El detenido por atacar a Cristina Kirchner se negó a declarar e investigan si actuó con otros cómplices
La jueza y el fiscal interrogaron a Fernando Sabag Montiel en su lugar de detención en Palermo; el brasileño tuvo expresiones racistas y reconoció el arma como suya
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Fernando Sabag Montiel, detenido tras intentar disparar con un arma a la vicepresidenta Cristina Kirchner, se negó a declarar ante la Justicia sobre el intento de asesinato.
La jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo buscan determinar si Sabag Montiel actuó solo o si es parte de una conspiración, por lo que los investigadores analizan las cámaras de seguridad para reconstruir el recorrido que hizo el detenido, su teléfono celular y sus artefactos electrónicos. Por ahora toda la evidencia recolectada señala que actuó solo, dijo a LA NACION una fuente de la investigación. Todavía restan realizar muchas medidas de prueba.
Asimismo, los investigadores judiciales pusieron en la mira a los integrantes de la custodia de la vicepresidenta, que actuaron de manera negligente, sin evitar que el atacante armado se acercara Cristina Kirchner y sin evacuarla de inmediato.
La indagatoria fue tomada por la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo que se trasladaron a las 19 desde los tribunales de Comodoro Py 2002 hasta la sede del cuerpo de Policía Montada, de la Policía Federal, en la calle Cavia y Figueroa Alcorta en Palermo, donde está el preso. Los funcionarios judiciales optaron por trasladarse ellos, en lugar de trasladar al detenido por razones de seguridad.
Sabag Montiel, asistido por el defensor oficial Martín Hermida, reconoció ante la Justicia que la pistola calibre 32 que utilizó era suya. Dijo que se la había prestado un vecino. La Policía corroboró la información y determinó que la pistola pertenecía a una persona que falleció hacía dos años. la pistola tenía parte de la numeración limada y parcialmente conservaba el número 025.
Los peritajes realizados sobre el arma determinaron que funcionaba correctamente y -según dijeron fuentes del caso a LA NACION- había sido disparada recientemente, como si el sospechoso hubiera realizado algunas pruebas o practicado antes de intentar cometer el asesinato.
Sabag Montiel declaró luego de atravesar tres pericias psicológicas: primero lo revisó un medico en el lugar de detención y allí estableció que estaba en tiempo y espacio; luego durante la madrugada, recibió la visita de un perfilador de la Policía Federal y hoy fue revisado por un perito del Cuerpo Médico forense dependiente de la Corte Suprema de Justicia.
Los estudios determinaron que tiene una estructura de personalidad manipuladora y con expresiones que por momentos parecen ser delirantes, pero que de inmediato se referencian con cosas y acciones concretas, dijo a LA NACION un investigador del caso.
Relataron las fuentes que Sabag Montiel quiso dejar en claro ante la jueza y el fiscal que había recibido golpes en la cara al momento de su detención. Dijo que no había sido la policía sino que habían sido esos “negros” que le pegaron cuando evitaron que huyera. Tiene un perfil racista y en algunas expresiones llamó la atención de los que lo escuchaban cuando habló por ejemplo de “sumisión”.
No realizó expresiones políticas en su declaración y cuando el relato avanzó hacia el momento en que sacó el arma frente a Cristina Kirchner dijo que se iba a negar a declarar y que ya iba a hacerlo mas adelante cuando pudiera ver todas las evidencias.
Sabag Montiel está acusado del delito de tentativa homicidio, que podría ser calificado, por lo que en caso de ser condenado se expone a una pena de 23 años de prisión, casi la pena máxima de 25 años para el homicidio simple, en caso de que fuera consumado.
Los investigadores explicaron que además del arma Bersa calibre .32, se encontraron en la casa del detenido dos cajas de 50 balas Magnatech cada una del mismo calibre 32 auto (7,65mm). Al comienzo la policía había informado que eran calibre 9 milímetros, pero luego las fuentes rectificaron la información.
Este hallazgo mas el reconocimiento que hizo del arma como el hecho de que apareció filmado en video en el momento del ataque, hizo decir a una fuente policial que quedó probada, sin lugar a dudas, la responsabilidad del detenido en el hecho.
Un elemento más reforzó esa convicción: en el video se ve que cuando el atacante empuña la pistola y dispara, lo hace con la mano izquierda, la misma que utilizó cuando firmó el acta al concluir anoche su declaración indagatoria.
