La gobernadora de Río Negro reclamó un mayor presencia del Estado nacional ante “un grupo de inadaptados”
Arabela Carreras dijo que el ataque contra un puesto de Gendarmería por sectores que se autodenominan mapuches “no puede pasar inadvertido”
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LA NACION
La gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, condenó el ataque contra el puesto de Gendarmería ocurrido en la noche del domingo en Villa Mascardi, frente a la cabaña Los Radales, que había sido incendiada meses atrás. “Tenemos un problema de violencia en algunas regiones, en particular en Villa Mascardi, con un grupo de inadaptados que usan sus banderas como excusa para ejercer violencia contra nuestra población. Y esto es absolutamente inaceptable”, advirtió.
Durante la apertura de una sesión del Parlamento Patagónico, Carreras reclamó “una presencia muy clara del Estado nacional” en la zona. Al referirse al ataque con piedras, disparos de bala y fuego que un grupo de 20 personas o más emprendió contra el puesto montado por la Gendarmería, la gobernadora señaló: “Esto significa que el Estado nacional en su presencia territorial en la Patagonia ha sido agredido”.
“¿De qué estamos hablando? Si nosotros desconocemos al Estado Nacional y su autoridad, entonces podemos desconocer absolutamente todo. Entonces, ¿de quién es la Patagonia? Porque Mascardi es uno de los mejores ejemplos de territorio patagónico: extenso, montañoso, con bosques, con pobladores aislados. Eso es lo que es la Patagonia”, sostuvo Carreras.
“No puede hacer que aceptemos que los gendarmes, que son trabajadores que defienden nuestra frontera y nuestra Patria sean agredidos y que esto pase inadvertido por todos nosotros y las autoridades nacionales”, aseveró Carreras, para solidarizarse con los gendarmes agredidos.
Aunque dirigido a la Casa Rosada, el reclamo de Carreras dista en el tono de la vehemencia con la que la gobernadora supo exigirle mayor asistencia a la Nación años atrás, cuando comenzaron a sucederse con mayor frecuencia los ataques y usurpaciones sobre vecinos, terrenos privados y públicos de grupos que se reivindican como mapuches.
Entre los primeros encontronazos, ante los cuales la Casa Rosada evitó brindar asistencia, y el llamado de atención que lanzó hoy la gobernadora, mucho más moderado, lo que cambió fue la relación política del gobierno nacional con Juntos Somos Río Negro, la fuerza que Carreras lidera junto al exgobernador y senador nacional rionegrino Alberto Weretilneck, que se convirtió en un aliado indispensable para que Cristina Kirchner logre el quorum y los votos necesarios para aprobar sus proyectos en el Senado.
Ese cambio en la relación derivó en una mayor predisposición de la Casa Rosada para enviar efectivos federales que custodien las propiedades y vecinos que sufrieron ataques. También la reciente salida de una aliada de Alberto Fernández, Magdalena Odarda, de la cúpula del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Pero el gobierno nacional mantiene su decisión de apostar a mesas de diálogo tanto ante las comunidades de pueblos originarios que mantienen reclamos desde hace años como con los grupos que actúan de manera violenta, incluso en contra de fallos de la Justicia que decidieron desalojos.
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