La historia de amor que cruza dos tramas de corrupción
El cuñado de De Vido, condenado por “la mafia de los contenedores” conoció en la cárcel a la exsecretaria del camarista Ordoqui y se casaron
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Con la excarcelación de Ricardo Jaime, el último kirchnerista que estaba preso por corrupción, algunos empiezan a reparar en la nueva vida de empresarios, dirigentes y exfuncionarios que tuvieron poder e influencia y que ahora intentan “reconstruirse” después de una temporada en la cárcel. Así, aparece una historia curiosa, en la que el amor entrelaza dos tramas de corrupción que se desarrollaron en la misma época pero tuvieron cursos paralelos.
Claudio “El Mono” Minnicelli es el cuñado de Julio De Vido, uno de los hombres más poderosos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Ese parentesco, además de su antiguo matrimonio con la vedete Celina Rucci, lo convirtió en una figura conocida del elenco del poder. Muchos lo mencionaban como un “gestor” de negocios con el Estado; otros como un “abre puertas” de los despachos oficiales. Lo cierto es que en 2017 fue detenido en Chapadmalal, después de haber estado nueve meses prófugo. Y dos años después, la Justicia lo condenó a cinco años de prisión como integrante de lo que se conoció en aquellos años como “la mafia de los contenedores”: una asociación ilícita dedicada al contrabando a gran escala con complicidad de funcionarios de la Aduana.
Lejos de los contenedores, la obra pública y Ciccone (por mencionar algunos de los escándalos que involucraron al kirchneismo) se desarrollaba en la provincia de Buenos Aires otro circuito de corrupción, enquistado en el corazón de la Justicia bonaerense. Uno de los actores centrales de ese entramado fue el exjuez César Melazo, que acaba de ser condenado este mes a siete años y medio de prisión como integrante de una asociación ilícita. Y por encima de Melazo se destacaba el camarista Martín Ordoqui, acusado de cobrar todo tipo de sobornos a cambio de otorgar excarcelaciones y otros beneficios procesales.
Ordoqui tardó varios años en ser detenido. Recién fue a prisión hace seis meses, porque su destitución se demoró y él se amparó en los fueros para eludir la cárcel. Pero la que fue inmediatamente presa fue su secretaria, una joven platense a la que acusaron de “gestionar” algunos de los beneficios que su jefe, aparentemente, vendía sin demasiado disimulo. María Eugenia Mercado fue detenida y enviada a la cárcel de Ezeiza, donde estaba preso Minniceli.
En ámbitos de la justicia bonaerense aseguran que Ordoqui “le soltó la mano” a Mercado, a pesar de que ambos tenían una relación cercana y que ella cumplía, supuestamente, encargos que él le realizaba. Durante años, además, se dio la curiosa situación de que la secretaria cumplía prisión preventiva mientras Ordoqui (suspendido, pero con fueros) se mostraba “como si nada” en restaurantes y boliches de City Bell.
A pesar de ocupar pabellones separados, la cárcel cruzó a Mercado con Minnicceli. “Se conocieron en unos talleres”, cuentan en ámbitos judiciales. Y así nació una relación que entrelaza, de alguna forma, dos tramas de corrupción que, hasta donde se sabe, habían transitado por carriles paralelos.
El cuñado de De Vido y la exsecretaria de Ordoqui se casaron hace pocos meses, cuando ella cumplía todavía arresto domiciliario. En el mundillo abogadil de la capital bonaerense, el dato no pasó inadvertido. Fue registrado como un casamiento austero, en el paisaje bucólico de Brandsen. Según comentarios que se escuchan en los tribunales bonaerenses, la ceremonia estuvo ligeramente politizada. Incluyó un discurso de De Vido, que actuó como una especie de “padrino” oficioso de un ritual en el que sobrevolaba alguna idea de “dar vuelta la página”. Un cura bendijo a la pareja sin ocultar su gratitud “con Julio”.
De acuerdo con las reconstrucciones que se escuchan en La Plata, la escena remitía a algunos mundos en descomposición. Es probable que sobrevolaran, además, resentimientos contenidos. De Vido también exhibe las marcas de unos años en prisión y no esconde su decepción con Cristina Kirchner. Ordoqui todavía estaba en libertad cuando se concretó la boda, pero sabía -seguramente- que más tarde o más temprano lo esperaba la prisión.
Los vínculos entre Melazo y Ordoqui con el kirchnerismo existieron mucho antes de que el amor y el azar entrelazaran estas historias. A Ordoqui se lo ha vinculado a Aníbal Fernández desde los tiempos lejanos en los que el actual ministro de Seguridad de la Nación era intendente de Quilmes. Con fundamentos o sin ellos, Melazo, mientras era juez, se “vendía” como futuro ministro de Seguridad “de Aníbal” y blanqueaba en Twitter su militancia en el Frente de Todos.
De aquellos mundos, algunas cosas han desaparecido y otras no. Aníbal Fernández es ministro de Seguridad y De Vido sueña con su resurrección política. Melazo y Ordoqui están presos. Algo de todo eso se cruzó en el matrimonio de Minnicelli y Mercado, dedicado hoy a menesteres menos arriesgados: administran una guardería canina.
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