La policía secuestró en ese allanamiento en la casa del detenido un teléfono celular Samsung modelo A 13, del detenido, pero aún no pudo abrirlo, con los sistemas que están en poder de las autoridades, por lo que se buscará otro mecanismo mañana para acceder a la información que guarda el aparato en su interior.
La jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo estuvieron desde temprano en los tribunales, tomando declaraciones a más de 24 personas que estaban en Uruguay y Juncal anoche cuando se produjo el atentado contra la vicepresidenta, recibieron los informes policiales sobre los resultados de los allanamientos realizados en la casa de Sabag Montial y dispusieron nuevas medidas de prueba.
La causa ya reunió 10 cuerpos de expediente, de unas 200 hojas cada uno, donde están reunidas las actas de los allanamientos, y de las declaraciones.
Entre los peritajes que se están realizando están los análisis de las cámaras de seguridad de lo sucedido en inmediaciones de la casa de la vicepresidenta para reconstruir mediante imágenes el recorrido del sospechoso hasta que llegó a Recoleta. Se busca establecer si fue en transporte público, o en vehículo, solo o acompañado en busca de pistas para determinar si actuó con algún cómplice o si es parte de una conspiración mayor.
Sabag Montiel reconoció que es dueño de varios vehículos con los que dijo que se dedica a realizar trabajos como remisero,
Capuchetti y Rívolo estuvieron por la mañana en el departamento de la vicepresidenta y le tomaron declaración testimonial alrededor de las 11. Cristina Kirchner estaba tranquila y si bien no trascendieron los detalles de lo que declaró, las fuentes destacaron que hubo buen clima. La vicepresidenta estaba urgida por declarar el viernes mismo. Por la tarde dejó el departamento.
Si se supo que en relato, Cristina Kirchner dijo a los investigadores que no se había dado cuenta de que alguien había intentado dispararle, y que recién lo advirtió más tarde cuando ingresó a su casa. En las imágenes se la ve, justo en el momento del disparo fallido, como se agacha para recoger un libro que se había caído al asfalto y que luego se incorporaba tomándose la cabeza.
La responsabilidad de los policías que custodian a Cristina Kirchner también está bajo investigación, aunque por ahora el único imputado es el brasileño Sabag Montiel, dijeron fuentes judiciales, que no dieron más detalles.
Tras tomarle declaración a la vicepresidenta, Capuchetti y Rívolo volvieron cerca del mediodía a los tribunales de Comodoro Py, desde donde dirigen la investigación. “La víctima declaró”, informó la jueza antes de entrar a su despacho, en el tercer piso de los tribunales de Retiro.
En las primeras horas de la mañana, según reconstruyó LA NACION, el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, y el jefe de la custodia de Cristina Kirchner, el policía federal Diego Carbone, estuvieron en Comodoro Py. Mena, funcionario de extrema confianza de la vicepresidenta, estuvo más de dos horas en los tribunales y habló con Capuchetti sobre la investigación. Después, Mena acompañó a Cristina Kirchner en su departamento.
Especialistas de la Policía Federal analizaron el arma usada por Sapag, de la que no salió el tiro cuando gatilló. Los expertos dijeron que la pistola Bersa calibre .32 estaba apta para el disparo, que tenía cinco balas en el cargador y que ninguna estaba alojada en la recámara. Si el atacante no coloca la primera bala en la recámara, montando la corredora hacia atrás, las balas no salen del cañón, por más que apriete el gatillo.
Ayer declararon como testigos miembros de la Policía Federal, la fuerza que tiene a su cargo la custodia de la vicepresidenta, y ocho civiles, que son militantes que estaban en la esquina de Juncal y Uruguay cuando Sabag Montiel le apuntó con un arma a la vicepresidenta.
Tal como informó LA NACION, la PFA secuestró en el domicilio de Sabag 100 balas, una notebook, documentación, y entre otras cosas un certificado de discapacidad. Sabag Montiel es brasileño, tiene 35 años, nacionalizado argentino y está en el país desde hace años.
Hasta su detención, Sabag Montiel vivía en un monoambiente de la calle Uriburu 727/729, de Villa Zagala, en la localidad de San Martin, en la provincia de Buenos Aires.
El Presidente dijo ayer que cuando se enteró de quién era la jueza que investigaba el hecho se comunicó con ella para pedirle “que esclareciera rápidamente las responsabilidades y los hechos”. “También le he solicitado -relató- que asegure la vida del acusado.”
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