El búnker Pro, entre Fito Páez y los globos "buena onda"

Ni Gabriela Michetti ni María Eugenia Vidal, sus compañeras de fórmula. Ni siquiera el asesor estrella Jaime Durán Barba. Los principales acompañantes de Mauricio Macri en las fiestas Pro fueron los globos "buena onda".

Azules, rojos, verdes, amarillos... pintados con una sonrisa, los globitos se robaron los flashes en la nueva victoria electoral. Su importancia se institucionalizó cuando desde el público gritaron: "¡Bajen los globos!", tal como Cristina Kirchner le pide a sus militantes que bajen las banderas.

Habían pasado desapercibidos en 2007 cuando los protagonistas del cotillón habían sido las remeras con la inscripción "Macri Presidente 2011". Hombre de cábalas, el líder de Pro esquivó cualquier referencia, "Se siente, se siente, Mauricio Presidente", le cantaron, pero evitó pronunciarse sobre las plegarias de sus militantes.

Pese a la cómoda victoria, Pro bajó las revoluciones en este nuevo festejo. "Nos faltó la dosis de incertidumbre", reconoció una diputada con una sonrisa despreocupada. A pesar de que la derrota del kirchnerismo estaba sentenciada hace rato, la música sonó toda la noche en el búnker macrista. Toda una marca registrada.

Arriba del escenario Macri le cedió el protagonismo a sus candidatos. Federico Pinedo, poco acostumbrado a conducir el show, tomó el micrófono. El jefe de la bancada Pro en Diputados afrontará una "operación compleja", como él mismo definió su candidatura para renovar su banca sin candidato a presidente en su boleta. "Le vino bien, porque agarró todo el prime time", dijeron desde su entorno.

Sobraban candidatos para conducir el evento. El humorista Miguel del Sel, la revelación en los comicios santafecinos, prefirió quedarse a un costado. Como si faltaran personajes locales con capacidad para ganarse al público, desde Salta llegó el diputado Alfredo Olmedo, con su clásica campera amarilla.

Pese a la importancia del personaje, en Pro no lamentaron una ausencia clave. Durán Barba, el hombre de la elección porteña, pasó por Costa Salguero pero se quedó detrás de bambalinas. El asesor estrella fogoneó que Macri se bajara de la pelea nacional para reelegir en la ciudad. Su estrategia fue un éxito y pese a que luego del triunfo en primera vuelta se había llevado todos los laureles a su paso por el búnker, esta vez evitó mostrarse.

Llegó al búnker cerca de las cinco, pero antes había deliñado el discurso que el jefe de gobierno pronunciaría una vez consumado el triunfo. Siguió en detalle el recuento de votos acompañado por el equipo de comunicación, pero esquivó el contacto con los medios.

"¿Era necesaria tanta exposición?", se preguntó en voz alta una de las espadas macristas en la Legislatura, en referencia a la denuncia por "campaña sucia" que impulsa el kirchnerismo y que involucra al ecuatoriano.

Hubo más ausencias importantes. "No sé por qué no están Horacio González y Ricardo Forster. El triunfo también es de ellos", lanzó, irónico, un hombre cercano al jefe de gobierno. Los intelectuales kirchneristas, junto al ministro Alberto Sileoni, habían alimentado la polémica con críticas al electorado porteño.

En la intimidad festejaron Ricardo Alfonsín, Elisa Carrió y Eduardo Duhalde, los candidatos opositores que intentan ganarse al electorado porteño. "Hace dos meses decían que éramos su límite y ahora se mueren por cerrar un acuerdo nacional con Mauricio", dijo un encumbrado legislador, muy contento por el triunfo.

Para sorpresa muchos, sí estuvo Fito Páez. El artista afín al Gobierno, que dijo que le daba "asco" la mitad de la ciudad estuvo, a su manera, en el bunker de Costa Salguero. "Y dale alegría, alegría, a mi corazón... bebamos y emborrachemos la ciudad", sonó justo antes de que Macri bajara del escenario.

"No hay nada más Pro que tener al tipo que insultó a los porteños en esta fiesta", dijo un allegado al jefe de gobierno. Y, cargado de ironía, agregó: "Esto es diálogo, esto es diversidad".

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