La izquierda busca aprovechar el mal momento del peronismo y se mete en el debate por las PASO
Los partidos que conforman el Frente de Izquierda-Unidad están lejos de disimular las discusiones internas; proyectan usufructuar el malestar del progresismo con el Frente de Todos
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La izquierda comienza a mover las fichas de cara a las elecciones presidenciales de 2023. El reciente conflicto del Sindicato del Neumático (Sutna), que tuvo en vilo al país durante semanas, reavivó las expectativas de los dirigentes del Frente de Izquierda-Unidad (FIT-U), quienes aspiran a reeditar la performance de las legislativas de 2021, cuando la alianza conformada por el Partido Obrero (PO), el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) e Izquierda Socialista (IS) logró resultados históricos en varios distritos del conurbano bonaerense.
Sin embargo, por más que se esfuercen por asegurar que el futuro de la coalición surgida en 2011 no corre peligro, cada una de las fuerzas que la integran lejos está de esconder las discusiones que existen puertas adentro del espacio. Todas delinean en el horizonte sus propias estrategias con vistas a la disputa electoral del próximo año.
“La izquierda tiene ante sí la oportunidad de conquistar a la mayoría popular que históricamente siguió al peronismo, empezando por los trabajadores y los sectores populares de las barriadas más empobrecidas”, se entusiasma, en diálogo con LA NACION, el legislador porteño y líder del PO, Gabriel Solano, cuyo partido protagonizó este sábado un acto en Plaza de Mayo bajo las consignas “fuera los políticos capitalistas” y “por un movimiento popular con banderas socialistas”.
En un contexto de conflictividad callejera y negociaciones paritarias que se calientan al compás de la inflación, Solano considera fundamental abrir un debate “sobre qué izquierda necesita la Argentina”. En ese sentido, destaca la preeminencia de “dos posiciones” al interior del FIT-U. Por un lado, se encontraría la representada por el PO, enfocada en “desarrollar una alternativa popular para enfrentar al Gobierno”. Y, por el otro, según el propio dirigente trotskista, la encarnada por el PTS, que “le da la espalda a las verdaderas preocupaciones de los trabajadores” y no estaría exenta de “guiños al kirchnerismo”.
Sucede que esa fuerza política, que cuenta con los diputados nacionales Myriam Bregman y Nicolás Del Caño entre sus principales referentes, decidió lanzar su fórmula de precandidatos a la presidencia con más de un año de anticipación, algo que fue tildado de “inoportuno” por sus aliados del frente. En tanto, en agosto pasado levantaron polvareda en la opinión pública las críticas del PTS al pedido de prisión para Cristina Kirchner en la causa Vialidad, definido por Bregman como una “persecución política” en contra de la vicepresidenta.
“Ya podemos sacar un balance: las candidaturas de Bregman y Del Caño no han jugado ningún papel en la política nacional. En cambio, las luchas impulsadas por el PO cambiaron en buena medida el escenario político abriendo el camino al triunfo de reclamos populares”, desafía Solano, en clara alusión a las repercusiones que tuvo el significativo aumento salarial alcanzado este mes por el Sindicato del Neumático. Sin ir más lejos su titular, el gremialista Alejandro Crespo, será uno de los oradores en el acto partidario que tendrá lugar mañana en el centro porteño.
Por su parte, ante la consulta de LA NACION, desde el PTS le bajan el tono a la discusión interna y, en un gesto de unidad, se encargan de reivindicar “la lucha y el triunfo de los trabajadores del neumático”. “Marcan el camino”, asegura el sociólogo y exlegislador Christian “Chipi” Castillo. Y añade: “Nuestro partido, como parte del FIT-U, es parte indivisible de esas luchas, el único camino para recuperar el salario, eliminar la precarización laboral e imponer un plan económico al servicio de las necesidades populares”.
De acuerdo a Castillo, “las campañas electorales son una gran tribuna para amplificar la voz de la izquierda con esta orientación”. En esa línea, el PTS se prepara para realizar, del 11 al 13 de noviembre, un centenar de “asambleas abiertas” en “las barriadas obreras y populares de todo el país” con el fin de generar, según el dirigente, “un ámbito de debate y organización para construir un gran partido socialista de la clase trabajadora”.
