La Iglesia endureció su rechazo a la ley del aborto en una masiva misa en Luján
"No es un derecho, sino un drama", aseveró monseñor Oscar Ojea, presidente del Episcopado; estuvo acompañado por 50 obispos y más de un centenar de sacerdotes de todo el país
Ante una multitud que colmó la Plaza Belgrano, frente a la Basílica de Luján, el presidente del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, afirmó ayer que los argentinos están "perplejos y doloridos ante la posibilidad de que se sancione la ley de despenalización del aborto ", en uno de los pronunciamientos más enérgicos de la Iglesia frente al inminente tratamiento de la iniciativa en el Senado.
"Sería la primera vez que se dictara en la Argentina, y en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano", advirtió el obispo de San Isidro en la Misa por la Vida, a los pies de la Virgen de Luján, que reunió a decenas de miles de personas, entre ellas, legisladores oficialistas.
Ojea encabezó la celebración ante fieles llegados de diversas parroquias y diócesis de distintos puntos del país para acompañar el enérgico llamado a la defensa de las dos vidas, incluso de las mujeres que se ven forzadas a someterse a la práctica del aborto. Con banderas argentinas y pañuelos celestes –la clásica consigna de los sectores "provida"–, muchos jóvenes y familias aportaron un ambiente colorido y entusiasta, en una mañana que comenzó con frío y concluyó con cánticos al calor del sol. "Chicos y chicas, el aborto no es un derecho, sino un drama", dijo el presidente del Episcopado, dirigiéndose especialmente a los jóvenes. Y, frente a la situación de los niños por nacer, recordó: "Nosotros no somos sus dueños: somos administradores de este gran bien".
Junto al nuncio apostólico León Kalenga -el arzobispo africano designado por Francisco-, el cardenal primado Mario Poli y el arzobispo anfitrión, Agustín Radrizzani, celebraron la misa con el altar montado frente al histórico santuario unos 50 obispos y más de un centenar de sacerdotes, en una de las principales expresiones de fe y demostraciones de fuerza de la Iglesia en lo que va del debate sobre el aborto .
Radrizzani leyó la oración con la que los obispos hicieron la consagración y entrega confiada del pueblo argentino a la Virgen de Luján. "Venimos a comprometernos a defender al inocente que no ha nacido y, también, a sus mamás, que sufren en su cuerpo y en su espíritu", declaró el arzobispo salesiano.
En un párrafo que no pasó inadvertido, en medio de la tensión de la Iglesia con el Gobierno, los obispos sumaron su preocupación por la problemática social en el texto de dedicación a la Virgen. "Venimos a tus brazos de Madre heridos y agobiados por tanta miseria y pobreza, por el abandono y la postergación de tantos hermanos, por la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención y por tantas nuevas formas de esclavitud y descarte".
Tampoco pasó inadvertida la ausencia de funcionarios nacionales, señal de la distancia que la cuestión del aborto marcó entre la Iglesia y el gobierno. De todos modos, sí estuvieron presentes legisladores de Cambiemos que se pronunciaron en contra del proyecto, como el senador Esteban Bullrich -con un pañuelo celeste en el cuello-; los diputados Carmen Polledo, Cornelia Schmidt Liermann y Jorge Enríquez (los tres de Pro-Capital); Javier Campos (Coalición Cívica-Buenos Aires), y José Carlos Núñez (Pro-Santa Fe).
También se vio a los diputados de la oposición Ana María Llanos Maza (FPV-Chubut) y Gustavo Bevilacqua (Frente Renovador-Buenos Aires), y al dirigente justicialista Julián Domínguez, además del director de Culto del gobierno de la ciudad, Federico Pugliese. Desde otros ámbitos llegaron el presidente de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, y el creador de la Red Solidaria, Juan Carr, entre otros.
Los organizadores estimaron que hubo 100 mil personas, pero fuentes policiales evaluaron que fueron unas 40 mil.
Ojea pidió al Señor que "nos enseñe los caminos para aprender a respetar la vida, a cuidarla, a defenderla y a servirla". Y citó palabras del papa Francisco, que en sus encuentros con los curas de villas de emergencia que comenzaban a trabajar en la recuperación de jóvenes con adicciones animaba a "recibir la vida como viene". Al referirse a los "contextos conflictivos y angustiosos", el titular del Episcopado revalorizó los esfuerzos de las mujeres y, en uno de los pasajes más aplaudidos de la homilía, dijo: "Es necesario encontrar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer busque recurrir a un desenlace que no es solución para nadie". En ese sentido, dando un mensaje a los propios sectores católicos que se oponen al aborto, llamó a no quedarse encerrados en palabras. "Tenemos que asumir el compromiso social concreto, que nos lleve a crear condiciones dignas para recibir la vida". Y, otra vez con palabras de Francisco, pidió atender "la vida de los pobres que ya han nacido".
Hoy se realizará un te deum en Tucumán con motivo del 9 de Julio. Según fuentes oficiales, Macri no concurrirá.
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