La intimidad de Javier Milei en la Casa Rosada: su primer contacto con el sillón de Rivadavia y el token que demoró todo
El Presidente recorrió por primera vez el ala presidencial de la Casa Rosada; tuvo visitas fuera de lo previsto en su despacho; hizo una ceremonia judía en el Hotel Libertador en la víspera de su jura; el rol de Karina, Caputo y el rabino
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Javier Milei no conocía los pasillos de la Casa Rosada este domingo, cuando se dirigió por primera vez al despacho presidencial del primer piso, arrastró el famoso “sillón de Rivadavia” y se desplomó encima. Captó ese momento Iñaki Gutiérrez, el joven influencer que lo sigue a sol y a sombra y registra imágenes para Tik Tok. El flamante Presidente se mantuvo exultante durante toda la jornada. Se quebró, sin embargo, cuando le tomó juramento a su hermana Karina como secretaria General de la Presidencia, en una ceremonia que, de forma inédita, se hizo a puertas cerradas. Ella, que a partir de ahora tendrá estatus de ministra, acompañó al jefe de Estado en todos sus traslados y en la intimidad del despacho presidencial. Los hermanos serán la máxima dupla de poder .
Milei había llegado caminando por Avenida de Mayo, saludando a sus seguidores. Un intento por transmitir que él solo se debe a quienes lo votaron y que no es parte de la “casta”, aunque esté con la banda presidencial colgada y toda la responsabilidad de conducir el país sobre sus hombros. .
Aunque Milei rompió varias tradiciones, en la casa de gobierno lo esperaba la burocracia. Milei tenía escrito su primer decreto de necesidad y urgencia (DNU), un archivo de 76 páginas de Word con la reestructuración del gabinete y la reducción de ministerios a la mitad. Pero todavía tenía que gestionar su firma digital, con token, para empezar a gestionar. Él y el resto de sus ministros -que se agolparon en la secretaría Legal y Técnica- perdieron un largo rato con ese trámite. Uno de ellos se olvidó el pendrive que necesita para suscribir los decretos y eso también generó demoras.
JURÓ KARINA MILEI, El JEFE ❤️ pic.twitter.com/JAVoejY5qc
— Eugenia Rolón (@EugeniaRolon_) December 10, 2023
Poco después de su arribo a la Casa Rosada, Milei encabezó el saludo a las delegaciones extranjeras. Luego, se recluyó por unos minutos en el despacho presidencial junto a Karina Milei. En ese momento, ingresaron para saludarlo el legislador porteño Ramiro Marra y el diputado bonaerense, Agustín Romo. En el aire se percibió una mezcla de emoción y tensión. Marra, coprotagonista de la aventura libertaria desde sus inicios, no asumirá con un cargo nacional y esa decisión generó fuerte impacto en La Libertad Avanza.
Las versiones que circularon en el espacio lo adjudican a los cortocircuitos que el excandidato a jefe de Gobierno porteño tuvo con Karina. Hoy, por caso, Marra no fue invitado a los palcos del Congreso para presenciar la jura de Milei. Él, no obstante, sostiene su relación de amistad con el Presidente. Así, durante la jornada, primero se mostró caminando con ropa informal entre los seguidores de Milei, y luego, sin previo aviso, se calzó un traje y entró a la Casa Rosada para saludar al líder libertario en su nuevo rol.
Mientras Marra y Romo felicitaban al Presidente, por el ala presidencial pululaba Jorge Faurie, el encargado de cuidar los detalles del protocolo. En medio del trajín, el Presidente pidió que le sirvieran un jugo de naranja de una conocida marca comercial, pero en la sede de gobierno no había. Hasta ayer, los mozos de la casa estaban acostumbrados a servirle una gaseosa de pomelo a Alberto Fernández.
Pasadas las 15, Milei salió al balcón a saludar a sus seguidores, que se habían agolpado en las rejas de la sede de gobierno, sin un vallado que los contuviera. “Es el fin de la noche populista”, exclamó al micrófono, eufórico.
Luego, Milei mantuvo una reunión bilateral con Volodimir Zelensky y pasadas de las 18, más tarde de lo previsto, encabezó el juramento de los ministros. De forma inédita, la ceremonia no contó con la presencia de la prensa acreditada y tampoco se transmitió por los canales oficiales. El único justificativo que dieron en La Libertad Avanza fue que el Presidente quiso un acto “íntimo y privado”.
