La Iglesia acepta el reemplazo gradual de los aportes del Estado
La Iglesia anunció que aceptará el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, lo que implicará la renuncia a la asignación de $130 millones que recibe anualmente.
La decisión fue comunicada en el cierre de la asamblea plenaria del Episcopado, que conduce el obispo de San Isidro, Oscar Ojea, en la casa de retiros El Cenáculo, de Pilar.
Si bien desde agosto viene trabajando una comisión mixta, entre la Iglesia y el Gobierno, para buscar alternativas que puedan suplir el aporte estatal, la renuncia gradual de la Iglesia al aporte estatal generó impacto, tres semanas después del polémico acercamiento de los obispos Jorge Lugones y Agustín Radrizzani al sindicalista Hugo Moyano , a quien en la Casa Rosada consideran un enemigo .
Por otra parte, en un mensaje grabado y difundido por las redes sociales, Ojea ratificó la cercanía de la Iglesia con los sectores apremiados por la pobreza.
"La Iglesia no es un partido político, ni del Gobierno ni de la oposición. Es natural que nosotros tengamos en este momento de la vida nacional una preocupación particular por tantísimos hermanos que no llegan a fin de mes, por todos aquellos que están fuera del mercado laboral y por los que más sufren", dijo Ojea, acompañado por los arzobispos de Buenos Aires, cardenal Mario Poli , y de Mendoza, Marcelo Colombo.
Consultado por LA NACION, el secretario de Culto, Alfredo Abriani, dijo que "el Gobierno comparte la preocupación de los obispos y estamos viendo la misma realidad". Y recordó el trabajo por la contención social que la Iglesia, el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y el gobierno bonaerense realizan en el conurbano.
El debate sobre el financiamiento público de la Iglesia había salido a la luz pública en marzo de este año, cuando el jefe de Gabinete, Marcos Peña, reveló en el Congreso detalles de los aportes del Estado.
Los fondos que recibe la Iglesia se destinan al pago de asignaciones a los obispados, becas para seminaristas y el sostenimiento de parroquias de frontera. El Episcopado anunció que se asumirá "el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común", para garantizar el sostenimiento.
Los obispos anunciaron, además, la creación de una comisión episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia. "Trabajará en la creación de un fondo solidario y la continuidad del diálogo con el Gobierno , consensuando diversas alternativas que facilitarán este reemplazo", se informó.
Abriani, en tanto, dijo a LA NACION que "estamos trabajando sin apuro, para hacer las cosas bien" y anticipó que las alternativas que finalmente se decidan alcanzarán a todas las confesiones religiosas, no solo a la Iglesia Católica.
"Lo que queremos es un cambio de paradigma. Dejar la creencia falsa de que el Estado sostiene a la Iglesia, porque el mayor sostenimiento está a cargo de los fieles", afirmó el secretario de Culto.
Por el lado de la Iglesia, la renuncia al financiamiento del Estado se corresponde con la prédica de Francisco, quien desde los tiempos en que era arzobispo de Buenos Aires postulaba la conveniencia de mantener una relación distante de las estructuras de poder.
El esquema de los aportes a la Iglesia reconoce su origen en el artículo 2 de la Constitución Nacional, que establece que "el gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". A lo largo del tiempo hubo una serie de leyes que reglamentaron ese principio, se estableció una asignación mensual para los obispos, equivalente al 80% de los haberes de un juez nacional de primera instancia.
Según indicaron a LA NACION fuentes oficiales y eclesiásticas, ese porcentaje se redujo en la práctica en los últimos 15 años y actualmente un obispo percibe $46.000 mensuales, mientras que la asignación de un obispo auxiliar llega a $40.000.
"La mayoría de ellos lo destinan al funcionamiento de la diócesis", revelaron en la Conferencia Episcopal, al confirmar que en adelante se buscarán otras variantes al aporte estatal.
Entre los modelos de financiamiento para el sostenimiento del culto que se aplican en otros países y las variantes que se tendrían en cuenta, una opción sería constituir un fondo solidario con recursos propios, que al mejor estilo coparticipación, la Iglesia distribuya entre las diócesis, para compensar especialmente a las que tienen mayores gastos y menos ingresos.
Lo que se resuelva, de todos modos, se aplicará a partir de 2020, ya que para 2019 se conservará el sistema vigente.
El clima social
En el mensaje grabado en el parque de la casa de retiros El Cenáculo, el obispo Ojea se refirió al clima social que se vive en el país.
"Nosotros queremos cuidar y fortalecer la democracia. La calidad de vida está ligada a la salud de las instituciones. Reconocemos que la democracia tiene una deuda social: siempre están postergados los más pobres. Por eso la enorme cantidad de problemas que tenemos en el país esta centralizada en esta deuda".
Afirmó, además, que los obispos están decididos a "dar una lucha sin cuartel contra la corrupción, al interior de la Iglesia y fuera de ella". Recordó que Francisco "ha pedido tolerancia cero en muchos aspectos y nosotros queremos acompañarlo en esta reforma de la Iglesia que él emprende".
También advirtió que "hay una agresividad muy grande en distintos medios con respecto al Santo Padre. Nunca como ahora, desde el interior de la Iglesia misma y desde afuera, se ha criticado de una manera tan tremenda al papa Francisco".
Atribuyó la mayoría de los ataques a "la prédica social tan fuerte, que puede tocar algunos intereses" y lamentó que "hablar del Papa se ha transformado en no hablar de su doctrina y su magisterio, sino simplemente de un anecdotario".
"Respecto a las críticas, de las cuales en algunos casos nosotros podemos ser culpables, queremos recibirlas con humildad, pero con mucha paciencia y sin perder el coraje de decir lo que tenemos que decir", advirtió el presidente del Episcopado.
Otro encuentro con políticos y sindicalistas
La Pastoral Social de la arquidiócesis de Buenos Aires reunirá mañana a dirigentes políticos, sociales y sindicales en una jornada que lleva el lema "construir un nuevo pacto social para el siglo XXI". El encuentro, que comenzará a las 10, será en la sede del gremio de los telefónicos de Foetra y contará con la presencia del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el padre Carlos Accaputo y los gremialistas Héctor Daer y Sergio Palazzo, entre otros. El cierre estará a cargo del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli.
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