La hora de rendir cuentas
La Presidenta anunció en cadena nacional una auténtica meta presidencial: construir 100.000 viviendas en el primer año de un plan plurianual que atenderá el déficit de más de tres millones de viviendas que tiene la Argentina. Es una medida que cala hondo en la esperanza de millones de argentinos que esperan alcanzar el derecho a una vivienda digna
El Poder Ejecutivo tiene la oportunidad de aumentar el impacto de esta política si asegura un marco de efectividad y absoluta transparencia en su ejecución. Para eso son necesarios dispositivos de rendición de cuentas que permitan al Poder Ejecutivo, al Congreso y a la ciudadanía conocer el avance del plan, el esfuerzo fiscal involucrado y la sustentabilidad del proyecto a mediano plazo.
En primer lugar, sería necesario que el Poder Ejecutivo publicara un mapa con los terrenos fiscales disponibles. Dado que las provincias podrían aportar parte sustantiva de esos terrenos, debería cruzarse el mapa de necesidades habitacionales con la disponibilidad de tierras. Para evitar la asignación discrecional, es clave publicar la asignación de proyectos en cada provincia y vincularlo con el diagnóstico de necesidades que lo sustenta.
También sería importante asignar de manera competitiva la construcción de proyectos habitacionales colectivos y publicar la información sobre las empresas involucradas, el costo por unidad y los tiempos de ejecución.
El plan se impulsará con recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), dinero de las jubilaciones. Para que todos podamos monitorear el uso de esos aportes, es posible habilitar una aplicación web para acceder al presupuesto asignado, la cantidad de casas en construcción y el ritmo de ejecución.
La rendición de cuentas también está ligada con la sustentabilidad del fondo. Las tasas de interés asociadas a los préstamos en todas las modalidades son considerablemente inferiores a la inflación.
La apuesta del Poder Ejecutivo es que una reactivación económica genere mayores aportes por el trabajo formal involucrado. Este argumento debería ser respaldado con absoluta transparencia y monitoreo de la evolución del FGS, en informes mensuales al Congreso que consignen el monto asignado a los créditos, la brecha efectiva entre las tasas de interés y la inflación, las tasas de repago de los préstamos y el cálculo del aporte extraordinario en seguridad social producto de la reactivación económica que genere el proyecto. Está en juego la seguridad social de millones que todos los meses realizan sus aportes.
La forma más fácil y accesible de difundir toda esta información sería con un portal web vinculado automáticamente con el Banco Hipotecario y las cuentas del FGS que aportan los fondos.
El Poder Ejecutivo y el Congreso tienen varios dispositivos institucionales para rendir cuentas. Las visitas mensuales del jefe de Gabinete podrían servir para actualizar y dialogar sobre el esquema de monitoreo. El mensaje presidencial en la apertura de sesiones ordinarias debería referir a uno de los proyectos más trascendentes de un gobierno, dadas las necesidades habitacionales.
Si la información vinculada con este nuevo plan de viviendas se convierte en un secreto, no será posible monitorear su ejecución ni comprobar su cumplimiento. Cuando esto sucede, se resienten la efectividad de las políticas y la calidad democrática y, así, todos perdemos.
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