La familia de Cecilia Strzyzowski advierte maniobras para dilatar la causa hasta que pasen las elecciones en Chaco
Así lo señaló la abogada y tía de la joven desaparecida, Karina Gómez, luego de que el juez de Garantías Juan Carlos Codina se excusara del proceso
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RESISTENCIA.- La abogada Karina Gómez, querellante y tía de Cecilia Strzyzowski, la joven de 29 años desaparecida desde el 1º de junio pasado, no tiene dudas de que se busca evitar que antes de las elecciones del domingo haya avances categóricos en la causa en la que están detenidos César Cena, su padre, el líder piquetero Emerenciano Sena, y su madre, Marcela Acuña, líderes de una organización aliada al gobernador Jorge Capitanich.
El argumento de Gómez se sustenta en que, según advirtió a LA NACION, el juez de Garantías Juan Carlos Codina se excusó de seguir interviniendo en el caso en el que se investiga el presunto femicidio de Strzyzowski, cuyo rastro se desconoce desde hace 15 días.
Codina dejó el caso basado en la norma que le impide intervenir como magistrado a quien tiene “amistad o enemistad” con una defensora oficial de uno de los acusados, con quien tuvo un “inconveniente” que fue zanjado por la Corte Suprema de Chaco, según informaron desde la Procuración chaqueña. En lugar de Codina asumió el juez Héctor Horacio Sandoval.
Karina Gómez, pariente de la joven desaparecida y abogada de la familia, advirtió que esto va a complicar el avance de la causa porque hay medidas que, sin juez, no podrán tomarse. Gómez ejerce el rol de querellante en la causa.
La secuencia que maneja la fiscalía es que Cecilia fue el jueves a la noche con su esposo al bar Gato Negro, que manejaban desde hace un tiempo, pero estaba cerrado. Luego, pasaron la noche en el motel Ruta 66, y el viernes a la mañana entraron a la casa de Emerenciano Sena. Desde ese momento nunca más se vio con vida a Cecilia.
El exabogado de César Sena Juan Díaz contó a este diario que el viernes a la mañana los suegros de Cecilia no estaban en la casa, sino que se encontraban en el barrio Emerenciano. César Sena salió de la casa al mediodía y fue hasta allí solo, sin su esposa. La hipótesis es que la joven ya estaba sin vida. El principal acusado habló con su madre y partió a una actividad política en Colonia Elisa. Sus padres regresaron a la casa al mediodía. Él llegó después y luego arribaron Gustavo Obregón y Fabiana González, quienes habrían cargado bolsas en una SUV Citroen, propiedad del primero. Esa secuencia es la que se maneja con detalle en la causa. Y complica a todos los detenidos.
Desde el entorno de la víctima observan que la defensa de los imputados comenzó a jugar sus fichas. Este miércoles asumió como defensor de Emerenciano Sena y su esposa el abogado Juan Carlos Saife, un penalista de larga trayectoria, que fue juez provincial y camarista federal y además funcionario del gobierno de Jorge Capitanich. El objetivo sería, según fuentes que siguen el caso, tratar de centrar la causa en César Sena y alejar del foco a sus padres. Por lo menos hasta el domingo, cuando se realicen las elecciones. Emerenciano Sena y su esposa tienen vínculos estrechos con el gobernador y se teme que el caso influya en las urnas. El miércoles a la noche, la marcha de las antorchas para reclamar justicia por Cecilia fue masiva en pleno centro de Resistencia. No es sencillo que la clase media de la capital chaqueña marche para reclamar, un práctica que solo utilizan los grupos piqueteros.
Una maniobra que se advirtió fue la extraña decisión que tomó César Sena, el principal imputado, esposo de la joven desaparecida, de pedir a la Fiscalía que quería declarar, algo que no había hecho dos días antes cuando fue sometido a indagatoria. César Sena no tiene abogado defensor desde el miércoles a la noche, cuando Díaz, un abogado del movimiento social, renunció por una cuestión moral, según dijo, luego de ver “evidencias contundentes” en el expediente.
A César Sena le designaron un defensor oficial. Pero después, según las fuentes judiciales, se arrepintió y no declaró. Otro paso llamativo en la causa fue la declaración del casero Gustavo Melgarejo, también detenido, que dijo que vio a Cecilia con vida en el campo de Emerenciano. Afirmó que iba en un vehículo con su esposo y otras dos personas. Se presume que esa declaración podría ser falsa para desviar la atención, que está centrada en los restos de sangre que se encontraron en la casa de Emerenciano Sena, que sería de Cecilia. La hipótesis de la fiscalía es que allí fue descuartizada. Y que pare ello se usó una sierra de carnicero.
Luego se conoció que Sena escribió un mensaje desde la comisaría 3º, donde se encuentra detenido, en el que dijo tener miedo por su vida. El principal acusado advirtió que su exabogado Díaz podría atentar contra él. “Estoy acusado en esta causa y me enteré porque escuché que Díaz que era mi abogado defensor y de toda mi familia está saliendo en todos los medios de comunicación y está hablando cosas horribles de mí”, dice el acusado en una carta escrita de puño y letra. “Tengo miedo por mí y hago responsable a esta persona si a mí me pasa algo”, cierra el texto.
En paralelo, se volvió a allanar la casa de Gustavo Obregón, otro de los presos por el caso, acusado de haber sido “partícipe secundario” del presunto “homicidio agravado”. Según confirmó la fiscalía, durante el primer allanamiento en el departamento que alquilaba Obregón, los investigadores “secuestraron la ropa con la que [Cecilia] habría llegado el viernes 2 de junio al domicilio de Emerenciano Sena”.
Ese viernes por la mañana, Cecilia y César Sena fueron a la casa de los padres de él. Quedaron registrados en las cámaras de seguridad entrando a la casa y esa es la última imagen que los investigadores tienen de la joven.
Según publicó el diario El Norte, en el departamento de Obregón se encontraba totalmente vacío. Se supo también durante las últimas horas que en medio de la desaparición de Cecilia, el clan Sena y sus colaboradores más estrechos sacaron de circulación un total de 10 celulares y a su vez activaron otra decena de teléfonos para continuar comunicados. En éste contexto es que aparece Magali Fernández Leyes, quien esta semana decidió entregar voluntariamente a la justicia su celular y prestar declaración.
La fuente aportó que el teléfono de la joven ayudaría a localizar los 10 celulares descartados por el clan Sena e incluso podría establecerse la última geolocalización, aportando a la causa más elementos qué esclarecerían la misteriosa desaparición de Cecilia.
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