La jueza Figueroa comunicó a sus colegas que se queda por ahora en la Cámara de Casación, pero no firmará sentencias ni decisiones administrativas
Apeló a un reglamento caduco que prevé que el Senado puede aprobar nuevamente su pliego antes de fin del año parlamentario; esto es porque mañana cumple 75 años y debe dejar la magistratura
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La jueza de la Cámara de Casación Ana María Figueroa, que mañana cumple 75 años, fecha límite para seguir en la magistratura, le comunicó a su colegas que seguirá en la Cámara como magistrada, a la expectativa de que el Senado le dé acuerdo, al menos hasta fin de noviembre, aunque “por prudencia” les dijo que no firmará sentencias ni decisiones administrativas, que pueden ser objeto de impugnaciones.
La magistrada espera que el Senado le dé un nuevo acuerdo que le permita seguir en el cargo cinco años mas. Pero el oficialismo viene fracasando en convocar a una sesión para votar el acuerdo porque no cuenta con los votos propios y la oposición no está dispuesta a revalidar la continuidad de la jueza, mas cerca del kirchnerismo.
Por eso Figueroa echó mano de una reglamentación que ya caducó que realizó en 2017 el Consejo de la Magistratura para los casos de los jueces que llegan a los 75 años. Ese reglamento firmado por el pleno del Consejo cuando lo presidía el abogado radical Miguel Piedecasas dice que los jueces al cumplir los 75 años, si es que tienen solitado acuerdo al Senado, pueden seguir “provisoriamente” en sus funciones hasta que les den acuerdo, siempre y cuando sea en este año parlamentario. El pedido de acuerdo caduca vencido el año parlamentario.
El inciso d de la parte resolutiva resolución 521 de 2017 del Conejo señala que deben apartarse los jueces que cumplan 75 años excepto que “posean pedido de acuerdo por parte del Poder Ejecutivo Nacional para renovar su designación, en cuyo caso continuarán provisoriamente en el cargo hasta tanto se dicte decreto en tal sentido o se rechace el pedido de acuerdo, siempre que ello suceda antes de la fecha de cierre de sesiones ordinarias del Honorable Senado de la Nación correspondiente al año siguiente al envío del pedido de acuerdo, momento en el que caducará el nombramiento”. Es el inciso en que se ampara Figueroa.
Aplicado a Figueroa, puede seguir siendo jueza “provisoriamente” hasta noviembre o hasta que le den acuerdo. Y si no lo logra, entonces debe dejar su cargo.
Sin embargo, hay un dato que Figueroa omitió. Esta resolución 521 de 2017 fue modifcada por otra, la 511 de 2018, que señala que la anterior solo se aplica a los jueces que estaban en ese momento en riesgo por haber llegado a la edad de 75 años y que habían sido notificados, pero no para el resto de los magistrados, para los que cabe la resolución del Ministerio de Justicia que los jubila a los 75 años, sin es que no les dieron acuerdo para la fecha de cumpleaños, o si se los negaron expresamente.
Cuando los jueces colegas de Figueroa en la reunión de Superintendencia de esta mañana escucharon esta situación, le dijeron que no compartían esta interpretación, ya que consideraban que el cese como juez se daba al cumplir la edad, como lo manda la Constitución.
A pesar de los sandwichitos de miga que animaron la reunión, no hubo sonrisas, mas bien severidad en los modos en que le hicieron saber a la jueza que escuchaban su decisión, mas no la avalaban, ni mucho menos. Claro que son colegas y no pueden decidir sobre si la jueza cumple o no con la condiciones para seguir en el tribunal.
Sin considerar que hubo otros magistrados de la justicia federal, que alarmados ante la noticia de que la jueza seguía en funciones, pero sin firmar nada, se preguntaron con incredulidad ante la consulta de LA NACION como era posible que Figueroa siguiera cobrando el sueldo si decidió apartarse del ejercicio de las tareas que le competen a su función.
El caso es sensible porque Figueroa tiene a la firma del sentencia del caso Hotesur y Los Sauces contra Cristina Kirchner y del caso del memorándum con Irán. La jueza dijo hoy a sus colegas de la Sala I del tribunal que dejará firmados los votos de sus causas.
Es de suponer que la decisión de la magistrada puede demorar la firma de las sentencias que no se conozcan en las próximas horas, antes de que cumpla 75 años.
Las expresiones de Figueroa se hicieron en la reunión de superintendencia de jueces de Casación donde participaron los presidentes de cada sala: Daniel Petrone, Guillermo Yacobucci, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos.
Como Figueroa es presidenta de la Cámara de Casación, decidió por “prudencia” dar un paso al costado, dado que no firmará decisiones administrativas, ante la eventualidad de que sean impugnadas. Por eso es que se decidió que asuma en tanto interinamente el juez Borinsky como presidente de la Casación.
Esta decisión se tompo considerando que se estaba ante una situación de “acefalía” de la presidencia, por lo que era necesario que asuma el vicepresidente de la Cámara para la firma de las cuestiones relacionadas con la administración del tribunal y las subrogancias.
La jueza entendió que era lo mas prudente que se apartara de la presidencia y de la firma de sentencias desde mañana en adelante. El clima fue complicado ante “una situación jurídica compleja”, según describieron en la Cámara.
Hubo sandwiches de miga de pan negro y jamón crudo en la reunión de jueces, pero no hubo celebración ni despedida de la magistrada, que quedó a la expectativa.
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