La Iglesia reclamó un clima de diálogo social y pensar en "grandes proyectos"
Dijo que el desencuentro es el mal principal, junto con la corrupción y la plaga del narcotráfico
La Iglesia reclamó ayer la necesidad de crear "un clima de diálogo social" para superar el desencuentro entre los argentinos, al que definió como el principal de los males del país, seguido de la corrupción y la plaga del narcotráfico.
Ante un escenario caracterizado por "provincias sin recursos y familias pobres sin casa, con muchos argentinos al borde o fuera del sistema laboral", el presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo, llamó a la dirigencia política y social a "pensar en proyectos grandes y no quedarnos encerrados en pequeños «proyectitos» que terminan siendo presiones políticas".
En ese mismo momento caía por falta de quórum en la Cámara de Diputados el intento de la oposición de apurar el tratamiento del proyecto de ley antidespidos, que dividió aguas en el espectro político.
"Hace falta la grandeza de proyectos que permitan integrar políticas abarcativas, de las que todos nos sintamos parte, dentro de la diversidad. Tiene que haber un componente de grandeza", afirmó Arancedo, al presentar el documento "Bicentenario de la Independencia. Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos", elaborado en los últimos meses por los obispos.
Lo acompañó el arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero del Episcopado, cardenal Mario Poli, quien puso de ejemplo los acuerdos del Congreso de Tucumán de 1816, cuando se declaró la Independencia, para avanzar en favor de la construcción del país y del bien común.
"Nunca vamos a claudicar a que lo mejor está por venir siempre en la Argentina. No sabemos si están dadas las condiciones estrictamente, en forma matemática. Pero registramos que hay interés por encontrarnos. El diálogo es una deuda tan importante como la deuda externa", dijo Poli, ante una pregunta de LA NACION, acerca de si el país avanza hacia una "Argentina solidaria, pacificada y reconciliada", como se pide en el documento.
"El Congreso de Tucumán fue una gran enseñanza parlamentaria: personas que no se conocían y, sin embargo, en una mesa común llegaron a coincidencias que aún hoy estamos gozando", explicó Poli, uno de los arzobispos de más estrecha confianza del papa Francisco.
La visita de Bonafini al Papa
Los obispos rescataron el pensamiento y los gestos de Francisco. Incluso, Arancedo señaló que la decisión de recibir a Hebe de Bonafini, que en años anteriores fue muy crítica del cardenal Jorge Bergoglio, resume la coherencia del Pontífice, que predica "la reconciliación y el encuentro con personas que, incluso, no piensan igual".
Presentaron, así, el documento que el día anterior le habían entregado en mano al presidente Macri, quien confirmó que el 19 de junio participará de la misa de clausura del Congreso Eucarístico Nacional, en la capital de Tucumán. El texto será entregado también a las autoridades del Poder Legislativo y del Poder Judicial.
En el documento, los obispos llaman a "pensar el país que anhelamos" y avanzar en una "cultura del encuentro, que exige crear un clima de diálogo social".
El secretario general del Episcopado, monseñor Carlos Malfa, explicó que el texto señala que la educación "es "el gran camino para una verdadera, profunda y estable transformación social". Y recordó que los obispos reivindican "la política como un servicio al bien común y a los partidos políticos, como formadores de actitudes cívicas".
El documento fue redactado por una comisión en la que intervinieron más activamente los arzobispos Poli y Víctor Fernández (rector de la Universidad Católica Argentina) y además del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, y el obispo de La Rioja, Marcelo Colombo. Durante la última asamblea episcopal hubo aportes de otros obispos.
Poli reseñó la parte histórica del documento, que se sintetiza en el símbolo de la Casa de Tucumán, una "vivienda familiar prestada, que albergó a los congresales que nos legaron la gestación de nuestra patria".
Los obispos abordaron nuevamente la situación social y el avance de los excluidos. "La pobreza no duele, lo que duele son los pobres", dijo el cardenal primado, que vinculó el tema de la pobreza con el de la corrupción. "Al problema de los pobres se le opone la corrupción. Alguno se pudo quedar con el vuelto y eso significa pobres que sufren. Si muchos tienen poco es porque pocos tienen mucho", concluyó Poli, quien el 25 de mayo celebrará el tedeum ante el Presidente en la Catedral.
José M. Arancedo
Presidente del episcopado
"Hay que pensar en grandes proyectos y no encerrarnos en pequeños «proyectitos» que terminan siendo presiones políticas"
Mario Poli
Vicepresidente del episcopado
"Pocas y casi ninguna mesa de diálogo ampliada. Una gran deuda es pensar juntos y no levantarnos de la mesa de diálogo rápidamente"
Carlos H. Malfa
Secretario General
"La cultura del encuentro exige diálogo social. El desencuentro nos impide construir una patria de hermanos"
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