“El gobierno peronista no sólo defraudó a sus millones de votantes que aspiraban recuperar el nivel de vida perdido durante el macrismo, sino que selló un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para pagar la fraudulenta deuda contraída por el gobierno de Cambiemos y profundizar el ajuste, como vimos en el presupuesto que se acaba de votar en Diputados”, agrega Castillo.
Las PASO en cuestión
Con más de 1,3 millones de votos a nivel nacional (5,91%), el FIT-U logró consolidarse como la tercera fuerza electoral en 2021 y hasta diciembre del año que viene contará con un bloque de cuatro diputados en la Cámara baja del Congreso. Un número de bancas que, desde su fundación en 2011, solo había ostentado entre 2015 y 2017.
Esa presencia legislativa no los deja ajenos al debate, que busca introducir un sector aliado al Frente de Todos, respecto de una posible derogación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). “El Gobierno está discutiendo una medida oportunista para cambiar las reglas de juego previo a una elección”, sostiene Solano, quien es enfático al momento de rechazar la iniciativa blandida por lo bajo por el kirchnerismo. “No apoyamos esto que se quieren realizar”, aseguró.
La izquierda siempre fue crítica del carácter “proscriptivo” de las PASO, que desde su creación impusieron un umbral mínimo del 1,5% de los votos para competir en las elecciones generales. No obstante, paradójicamente, fue gracias a ese instrumento que su relativa unidad pudo tomar forma. Más que por amor, el Frente de Izquierda nació hace más de 10 años por el espanto de los partidos que hoy lo integran a quedar afuera del juego electoral.
“Es importante que la izquierda se fortalezca. Y aunque apostamos siempre hasta último momento a la unidad, no descartamos que haya internas al servicio de ese objetivo”, sostiene en diálogo con LA NACION, Alejandro Bodart, dirigente nacional del MST, un partido que ya desafió al resto de los integrantes de la coalición al presentarse con lista propia en las primarias del año pasado.
De los 19 distritos donde el frente dirimió candidaturas, la boleta del partido liderado por Bodart logró la victoria en cuatro: Salta, San Juan, La Rioja y Entre Ríos. “Nosotros también tenemos nuestros candidatos para encabezar listas de diputados y concejales. Celeste Fierro, por ejemplo, es una excelente candidata para una fórmula presidencial”, señala el referente. Sin embargo, explica que la intención del MST no es discutir cargos, sino “modelos”. Y argumenta: “Al igual que el año pasado, queremos un FIT-U más abierto y más amplio, que responda a la realidad”.
“Nosotros siempre hemos estado en contra de las PASO, porque el Estado no se puede inmiscuir en la vida de los partidos y obligar a todos a participar”, continúa Bodart. Sin embargo, al igual que Solano, augura una “abstención” en caso de que prospere en el Congreso el proyecto de ley impulsado por el bloque Provincias Unidas, integrado por diputados cercanos a los gobernadores peronistas.
Es que en el MST aseguran contar con un “proyecto alternativo” para derogar definitivamente las PASO. En palabras de Bodart, la iniciativa está centrada en una reforma “integral” del sistema electoral, cuyo punto de partida sería la creación de “un distrito único para elegir diputados a nivel nacional“.
“Tenemos una serie de propuestas para poder realmente modernizar y democratizar este sistema. Por ejemplo, nunca se hizo la actualización a partir del censo, algo que daría muchos más diputados. Hoy la provincia de Buenos Aires está muy mal representada en relación al resto. Además, estamos a favor de discutir la eliminación del papel y de la boleta sábana, que es funcional a los punteros”, añade el dirigente.
En ese sentido, Bodart denuncia que la ley de primarias, tal y como existe hoy, tiene como objetivo “dejar afuera a las fuerzas emergentes, principalmente de la izquierda”. Es un claro guiño al Nuevo MAS de Manuela Castañeira y a Política Obrera, del histórico Jorge Altamira, dos fuerzas que no forman parte del FIT-U y que en 2021 no alcanzaron el piso mínimo que les hubiese permitido competir en las generales.
“Nosotros somos solidarios con todos aquellos partidos que no logran llegar, más allá de que también los llamamos a unirse para poder hacerlo”, apunta Bodart. Y finaliza con una reflexión: “Las PASO están hechas para que la vieja partidocracia termine siendo la que polariza la elección, aunque no les ha salido tan bien ya que el Frente de Izquierda ha logrado excelentes resultados”.
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