"La explosión de la planta de Río Tercero fue intencional"
El ex directivo de Fabricaciones Militares dice que se debió al contrabando de armas
La explosión en Río Tercero "fue intencional y creo que sus autores quisieron tapar pruebas del contrabando de armas a Croacia y a Ecuador", afirma el coronel (R) Edberto González de la Vega en un reportaje con La Nación en el que agregó que "es imposible" que el ex presidente Carlos Menem, varios de sus ministros y el ex jefe de Ejército general Martín Balza no estuvieran al tanto de los envíos ilegales de armas realizados entre 1991 y 1995.
La importancia de sus dichos radica en que el oficial fue director de Coordinación Empresaria de Fabricaciones Militares (FM) y lo enviaron como jefe de la planta de FM en Río Tercero después de que esa fábrica estallara en 1995 y matara a 7 personas e hiriera a 300.
González de la Vega cumple prisión preventiva en el destacamento de Gendarmería en Campo de Mayo. El juez penal económico Julio Speroni lo procesó por contrabando agravado. También está procesado en el fuero federal con Balza y otros oficiales por malversación de efectos del Estado (armamento).
El contrabando de armas se realizó al amparo de tres decretos presidenciales secretos que contenían falsedades. Autorizaban venderle a Panamá y a Venezuela las armas que fueron a Croacia, a Bosnia y a Ecuador. Los firmaron Menem, sus ex ministros de Defensa Antonio Erman González y Oscar Camilión, el ex canciller Guido Di Tella y el ex titular de Economía Domingo Cavallo.
La mayor parte del material contrabandeado no pertenecía a FM, sino al Ejército, y era acondicionado en la planta de Río Tercero, escenario clave del contrabando.
"Muchas cosas las conocí al leer los expedientes. Tardé mucho en darme cuenta de lo que me habían hecho: me achacaban responsabilidades que no eran mías. Hubo un camino marcado para involucrarme, pero no estoy en contra del Ejército."
-¿A quién querían proteger?
-Al coronel (Carlos) Franke, ex director de Producción de FM. De él dependían las fábricas y las exportaciones y era el enlace entre FM y el Estado Mayor a través de la Secretaría General del Ejército.
(Con la aparición de documentos desconocidos, Franke fue procesado y desde ayer cumple prisión al lado de González de la Vega.) -El contrabando empezó en 1991 y, tras una pausa, siguió desde 1993 hasta marzo de 1995 con siete embarques marítimos, tres aéreos y más de cien protagonistas. ¿Puede ser que Menem, sus ministros y secretarios y Balza ignoraran todo, como repiten?
-Es imposible.
-¿Quiénes son los responsables?
-Se lo dice el artículo 34 de la ley 12.709 de creación de FM, que establece que FM asesora en las ventas, pero que Defensa, Cancillería y Economía son los que proponen, y el Poder Ejecutivo el que autoriza las operaciones, debiendo poner en conocimiento del Congreso el decreto firmado. ¿Los decretos fueron al Congreso que creó esa ley? Me parece que no, porque están los pedidos de informes que presentó (desde el 1º de marzo de 1994) el entonces diputado (Antonio) Berhongaray.
-¿Quién debía enviar los decretos al Congreso?
-El Poder Ejecutivo.
-¿Ustedes en FM no sabían que las armas iban a Croacia?
-Había mucho runrún y estaban los pedidos de Berhongaray. Pero Defensa nos seguía ordenando: "¡Saque!", "¡Salga!". Desde agosto de 1994 la deducción era que eso iba a la Zona Libre del Canal de Panamá y que de ahí volaba a otro lado. De todos modos, yo fui quien paró el cuarto embarque aéreo de fusiles el 26 de febrero de 1995 cuando esa mañana leí en La Nación que en vez de ir a Venezuela tal vez iban a Ecuador.
-¿Quién trajo el negocio en 1991?
-Creo que el Ministerio de Defensa; no lo puedo afirmar.
-¿Por qué recomenzaron las operaciones en junio de 1993?
-Creo que porque se aproximaba la privatización de la FM San Martín, y allí habían quedado muchos contenedores de la exportación de 1991 en el buque Opatija. Era un arsenal enorme, un verdadero polvorín al lado de la General Paz, y había que sacar los contenedores.
-¿La plata entró en FM?
-Por supuesto. Mediante transferencias bancarias.
- A fines de 1993 FM agotó sus stocks y se recurrió al armamento del Ejército.
-Los elementos del Ejército los manejaba Producción con las fábricas, no era un asunto mío. El interventor en FM Luis Sarlenga (también con prisión preventiva) hablaba con Balza. Lamentablemente, aquí hay alguien que murió sin declarar, el general Juan Carlos Andreoli.
-Murió al estrellarse un helicóptero del Ejército en Palermo en octubre de 1996. Había sucedido a Sarlenga.
-Y antes fue director de Arsenales del Ejército. Era el pivote.
-¿Fue un atentado?
-Una serie de circunstancias me llevan a pensar mal. No tengo pruebas, pero al caer el helicóptero mueren, entre otros, Andreoli y el coronel (Rodolfo) Aguilar, que fue agregado militar en Lima y en febrero de 1995 envió un aviso sobre el posible contrabando a Ecuador.
-Río Tercero estalló el 3 de noviembre de 1995, cuando avanzaba la investigación judicial, y allí trataban de clonar los obuses del Ejército que fueron a Croacia. ¿Cuál fue la causa?
-Fue intencional, para mí no cabe otra posibilidad. Me cuesta creer en un accidente porque ese material necesitaba un calor tremendo e instantáneo para explotar. Y en Río Tercero no hubo una explosión, sino varias, y espaciadas.
(En efecto, la primera ocurrió a las 9.08, y hubo cuatro más: a las 9.15, 11.25, 15.30 y 17.30.) -¿Quiénes volaron Río Tercero?
-Ni los efectivos, ni los operarios. Creo que los autores no quisieron ocasionar un desastre, pero sí tapar pruebas del contrabando.
-¿Cuáles?
-Se habla de munición y de armamentos que no estaban en los decretos presidenciales, pero que igual habrían salido, y que allí se clonaron cañones y obuses del Ejército. Me extraña que no se investigara el camión de Juncadella.
-Es cierto, había uno para el pago de los sueldos.
-Un camión blindado es el sitio ideal para observar sin peligro.
-A usted lo enviaron después de la explosión.
-No, después del segundo estallido, que fue el 24 de noviembre. El 25 me enviaron y fue una trampa.
-¿Por qué?
-Las fábricas no dependían de mí sino de Producción, pero una hija del coronel Franke se casaba el 25 y Andreoli me mandó a mí. Cuando llego, me llama Andreoli y me dice: "Por orden de Camilión y de Balza tenés que hacerte cargo de la fábrica." Le dije: "Eso es una barbaridad." Cinco días después de llegar, Clarín publicó que estaba involucrado en la causa de las armas. Creo que eso salió del Ejército para presentarme como que fui a encubrir, y no era cierto.
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