La Iglesia hizo un firme llamado "al cuidado y a la responsabilidad"
La Iglesia hizo un fuerte llamado "al cuidado y a la responsabilidad", en una declaración emitida por la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, que preside el obispo Oscar Ojea, frente al avance de la pandemia del coronavirus.
Mientras distintos obispos en sus diócesis restringen las celebraciones religiosas y suspenden misas y bautismos para evitar concentraciones superiores a 200 personas, el Episcopado acompaña las medidas de distanciamiento social aconsejadas por las autoridades y señala en su pronunciamiento que "cuidarnos a nosotros mismos de un modo responsable es la mejor manera de cuidar a los demás".
En la declaración recomendó "dejar atrás el miedo" y vivir esta crisis "como una oportunidad para crecer", además de pensar "en los hermanos más pobres y vulnerables que habitan la Argentina".
En tanto, varios curas que trabajan en villas y barrios populares expresaron su preocupación por "no visibilizarse una política pública destinada a determinar cómo se cumplirán las medidas preventivas sanitarias que difunden las autoridades gubernamentales, tendientes a resguardar el derecho a la salud de la población de nuestros barrios, donde existe una vulneración preexistente de los derechos sociales".
Sin hacer referencias específicamente a las medidas dispuestas por el Gobierno, el Episcopado convocó a "usar la creatividad para comunicarnos y sostenernos en la esperanza" y agradeció especialmente a los que trabajan al servicio de los enfermos y los más pobres. Extendió el reconocimiento "al personal sanitario, médicas y médicos, enfermeras y enfermeros, voluntarios de la pastoral de la salud presentes en esta hora compleja y apremiante".
Tras señalar que "la responsabilidad y el cuidado se oponen al miedo y al pánico", los obispos expresaron que "el miedo nos lleva a ocuparnos solo de nosotros mismos y a tener actitudes antisociales sin pensar en los demás". En cambio, dijeron, "el cuidado y la responsabilidad para con los hermanos y hermanas nos llevan al amor, a la solidaridad y al servicio".
El distanciamiento social como medio de prevención puede estar acompañado de una gran cercanía espiritual de modo que aunque físicamente asilados, nadie se sienta solo
En ese sentido, invitaron a "vivir esta crisis como una oportunidad para crecer como personas y como sociedad".
Declararon, también, que "el uso de las redes sociales puede ayudarnos para comunicarnos y sostenernos en la esperanza, generando nuevos modos de ayuda mutua y de compañía".
Reclamo en las villas
El avance de la pandemia motivo, también, un reclamo de varios curas de villas y barrios populares, que reclamaron "medidas sanitarias urgentes" para los asentamientos.
"Muchas de las medidas preventivas aconsejadas en materia de dengue (no acumular agua) o por el coronavirus (lavarse las manos varias veces por día con agua y jabón, usar alcohol en gel, limpiar superficies de contacto frecuente con agua y lavandina, aislarse 14 días ante la presentación de síntomas), resultan de imposible o de muy difícil cumplimiento, en barrios donde existe un fuerte déficit de agua potable y donde muchas personas no tienen acceso a condiciones elementales", advirtieron, por su parte, los padres José María Di Paola, Lorenzo de Vedia y Carlos Olivero, la hermana Martha Pelloni y el hermano salesiano Mario Daniel Romanín, que integran la Comisión de Derechos Humanos por la Inclusión.
Pidieron, así, a los gobiernos nacional, provinciales y municipales medidas específicas para las villas y asentamientos.
Celebraciones reducidas
Hace dos dìas, monseñor Ojea celebró una misa privada por los enfermos en la capilla del Obispado de San Isidro, junto a sus obispos auxiliares Martín Fassi y Guillermo Caride, que se transmitió por las redes sociales. En su homilía, Ojea dijo que "tal vez este nuevo modo de estar aislados pueda servirnos como una verdadera ocasión para reconstruir vínculos en nuestras comunidades".
Entre otras medidas para acompañar el aislamiento y el distanciamiento social, a partir de hoy permanecerá cerrada la Basílica de Luján. El arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, dispuso que las misas se celebren en la plaza ubicada frente al santuario, al aire libre, y no se celebrarán bautismos y confesiones.
Al igual que lo había hecho el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, su par de La Plata, Víctor Manuel Fernández, y los obispos de la provincia de Córdoba resolvieron dispensar a los fieles de la obligación del precepto de la misa dominical. Incluso, el arzobispo de Córdoba, Carlos José Ñáñez, sugirió "postergar los casamientos programados y, si los contrayentes insisten en concretar su boda en la fecha prevista, que sea solo ante la presencia de los dos testigos necesarios para su validez".
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