La Iglesia Argentina, obra del padre Gallardo
El 25 de mayo de 1910, el presbítero José León Gallardo hacía colocar la piedra fundamental de la iglesia dedicada a la Virgen Dolorosa, en el terreno que comprara frente a la Piazza Quadrata, luego Piazza Buenos Aires, en el barrio Salario, de Roma. La construcción llevó más años de lo previsto debido a la Primera Guerra Mundial.
El padre Gallardo siguió la obra en detalle, mientras ejercía su ministerio en esa que ya era su zona romana. El cardenal Rampolla del Tíndaro habló de él como del "apóstol del barrio Salario".
Luego vendría el convenio con los Padres Mercedarios que regentearon el templo por mucho tiempo, hasta que en la última década la Conferencia Episcopal retomó la gestión directa de la Iglesia Nacional Argentina.
Actualmente sus amplias instalaciones, además del lugar litúrgico, albergan un buen número de sacerdotes de nuestra patria que cursan estudios en Roma y que, con su entusiasta ministerio, han renovado la vida de la Iglesia dell´Adoloratta, que acoge con frecuentes reuniones a los argentinos residentes en Roma, y se prodiga en una benéfica acción religioso-social hacia los mismos, así como para los habitantes del querido barrio de monseñor Gallardo.
El 25 de mayo de 1924, mientras cantaba el Tedéum en la Iglesia Argentina, monseñor Gallardo se sintió mal. Al poco tiempo viajó a Génova, dónde se agravó, muriendo en esa ciudad el 11 de noviembre de ese año, en la Casa de las Hermanas Pobres Bonaerenses. Sus restos reposan en la bóveda en el Campo Verano de Roma, cerca de su Iglesia Argentina.
El Santo Padre Juan Pablo II honró a nuestra patria con su visita a la Iglesia Nacional de Nuestra Señora de los Dolores. Desde ese lugar argentino injertado en Roma, corazón de la Iglesia, nos ha llegado a todos su bendición de Padre y Pastor.
José León Gallardo fue un personaje singular. Era hermano de don Angel Gallardo, el sabio naturalista, quien en sus "Memorias para mis hijos y nietos" nos permite seguir las huellas del hermano menor nacido en marzo de 1871, en la quinta de los Lebrero, vecina a la Chacarita.
José León, brillante en todos sus estudios en el Colegio Nacional, se encaminó hacia los estudios jurídicos cultivando, al mismo tiempo, su gran sensibilidad artística.
Cambio de vocación
En 1894 ya era abogado. Desde entonces comenzó a viajar a Europa, acompañando a su madre. Pero en él se daban fuertes signos de otra vocación, la sacerdotal.
Las "Memorias" registran cómo cultivaba la música sacra y su estudio asiduo de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres. En 1904, guiado por monseñor Terrero, inició su preparación formal para el sacerdocio, con visitas a Villa Devoto.
Ese año, en Montevideo, al comienzo de un nuevo viaje familiar, anunció a su madre la elección de la vida eclesiástica; allí mismo vistió el traje talar que le entregara monseñor Terrero.
En Roma, José León fue a vivir al convento de los Capuchinos en la calle San Nicola de Tolentino, cerca de la plaza del Tritone. Desde ahí frecuentaba la Universidad Gregoriana, donde estudió por cuatro años.
En 1908 recibió la ordenación sacerdotal. Por ese tiempo pasó a vivir a una casa de Franciscanos en Parioli y así llegó el año 1910, centenario de nuestra Revolución de Mayo.
En los Gallardo, la vocación de servicio al país entretejía todo lo particular y lo convertía en misión para el bien común. Es la actitud que se percibe en José León. Piensa que el centenario argentino de 1810 tiene que ser significativo también en Roma.
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