La historia del malvinense que quiere ser intendente de un pueblo cordobés
Betts nació en Puerto Argentino y se radicó en Córdoba después de la guerra
AGUA DE ORO, Córdoba.- Su DNI dice: "Alexander J. Betts. Nacionalidad: argentino, nacido en las islas Malvinas". El "Inglés", como le dicen en el pueblo, es candidato a intendente por el partido Unión Vecinal para las elecciones del próximo 15 de abril en Agua de Oro. La gente lo sigue; las encuestas le dan bien, pero las dudas persisten: ¿es inglés o argentino?
Después de 25 años entre nosotros, Betts reconoce que ya está acostumbrado a la pregunta, aunque, a decir verdad, piensa que darse cuenta no es tan difícil. No debería serlo, al menos, para los millones de argentinos que creen, sinceramente, que las Malvinas son nuestras, que aquellas lejanas islas nos pertenecen de pleno derecho y que, por lo tanto, ser isleño es ser tan argentino como riojano, mendocino o santacruceño.
En estos días anteriores a la conmemoración de los 25 años del desembarco argentino en las islas, los carteles con su sonrisa franca se multiplican por las sinuosas callecitas de este pintoresco reducto serrano de 2400 habitantes, ubicado a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba.
Hay renovación de cargos municipales dentro de pocos días y Betts se propone como el cambio, frente a un adversario que aspira a una sexta reelección. "Me parece que el que no tomó nota de lo que pasó en Misiones está perdido ", dice, en velada alusión a Carlos Belli, su principal contrincante en los próximos comicios.
Betts ha participado de la vida de este pueblo cordobés, donde se afincó apenas llegó al continente, poco después de finalizado el conflicto armado.
Primero fue elegido concejal por la UCR y luego secretario de Gobierno de la municipalidad local, en dos períodos: 1987 y 1995. "Yo brindé mi ayuda durante 8 años y creí haber cumplido un ciclo. Por eso, esta candidatura no nació de mí, sino de mucha gente que en el pueblo me decía: «Che, Alejandro, ¿para cuándo?». Como Unión Vecinal, que reúne a peronistas, radicales, demócratas, creo que hemos logrado reflejar esa famosa transversalidad de la que tanto se habla, sin ser kirchneristas.
-De hecho, enfrentan a gente que está desde hace muchos años
-Sí, al actual intendente, que va por la sexta reelección. Puede sonar utópico pretender enfrentar a una maquinaria tan consolidada, pero la gente quiere el cambio.
-¿Le gusta Kirchner?
-Es un hombre muy interesante. No estoy de acuerdo en un ciento por ciento con él, pero tiene el mérito de haber rescatado a la Nación del desastre por todos conocido. Noto en los vecinos de mi localidad un consenso en el sentido de que "no estamos bien, pero estamos mucho mejor que antes". Pero nuestra idea es trabajar con distintos sectores y no encolumnarnos detrás de un solo color político.
Betts nació en 1947 y es cuarta generación de isleños. Su tatarabuela paterna, Rebecca Mc Cullen, era escocesa, y se casó en las islas con su tatarabuelo John Charles Betts, que venía de Lincolnshire, Inglaterra. Por parte de madre, su familia llegó con los primeros viajes de los colonos, en 1842.
Defensor de la soberanía
Desde muy joven, y a partir de numerosas lecturas e investigaciones, Alexander defendió la reivindicación de soberanía sobre las islas que se ejercía desde el territorio continental argentino, lo que le costó no pocos enfrentamientos con los kelpers. "Había isleños que en privado me decían: «Probablemente tengas razón», pero públicamente nadie se hacía cargo", recuerda hoy.
Tras la rendición argentina, el 23 de junio de 1982, Betts abandonó Puerto Argentino en el rompehielos Bahía Paraíso, junto a otros ciudadanos argentinos que habían cumplido tareas civiles durante el desarrollo de las operaciones militares. La decisión de trasladarse -asegura- la había tomado antes del conflicto armado, con la perspectiva de trabajar para LADE en Ushuaia o en Comodoro Rivadavia, y para estar más cerca de su hijo Pablo, que por ese entonces -como muchos otros adolescentes malvinenses- cursaba estudios secundarios en territorio continental argentino.
Finalmente recaló en Agua de Oro, donde prestó servicios en el Aeropuerto Internacional de Pajas Blancas, primero para LADE y luego, a partir de una reestructuración, como empleado civil de la Fuerza Aérea.
En las islas quedaron su madre, Malvina Goss, su hija Dawn, actual subsecretaria de Vivienda de las islas, tres nietos y su hermano Terry Betts, varias veces miembro del Consejo Legislativo local. Alexander había enviudado en las Malvinas antes de la guerra. De un segundo matrimonio, en Agua de Oro, tuvo tres hijos más: Verónica (23), Leonardo Martín (21) y Juan Manuel (20).
Para Betts, la causa Malvinas sigue latente en el corazón de los argentinos, pero hay un gran desconocimiento. "Hace falta mucha docencia", asegura. Cuenta que nació en Puerto Argentino pero que hasta los 34 años sólo tuvo el status de isleño, no de ciudadano. Su partida de nacimiento decía: "Nacido en Falkland Islands". Punto.
"Recién en 1983, como un consuelo a los padecimientos del conflicto, por decreto de la primera ministra Thatcher [Margaret], se les reconoció a los habitantes de las islas cierto grado la ciudadanía británica, pero con muchas limitaciones, que subsisten aún hoy, en 2007", explica.
-¿Cómo es la actitud de los isleños hacia los argentinos continentales hoy?
-Creo que con el ciudadano común no hay resquemor. Muchos isleños vienen a pasear y no tienen ningún problema.
-¿Vienen seguido?
-Sí. No está en la primera plana de los diarios, pero vienen con frecuencia y circulan libremente. Le resulta más barato venir y conocer la Argentina que ir a Europa, por ejemplo.
-¿Cómo describiría la realidad de los isleños hoy?
-Son muy reservados, introvertidos, pero si uno logra penetrar en sus sentimientos, encontrará personas de un gran corazón. La vida tradicional en las Malvinas de antes de 1982 desapareció. Por eso me hace gracia cuando dicen que, si las islas pasaran a manos argentinas, se perdería el estilo de vida. Pero ¡si eso ya no existe!
-¿Se sienten ingleses?
-No. Diría que desde que comenzaron a llegar los primeros colonos, de 1842 en adelante, fuimos todos malvinenses. De ingleses no tenemos nada. Somos anglohablantes, pero sin ningún tipo de identidad nacional. Yo era huérfano de patria hasta que llegué a Córdoba. Acá uno se puede explayar, decir lo que piensa, lo que siente. Esa diferencia se nota, y es una sensación de libertad increíble.
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