La increíble licitación de dos represas en Santa Cruz, camino del escándalo
La Presidenta se ha propuesto demostrar que, al menos para un sector de la dirigencia nacional, ella sigue siendo la "dueña de la pelota".
Pasado mañana reunirá en Río Gallegos a empresarios y sindicalistas para que aplaudan una iniciativa que está ingresando en la historia kirchnerista del escándalo: la adjudicación de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic a Electroingeniería, una empresa que creció en los últimos diez años a la sombra de la Casa Rosada.
El nuevo acto de campaña de Cristina Kirchner es el desenlace de un proceso insólito. Comenzó en el verano de 2007, con un concurso provincial para hacer las centrales Cóndor Cliff y Barrancosa. Un emprendimiento privado que la crisis de 2008 hizo naufragar.
En 2010 se lanzó una segunda licitación. La ganó un consorcio integrado por Impsa (Enrique Pescarmona), Corporación América (Eduardo Eurnekian) y el grupo brasileño Camargo Correa. La oferta fue de $ 16.400 millones.
La Legislatura de Santa Cruz aprobó el trámite con una ley. Pero la Nación retaceó los fondos para comenzar los trabajos. Después de una gestión sigilosa de Julio De Vido, la provincia y el consorcio ganador acordaron "dar por finalizado el proceso por causas ajenas a ambas partes y sin ninguna clase de reclamo indemnizatorio".
Se oyeron varias explicaciones: chisporroteos políticos con el gobernador Daniel Peralta y el interés de China por la obra. Lo cierto es que el 20 de abril del año pasado se llamó a una nueva licitación. El negocio pasó a la órbita del gobierno nacional.
Las represas fueron rebautizadas Kirchner y Cepernic, en memoria del esposo de la Presidenta y de quien fue gobernador de Santa Cruz en 1973 y dejó el cargo en 1974, por una asonada lopezreguista en la que participó Alicia Kirchner.
Con el cambio de nombres cambió el precio: las obras serían 5000 millones de pesos más caras. Como los problemas de financiamiento se habían agravado, los oferentes deberían conseguir 50% del dinero. La señora de Kirchner fijó la presentación de ofertas para el 12 del 12 del 12 a las 12. Explicó que "el 12 en la quiniela es el soldado. Y Kirchner y Cepernic eran dos soldados".
Se formaron cinco consorcios. El de Cristóbal López y José Cartellone, que al poco tiempo se retiraron por sugerencia de Julio De Vido. Lázaro Báez -que había comprado las tierras a inundarse- se unió a Chediak, Esuco, la china Sinohydro y la argentina Iecsa, a cuyo frente figura Angelo Calcaterra, el primo de Mauricio Macri. El capital vendría del Banco Comercial de China. Pescarmona, separado de Eurnekian, se presentó con Odebrecht y Alstom, con el Bndes brasileño. Eurnekian se asoció a Panedile, Isolux, Eleprint y los rusos de Power Machines e Inter Rao. Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, formó un grupo con los chinos de Gezhouba, con un financiamiento similar al de Lázaro Báez.
Las propuestas técnicas de Báez, Pescarmona, Eurnekian y Ferreyra fueron aprobadas. Hubo impugnaciones, pero el Estado no las contestó. El 11 de junio pasado se pasó a la oferta económica.
En esa oportunidad, como doce días más tarde relató Diego Cabot en la nacion, se produjo un episodio disparatado. El monto ofrecido por Lázaro Báez fue, si no se considera la carga impositiva, el más económico: $ 20.479 millones. Le siguió Eurnekian, con $ 21.817 millones. Tercero se ubicó Ferreyra, de Electroingeniería, con $ 22.948 millones. Y cuarto Pescarmona, con $ 23.992 millones.
Para sorpresa de todos, Ferreyra comenzó a saltar y gritar que había ganado, mientras exigía a los funcionarios que leyeran una inesperada Carta de Descuento. En esa carilla Electroingeniería reducía su precio en un 17,4%. De modo que su oferta quedó primera, con $ 18.947 millones.
¿Ferreyra se equivocó al calcular los costos en su presentación inicial? ¿Había fijado sobreprecios de los que después se arrepintió? ¿Es posible modificar en cuatro párrafos un examen de costos kilométrico? Misterios.
La documentación fue remitida a Hernán Lorenzino para su análisis económico. En sólo 24 horas el ministro detectó que la presentación más ventajosa era la de Ferreyra. Una mente brillante.
Veinte días después, el Ministerio de Planificación convalidó esa opinión al consignar que la oferta de Pescarmona ni siquiera fue evaluada porque carecía de financiamiento firme. Era verdad. Sólo que Electroingeniería presentó un borrador de la banca china que aclaraba que se trataba de un cálculo aproximativo, no vinculante.
