La gira presidencial: Milei aterrizó en Miami para recibir una distinción en una sinagoga antes de ver a Elon Musk
El Presidente llegó en el vuelo 1302 de Aerolíneas Argentinas con su hermana, Karina Milei, y el rabino Axel Wahnish
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MIAMI.- Con casi una hora de retraso, Javier Milei aterrizó este miércoles en Estados Unidos a las 7.41 a.m., hora local, en el vuelo 1302 de Aerolíneas Argentinas. La caravana presidencial, escoltada por la policía local, llegó poco más de una hora después al Grand Beach Hotel, en Surfside, al norte de Miami Beach, donde esperaba el embajador designado en Washington, Gerardo Werthein. Apenas Milei se bajó de la camioneta Suburban, ambos se fundieron en un largo abrazo. Milei entró al hotel, saludó a los agregados militares de la embajada argentina, que también viajaron desde Washington a Miami, y subió a su habitación. No hizo declaraciones.
Es la tercera vez que el Presidente Milei pisa suelo norteamericano desde que ganó la elección presidencial el año anterior –es el país que más veces visitó–, ahora traído por una distinción que recibirá esta noche en una ceremonia cerrada en la Sinagoga “The Shul”, donde será nombrado “Embajador Internacional de la Luz” junto con su hermana, Karina Milei, por su respaldo a Israel. Habrá alrededor de 500 personas en la ceremonia.
Pero aunque el viaje de Milei tiene un origen espiritual –al igual que el primero que hizo a Estados Unidos luego de ser electo presidente–, la visita se estiró despúes de que se confirmó un encuentro con el empresario Elon Musk en Austin, Texas, ahora previsto para este viernes a la mañana, según informó el vocero presidencial, Manuel Adorni. La comitiva todavía no ha definido la logística de ese encuentro. Después de Texas, Milei seguirá viaje a Dinamarca para coronar la compra de aviones F-16 con una ceremonia la semana próxima. En el medio, verá en Miami al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn.
Sin dejar de pensar en el día a día de la Argentina, Milei publicó apenas aterrizó una larga declaración en X sobre la libertad de expresión en la cual volvió a cargar contra la prensa al indicar, sin hacer distinciones, que el periodismo “se ha corrompido, ensuciado y prostituido al calor de los sobres y la pauta oficial”.
En Miami, Milei se moverá junto con su hermana, Karina; Werthein; el rabino Axel Wahnish, su guía espiritual y su futuro representante en Israel, y el cineasta Santiago Oria, a cargo del archivo (subió a redes un video de Milei saludando a los pasajeros en el vuelo de Aerolíneas). En el lobby del Grand Beach Hotel, decorado con piso de mármol, sillones de ratán y enormes plantas aves del paraíso custodiando casi todas las paredes y ventanas, también se vio a personal de la cancillería y del consulado argentino en Miami entre los turistas que iban y venían a la playa o la pileta del hotel, y también familias judías ortodoxas.
El cara a cara con Musk terminó por darle envergadura a un viaje que había sido pensado originalmente casi como una visita privada, y se convertirá en la reunión más importante hasta el momento de Milei con un empresario desde que llegó a la Casa Rosada.
Estricta reserva
La ceremonia de esta tarde en la Sinagoga “The Shul”, en Surfside, apenas a una cuadra del hotel donde se hospedan Milei y la comitiva, será cerrada, bajo estricta reserva, sin acceso a la prensa; no está previsto tampoco que se difunda información o imágenes o que se conozcan detalles sobre el encuentro. A la ceremonia se esperan unas 500 personas, según fuentes de la comitiva.
Allí, Milei será distinguido por “sus incansables esfuerzos en nombre de Israel y la comunidad global, honrando su inquebrantable dedicación a difundir la libertad, la esperanza y los sentimientos positivos frente a la oscuridad”. La ceremonia coincidirá con la inauguración de una ampliación del Centro Menachem Mendel Schneerson que incluye un nuevo salón, una biblioteca, un preescolar, una escuela hebrea y una sala para la juventud.
La gira al Presidente le permitirá volver a marcar su alianza estratégica con Estados Unidos.
El viaje ocurre a la par de una visita de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a Washington, donde se reúne esta semana con funcionarios del gobierno de Joe Biden. Bullrich asumió la presidencia de un cuerpo de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el crimen organizado transnacional. Y la semana próxima, el ministro de Economía, Luis Caputo, desembarcará junto con el resto del equipo económico en la capital norteamericana para participar de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y avanzar en las discusiones sobre un nuevo programa que podría llegar a aportar fondos frescos para apuntalar la estabilización de la economía.
Reunión con Elon Musk en Tesla
El cara a cara entre Milei y Musk en la fábrica Tesla Giga Texas llega con un historial de elogios entre ambos de trasfondo. Uno de los primeros cruces se dio cuando el empresario felicitó al Presidente tras ganar las elecciones en noviembre del año pasado. “Hoy mantuve una gran conversación con Elon Musk, donde le agradecí por defender las ideas de la libertad y apoyar nuestro trabajo, especialmente teniendo en cuenta todo lo que él representa como ícono de la libertad en el mundo”, detalló el mandatario entonces.
“Elon me deseó mucha suerte y éxitos en la tarea, recordando que la Argentina supo ser uno de los países más prósperos e influyentes del mundo y que era consciente de todos los desafíos que, tanto la Argentina como yo, tenemos por delante”, remarcó luego.
Musk después elogió el discurso de Milei que brindó en el Foro de Davos: “Buena explicación de lo que hace que los países sean más o menos prósperos”, dijo. Milei le agradeció con un efusivo: “¡¡¡Elon Musk muchas gracias!!!”.
El vínculo tiene un correlato en los negocios. Poco después de asumir, Milei autorizó la llegada de Starlink a la Argentina. Y el país también posee un insumo vital para Tesla: el litio, el nuevo “oro blanco”, el insumo principal de las baterías que se utilizan en los vehículos eléctricos.
Polémico, excéntrico y exitoso, Musk se abrió paso en el establishment corporativo norteamericano liderando la revolución de los autos eléctricos con su empresa insignia, Tesla, un impulso innovador que luego trasladó a otros proyectos como Starlink y SpaceX. Pero Musk también se convirtió en el último tiempo en un símbolo de la ultraderecha y un imán de críticas de la izquierda, sobre todo por el giro que imprimió en la red social Twitter, a la que rebautizó X luego de comprarla, y donde ahora, apuntan sus críticos, proliferan el racismo, el discurso de odio y hay mucha más desinformación que antes, teorías conspirativas incluidas.
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