La Iglesia condenó “la escalada de violencia sin fin” en Rosario y denunció “la complicidad con grupos mafiosos”
La Comisión de Pastoral Social advirtió que la sociedad sospecha que miembros de las fuerzas de seguridad, políticos y funcionarios de la Justicia colaboran con el delito
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La Iglesia condenó la “escalada de violencia sin fin con inusitada frecuencia” en la ciudad de Rosario y denunció que “la sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos”. Así, la Comisión de Pastoral Social del Episcopado expresó su fuerte preocupación por la expansión del narcotráfico y los negocios de la droga, particularmente en esa zona de la provincia de Santa Fe.
Tras señalar que las sospechas de la sociedad sobre la connivencia de las fuerzas de seguridad, políticos y funcionarios judiciales con grupos mafiosos ya eran preocupantes hace siete años, el organismo episcopal añadió: “Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y mira para otro lado”.
Con el título “Las heridas del narcotráfico”, el área de Pastoral Social advirtió en la declaración que “diariamente se conocen episodios conmovedores, de lo que aparecería como crimen organizado que se cobra víctimas fatales en forma indiscriminada”.
Llamó, además, a la dirigencia política, económica y social a construir “los consensos imprescindibles que deberán ser la base de políticas públicas lúcidas, decididas y valientes a implementar por los magistrados y funcionarios” para desterrar el flagelo. Ya la semana pasada, el Arzobispado de Rosario había pedido a la dirigencia política “salir de la grieta de los relatos” y expulsar “a quienes por acción u omisión son cómplices de una corrupción que mata”.
“Expansión del narconegocio”
Ahora, la Comisión de Pastoral Social, que preside el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones, recordó que ya en 2016, al celebrarse el bicentenario de la Independencia, los obispos manifestaron que desde hacía una década se sentían conmovidos por “el narcotráfico y su contraparte: los rostros sufrientes de quienes están atrapados y condenados por una de las calamidades más grandes de estos últimos tiempos, como es el consumo y las adicciones a la droga”.
“Allí señalamos también sobre la expansión del narconegocio, ampliamente instalado en la Argentina, con avances en comercialización y consumo que se extienden a lo largo y ancho de nuestro país, con penetración muy fuerte, en especial en los barrios más pobres de los conurbanos de los grandes conglomerados”, advirtieron los obispos.
“En estos tiempos asistimos a un fenómeno que agrava dolorosamente esa problemática; lo que parecería ser una escalada de violencia sin fin con inusitada frecuencia en la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe, donde diariamente se conocen episodios conmovedores, de lo que aparecería como crimen organizado que se cobra víctimas fatales en forma indiscriminada”, expresaron los obispos de Pastoral Social,
Y afirmaron que “cobra vigencia nuevamente la referencia a que el ciudadano común sigue diciendo que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes”.
“Acompañamos a los hermanos del equipo arquidiocesano de Pastoral social de Rosario que sostienen que la ciudad vive en circunstancias cuya injusticia clama al cielo, por la falta de respuestas de los distintos niveles del Estado representados por magistrados y funcionarios designados legalmente en democracia”, dice Pastoral Social en su pronuciamiento.
Y añade: “Adicionalmente se advierte la vinculación que habría entre estas bandas de crimen organizado con estructuras de mecanismos de contrabando, lavado de dinero y evasión impositiva”.
Frente a la última escalada, que incluyó el asesinato del niño Máximo Gerez, eñ organismo de la Iglesia sostuvo: “Sabemos que son muchísimos los hombres y mujeres que están dispuestos a acompañar las iniciativas del gobierno, legisladores y jueces, para dar una contundente respuesta al drama nacional del narcotráfico. Además, hay que considerar que estas organizaciones criminales frecuentemente se dedican también a la trata de personas para la explotación laboral y sexual, y al tráfico de armas”.
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