La izquierda demandó un paro de 36 horas
Cuestionó a la CGT y a la CTA por la falta de nuevas acciones, luego de la huelga de abril
Con el reclamo de un nuevo paro, de 36 horas, sindicalistas combativos y partidos de izquierda colmaron la Plaza de Mayo y plantaron su desafío a las centrales gremiales. También pusieron en escena las diferencias que mantienen sobre la acción sindical y política.
A las 3 de la tarde, los militantes comenzaron a congregarse en los distintos puntos de encuentro para converger en la plaza, donde montaron un escenario en el que, con tiempos cronometrados, tomaron la palabra más de una docena de dirigentes.
Entre los representantes del sindicalismo combativo se repitieron consignas contra la dirigencia de las centrales sindicales y el desafío de crecer en el frente gremial. La técnica reincorporada del Indec Marcela Almeida (Izquierda Socialista) dijo que "el Estado es el principal empleador en negro y eso impide que se denuncien la barbaridades y los aprietes del Gobierno y las patotas como la de [Guillermo] Moreno".
La secretaria general del Suteba Matanza, Romina del Plá (Partido Obrero), celebró la intervención de la izquierda en los conflictos docentes en Buenos Aires y en Salta. A su turno, el metrodelegado Claudio Dellecarbonara (Partido de los Trabajadores Socialistas) señaló que el desafío de la izquierda es "recuperar los sindicatos con conducciones clasistas" y reivindicar "los métodos históricos de la clase obrera internacional".
Carlos "Perro" Santillán, de los municipales jujeños, pidió pasar de "la unidad de acción en las luchas" a la "unidad organizativa" y contó: "Con siete meses dirigiendo el sindicato, ya toda nuestra dirigencia está con procesos judiciales". También denunció el uso de la Tupac Amaru, de Milagro Sala, como un "grupo de choque". Es una "nueva forma de persecución a los luchadores", dijo.
El histórico dirigente jujeño está en el centro de la polémica que separa al PO de sus socios en el Frente de Izquierda por la creación del Encuentro Sindical Combativo. Rubén Sobrero (Izquierda Socialista), secretario general de la seccional oeste de la Unión Ferroviaria, reivindicó esa iniciativa y dijo que "en estos momentos se necesita más que nunca la unidad". Y criticó las "marchitas" convocadas por la CTA y la CGT al pedir una nueva huelga. Un punto en el que todos coincidieron.
Por su parte, en el discurso de cierre, Jorge Altamira (PO) defendió la postura de su partido para alinear al trabajo sindical con el Frente de Izquierda como "polo político de los trabajadores". También criticó a la conducción de la CGT opositora, a la que calificó como "sindicalismo empresario que busca un contrato de recolección de basura y no piensa en continuar con un plan de lucha". Desde su perspectiva, el desafío es superar al peronismo con "un movimiento de lucha de clase, de independencia de clase y socialista".
Altamira fue precedido en el cierre político del acto por Nicolás del Caño y Juan Carlos Giordano, del PTS e Izquierda Socialista, respectivamente. Por el Nuevo MAS, Héctor "Chino" Heberling pidió "más apertura del Frente de Izquierda" (que su partido no integra) y convocó a un "debate estratégico" para que los "revolucionarios" sean una verdadera "fuerza histórica".
Sin invitación para la manifestación en Plaza de Mayo, el MST-Nueva Izquierda realizó su propio acto frente al Congreso, con la CCC y la CTA Capital. Pidieron más unidad y propusieron hacer una interna abierta de la izquierda en 2015.
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