La intención de voto marca un escenario casi idéntico al de 2015
Ni la crisis económica ni las causas de corrupción kirchnerista parecen haber alterado las preferencias
La crisis económica, la revelación de casos de corrupción escandalosos, el desgaste propio de la gestión y la exposición pública parecen no haber cambiado un ápice las preferencias electorales de los argentinos en cuatro años. Según el promedio de intención de voto de once encuestas, el escenario actual, que enfrenta a Mauricio Macri con Alberto Fernández, es casi idéntico al de hace cuatro años, cuando Macri compitió contra Daniel Scioli.
Según los estudios, la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner obtendría hoy el 38,5% de los votos en las PASO. En 2015, Scioli sumaba el 38,7% en agosto. En tanto, la fórmula de Macri y Miguel Ángel Pichetto alcanzaría hoy el 34,9%, casi cinco puntos más de lo que obtuvo la combinación de todas las fórmulas de Cambiemos (lideradas por Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz, que sumaron el 30,1%), pero casi lo mismo que alcanzó el líder de Pro en las generales (34,3%).
¿Ningún espacio logró convencer a nuevos votantes? ¿Los dos llegaron a su techo? Según analistas, los argentinos no suelen cambiar de opinión fácilmente y menos en un escenario donde, pese al tiempo transcurrido, no se logró superar la polarización en la que el voto en rechazo de un espacio es más fuerte que el apoyo genuino.
"La opinión pública argentina es más estable y, en algún punto, más predecible de lo que parece", dijo a LA NACION Guido Moscoso, gerente de Opinión Pública de Opinaia.
El politólogo señaló uno de los cambios que surgieron en los últimos cuatro años en torno de la percepción de Macri y de Cristina. "Mientras que en 2015 los principales candidatos exhibían saldos de imagen favorables, hoy los protagonistas se encuentran con menor popularidad. Cristina y Macri son los dirigentes con mayor imagen negativa del país, visiblemente afectados por la economía y la corrupción, según corresponda", analizó.
Por su parte, Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina, remarcó que pese a la imagen negativa de los dirigentes, ninguno de los dos bajó del 25% de aceptación, aun en "los peores momentos".
Según el análisis de Moscoso, "la valoración de la economía es más desfavorable que hace cuatro años", y eso se siente en el humor social, pero Macri sigue siendo competitivo por "la confianza" de sus votantes en que "va a sacar al país adelante" y por el rechazo que genera el kirchnerismo, al tiempo que logró construir una identificación fuerte con el votante, como lo hizo Cristina Kirchner.
De la misma manera, el kirchnerismo mantiene altos niveles de apoyo pese a la revelación de los cuadernos de las coimas, que "no cambiaron la ecuación incluso con la candidatura de Alberto Fernández", que intentó dar un mensaje de apertura y madurez tras haberse enfrentado a Cristina en los últimos años.
Además, agregó Moscoso, hoy solo el 15% de los votantes rechaza "la grieta" y no votaría al macrismo ni al kirchnerismo, pero el 85% restante sí lo haría en esta instancia, mientras que en 2015 el escenario se polarizó recién cuando se definió que habría ballottage.
En palabras de Lucas Romero, director de Synopsis, la similitud de los escenarios responde a que prevalece en el país el "conflicto kirchnerismo-antikirchnerismo", que termina por ordenar al votante.
El analista considera que el macrismo hace uso de ese conflicto para delinear su estrategia, mientras que el frente opositor intentó desafiarlo al comienzo de la campaña, cuando Cristina nombró a Fernández como su candidato a presidente. "La frase 'con Cristina no alcanza y sin Cristina no se puede' es, en algún punto, una afirmación que choca con la idea de que ese conflicto ordene las preferencias", dijo.
Otro de los puntos que justifica el nivel de preferencias de los principales espacios hoy es el peso de las crisis que debieron atravesar. En el caso del macrismo, la inestabilidad financiera; por el lado del kirchnerismo, los casos de corrupción.
"Eso explica por qué, en este contexto económico tan desfavorable, en el que ningún gobierno en ninguna democracia del mundo pudiera tener chances electorales, Cambiemos las tiene", dijo Romero. Y agregó: "[Los casos de corrupción] son las dificultades del Frente de Todos en el ballottage. Por eso, su estrategia es hacer todos los esfuerzos para resolver la elección en primera vuelta. La diferencia entre 45 y 50 puntos para el Frente de Todos no es de solo cinco puntos. Parece ser más porque ahí aparece el techo".
Ese límite en la intención de voto del kirchnerismo, según Nejamkis, es lo que el Frente de Todos intentará superar con la señal de apertura que dio la elección de Fernández como su candidato, en lugar de Cristina Kirchner.
"El objetivo es superar el techo que el kirchnerismo sufrió en las elecciones de 2009, 2013, 2015 y 2017. Aún es una incertidumbre si podrá o no perforarlo. Mucho va a depender del proceso de polarización", sostuvo.
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