El triunfo sorpresivo de Electroingeniería hizo que los concursantes pidieran ver las ofertas de sus competidores. Apareció otra excentricidad. En su Carta de Descuento, el ganador especificó que parte de la obra se pagaría en dólares en el exterior. Era insólito: por lo menos tres veces, ante consultas de los concursantes, los responsables de la licitación establecieron que la cotización y los pagos se harían en pesos. Quiere decir que, por fuera del trámite formal, Electroingeniería consiguió una ventaja importantísima: sus proveedores chinos, fabricantes de turbinas, estarán a salvo de la inflación y de la expectativa devaluatoria que encarece cualquier operación en el país.
¿Cómo se explican estas irregularidades? La hipótesis más persuasiva es que el Gobierno debió reemplazar a Báez, socio de la Presidenta en emprendimientos inmobiliarios, por otro empresario amigo. Para el 11 de junio, día en que se presentaron las ofertas económicas, ya habían pasado casi dos meses de las explosivas revelaciones de Leonardo Fariña sobre lavado de dinero que divulgó Jorge Lanata. Ferreyra mantiene una relación fraternal con su comprovinciano cordobés Carlos Zannini.
¿Ferreyra era desde el comienzo de la licitación el "muleto" de Báez? ¿Su asociación con los chinos garantizaba que la sustitución preservaría compromisos internacionales? Son interrogantes de difícil respuesta. Sobre todo uno, que acaso la Presidenta y su hijo Máximo no se formularon: ¿habrá tenido algo que ver Ferreyra, o su compinche Zannini, con la catarata de información que se filtró sobre las fechorías económicas de Báez? Más misterios.
Los enigmas de las represas no se agotan en Ferreyra. Eurnekian, que había ganado el primer concurso, es otra esfinge. ¿Por qué, si quedó muy bien rankeado en una segunda licitación con irregularidades, no presentó una objeción? En el empresariado afirman que La Cámpora lo tiene amenazado con arrebatarle los aeropuertos. Ni siquiera pudo quedarse con el banco Interfinanzas, que ya había comprado, por un sumario que le iniciaron en el Banco Central. A pesar de todo, Cristina Kirchner espera que este "dueño de la pelota" aplauda a sus verdugos en Río Gallegos.
Es posible que la licitación, a pesar de ser un tren fantasma, no sea el aspecto más controvertido de la construcción de las represas. El verdadero acertijo es si tiene sentido realizarlas. Según algunos expertos energéticos, construir centrales de semejante porte en el río Santa Cruz es un despropósito. Esos especialistas sostienen que se gastará un dineral en montar represas que provean 1740 megawatts de potencia en un curso de agua que sólo permite generar unos 500 megawatts promedio. Es decir, sólo un tercio del año esas usinas funcionarán en el máximo de su capacidad.
Hay otras deficiencias. Además, ¿cuánto costará el kilowatt/hora que se producirá en Santa Cruz? Los analistas calculan, con un costo financiero de 11%, que es el que afronta cualquier iniciativa argentina, unos 300 dólares. En la actualidad, las familias pagan el kilowatt/hora 8 dólares. Y las industrias, 60. Quiere decir que para que las nuevas represas sean rentables haría falta un tarifazo colosal. Es un problema relevante, porque la inversión corre por cuenta de los contribuyentes.
¿Cabe imaginar que las obras que adjudicará la Presidenta no lleguen nunca a completarse? Es posible. Pero es un problema del futuro, dimensión a la que el kirchnerismo ha sido siempre indiferente. En Río Gallegos habrá un acto de campaña. El largo plazo está en octubre.
Aun así, la señora de Kirchner debería evaluar si su anuncio no será contraproducente. Sin haber sido presentado, su emprendimiento ya soporta una denuncia penal. Los diputados radicales Ricardo Gil Lavedra y Manuel Garrido demandaron a De Vido; a Lorenzino; al secretario de Obras Públicas, José López; al secretario de Energía, Daniel Cameron, y al subsecretario de Recursos Hídricos, Edgardo Bertolozzi, por negociaciones incompatibles con la función pública, defraudación al Estado e incumplimientos de los deberes de funcionario público. El caso quedó radicado en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral. El fiscal que lo investigará es Miguel Osorio, militante de Justicia Legítima.
La Presidenta corre el riesgo de alimentar con sus represas el proselitismo opositor. No sólo Carrió levanta la bandera de la regeneración moral. También Massa, que no tocaba el tema, descubrió que es imposible ser candidato en la Argentina sin hablar de corrupción.
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