La previa y la ceremonia
El Presidente pasó las horas previas a su asunción con las cuatro personas que integran su círculo de confianza y con las que comparte mayor intimidad: su hermana, Karina; su pareja, Fátima Florez (que estuvo con él la noche previa en el Hotel Libertador y compartió con sus padres un palco en el Congreso); su estratega político, Santiago Caputo, y su rabino, Axel Wanish.
Quienes estuvieron cerca de Milei la antesala de su asunción aseguraron que lo vieron “tranquilo”, “centrado” y “consciente”. Durante la mañana, el libertario “descansó” en el Hotel Libertador (según una persona de su entorno) y luego partió hacia el Congreso. No se descartaba que extendiera su estadía en el hotel y durmiera esta noche allí, en el lugar en el que vive desde las elecciones generales.
No fue casualidad que Milei subrayara en su discurso que su asunción como presidente coincide con Hanukkah, la celebración judía que conmemora la victoria de los macabeos sobre las fuerzas sirias. La noche previa a colgarse la banda presidencial, el flamante Presidente hizo el encendido de las ocho velas de esa festividad en un salón del Hotel Libertador, acompañado por el canciller israelí, Eli Cohen, y el rabino Wanish, que es su permanente consejero espiritual.
Según pudo reconstruir LA NACION, en la víspera de su jura como primer mandatario, Milei también estuvo acompañado por familiares argentinos de personas secuestradas por Hamas. En su discurso en la explanada del Congreso, el jefe de Estado dijo que Hanukkah “es la celebración de la luz y la celebración de la verdad por sobre la mentira”. “Prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable”, redondeó el Presidente su discurso, luego de describir que el punto de partida de su gobierno como catastrófico.
Como hizo en la campaña, Milei citó este domingo el libro de los Macabeos cuando habló de “las fuerzas del cielo” que lo acompañaron en su gesta política. Así, selló con mística su relato en el que advirtió que el país está “al borde de la crisis más grande de la historia argentina” y que “no hay alternativa al ajuste y al shock”.
Si Caputo es el gurú político de Milei, Wanish es su consejero de vida. Esta semana, la canciller de Milei, Diana Mondino, anunció informalmente al rabino como futuro embajador en Israel.
Con Caputo, en tanto, Milei pulió el discurso que dio este mediodía frente a la multitud en las escalinatas del Congreso. El joven consultor fue el cerebro de su campaña y ahora lo está ayudando a construir la narrativa para sostener la gestión de la crisis. Los libertarios están convencidos (en base a los focus group que encarga el propio Caputo) que más de la mitad de la sociedad está dispuesta a soportar los coletazos de un plan de shock, aún cuando provoquen meses de sufrimiento económico.
Según dicen los libertarios, Caputo también registró que la sociedad considera que este será “el gobierno de La Libertad Avanza” y no una reversión del gobierno de Pro. Una postal curiosa del día fue que, pese a que Milei se esforzó por demostrar que Mauricio Macri no hará sombra en su liderazgo, apenas recibió los atributos de mando buscó al expresidente para abrazarlo.
A la hora de elegir quién lo acompañaría en sus traslados, Milei optó no por Florez ni por Victoria Villarruel, sino por Karina. La hermana del Presidente estuvo a su lado tanto en el camino hacia el Congreso como en el Mercedes Benz descapotable que lo llevó por Avenida de Mayo hasta la Casa Rosada. Ella juró como secretaria General de la Presidencia, un asunto que en la previa generaba dudas por el decreto que promulgó Mauricio Macri que prohíbe nombrar a familiares directos en el Estado, para limitar el nepotismo.
A la hora de dirigirse al Congreso, Milei decidió que a su auto lo condujera su custodio privado, “Johny”, que lo acompañó durante toda la campaña. El mandatario electo avisó que quiere que él y otros guardaespaldas privados sigan cerca suyo en la nueva etapa, por lo que deberán convivir con los oficiales de la División Custodia Presidencial, a cargo del comisario mayor Alejandro Patricio O’Donnell.
En el recinto, Milei abundó en gestualidades. A la hora de firmar los libros, escribió: “¡Viva la libertad carajo!”. “Viene con dedicatoria”, exclamó Cristina Kirchner. En todo momento, el Presidente tuvo intercambios cómplices con la líder del kirchnerismo. Le mostró, incluso, los rostros de sus cinco perros que mandó a grabar en su bastón de mando.
Ya en viaje hacia la Casa Rosada, Milei se bajó del descapotable y caminó entre la gente del brazo de Karina. Cerca de las 13.30, Milei ingresó a la Casa Rosada, un edificio que conoce muy poco y donde quiere trabajar lo menos posible. A partir de ahora, el flamante jefe de Estado se recluirá a trabajar en la quinta de Olivos.
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