con sus sueldos a cambio de que ellos recibieran la obra social y aportes.