La interna entre Máximo Kirchner y Kicillof no afecta a la gestión bonaerense, pero se encienden alarmas en los municipios del PJ
La convivencia en el gabinete provincial no se ve impactada por la disputa; no obstante, en algunas intendencias peronistas críticas del camporismo sostienen que tienen dificultades con los ministros de la organización
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La composición del gabinete del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, combina pertenencias políticas enfrascadas en una interna que aumenta y reduce su tensión casi en partes iguales. La pelea entre quienes apoyan al gobernador en la carrera hacia la candidatura presidencial en 2027 y los alfiles de Máximo Kirchner en La Cámpora, aseguran, no hace mella en el día a día del trabajo de los ministros. Sin embargo, en algunos distritos gobernados por intendentes que cuestionan el liderazgo del diputado en el PJ bonaerense dan cuenta de problemas para obtener respuestas y recursos de las carteras conducidas por camporistas.
Kicillof tiene en su gabinete a dirigentes de su riñón, como Carlos Bianco (ministro de Gobierno), Jesica Rey (ministra de Comunicación), Augusto Costa (ministro de Producción), o Pablo López (ministro de Economía), y aliados más recientes, como Andrés Larroque (ministro de Desarrollo de la Comunidad), Gabriel Katopodis (Infraestructura) y Walter Correa (ministro de Trabajo), pero también a figuras de probada lealtad a la agrupación de Máximo Kirchner, como Juan Martín Mena (ministro de Justicia), Nicolás Kreplak (ministro de Salud), o Daniela Vilar (ministra de Ambiente). Reportan a bandos que rivalizan dentro del PJ, pero deben convivir en la gestión diaria.
La semana pasada, Kreplak afirmó que la gestión no se manchaba con las peleas entre aliados de Kicillof y camporistas. “Tengo una muy buena relación con Máximo, hablo continuamente con la organización [por La Cámpora] y también con Axel Kicillof, que tiene muchísima confianza. Ninguna discusión afecta esto. Siempre se ayuda con la gestión, lo que hacemos es muy sensible y hay que ser muy cuidadoso”, dijo en una entrevista con Radio Con Vos. “Son discusiones internas; en materia de gestión, no existen. A mí me ayudan todos”, completó.
En la misma sintonía que Kreplak se mostraron en otros ministerios bonaerenses consultados por LA NACION, a uno y otro lado de la grieta del justicialismo provincial. “La regla debe ser gestionar para la sociedad y no para un sector. Pueden pasar cosas, también”, indicaron en un ministerio. “La gestión es una cosa y la discusión política, otra totalmente distinta”, afirmaron en otra cartera. “El gabinete no se va a afectar, porque tienen un acuerdo”, aseguró un intendente del conurbano.
Según uno de los jefes comunales más críticos de Máximo Kirchner, Fernando Gray (Esteban Echeverría), la buena convivencia que plantean dentro del gabinete no se traslada a la gestión con los municipios. “En el caso de los ministros de La Cámpora, no recibo ninguna ayuda. Al margen de que son bastante flojos”, remarcó Gray, en diálogo con LA NACION. El intendente ensaya un armado alternativo dentro del peronismo provincial y se opone a la conducción del hijo de Cristina Kirchner en el PJ bonaerense, aunque no se pronuncia a favor de Kicillof en la interna.
Una calificada fuente del gobierno de Kicillof aseguró a LA NACION que no recibieron quejas explícitas de intendentes por inconvenientes con los ministros camporistas.
También alejado de La Cámpora, pero con un mensaje de respaldo al gobernador, está el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que recibió fuertes cuestionamientos de referentes de La Cámpora como Mayra Mendoza (intendenta de Quilmes). Su gestión en Avellaneda experimenta algunas dificultades con el camporismo, afirman fuentes del entorno del jefe comunal, que mencionan complicaciones para negociar con Mena, ministro de Justicia, entre otros temas, sobre un proyecto de Departamento Judicial para Avellaneda. Esas dificultades son rechazadas por fuentes del gabinete bonaerense, que sostienen que el intendente y el ministro dialogan sobre proyectos, y que la interna “no impacta en la gestión” de la cartera judicial.
Según pudo saber este diario, Ferraresi pretende tener, a fin de año, armados políticos definidos en las cabeceras de cada una de las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de impulsar una candidatura presidencial de Kicillof en 2027. En Avellaneda, el intendente tiene un potencial adversario camporista, el senador bonaerense Emmanuel González Santalla.
Los vínculos personales con los ministros alineados con Kicillof evitan conflictos, argumentan, en cambio, desde un distrito camporista. “Inauguramos cosas todos los días con la Provincia, nos visitan funcionarios. Con la mayoría, hay relaciones personales desde antes”, señalaron. En un ministerio provincial, afirmaron: “Trabajamos con los 135 distritos. Y La Cámpora está bien atendida”.
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