La exitosa carrera de un represor de la ESMA
Debutó como empresario en la inmobiliaria de M.A. Rádice
En sus años mozos, en la Escuela de Mecánica de la Armada, Ricardo Miguel Cavallo manejaba una importante base de datos, hacía negocios inmobiliarios y era especialista en documentación. Cuando salió de la ESMA, Cavallo siguió haciendo más de lo mismo y le fue muy bien, hasta su detención en México, el 25 de agosto pasado, por crímenes de lesa humanidad.
A través de testimonios de los ex prisioneros de la ESMA que estuvieron más cerca de él, de los empresarios que luego trabajaron con él y de fuentes de la Justicia, de la Marina y de Interpol, más el entrecruzamiento de bases de datos públicas y privadas con archivos periodísticos, La Nación pudo reconstruir buena parte de la historia de Miguel Angel Cavallo.
Es la historia de cómo un oscuro capitán de corbeta se convirtió, de la noche a la mañana, en un empresario exitoso de proyección internacional. El reciclaje de Cavallo, a su vez, ayuda a entender cómo se hizo el reciclaje de los bienes de los miles de personas que desaparecieron en la ESMA.
Sérpico
Cavallo tenía 27 años cuando llegó a la ESMA en 1976. Según testimonios de prisioneros sobrevivientes que pasaron por ese centro clandestino de detención, entre 1976 y 1978 Cavallo trabajó en un "grupo de tareas" que, entre otras cosas, se dedicaba a secuestrar, torturar y robar. En esa época el teniente Cavallo usaba jeans, flequillo y pelo largo. Se había infiltrado en la Universidad de Buenos Aires, donde simulaba ser estudiante de Ciencias Exactas. De ahí su apodo: Sérpico.
Entre 1978 y 1980 Cavallo quedó a cargo del sector de Inteligencia que llamaban Pecera. En Pecera Cavallo manejaba mucha información. "Esa noche tuve contacto con los cuatro cassettes de microfilms, pude ver la dimensión de la matanza que había dentro de la ESMA, porque había aproximadamente 5000 casos y las L, que representaban la libertad, eran realmente muy, muy pocas... Los cassettes nos los trajo el oficial de inteligencia alias Marcelo o Sérpico, Cavallo es el apellido", testificó el ex detenido Carlos Muñoz en el juicio a las juntas militares de 1985.
En Pecera se elaboraban las fichas de las personas elegidas para ser secuestradas. A veces los secuestros se hacían con fines puramente comerciales. Por ejemplo, una abuela de 77 años, María Urquivi de Francese, fue secuestrada en La Plata por un grupo de la Marina y la policía bonaerense. Le hicieron firmar un poder, le arrebataron varias propiedades y después la mataron. Al tiempo, el cadáver apareció en una fosa común.
Desde Pecera, además, se manejaba el centro de documentación. Allí, siempre según testimonios de sobrevivientes, prisioneros falsificaban cédulas, DNI, libretas de enrolamiento, pasaportes argentinos y extranjeros, credenciales, registros, lo que hiciera falta. En dos meses, un prisionero de Cavallo dijo que llegó a fabricar cuatro mil hojas de pasaporte. Con los documentos falsos, Sérpico robaba propiedades.
El saqueo
"Hacia fines del año ´79 el teniente Cavallo ordena que se me confeccione un documento de identidad falso, lo cual se hace en el sótano de la ESMA. El teniente Cavallo me conduce a una escribanía. Me informa que lo que voy a hacer es firmar un poder, que ese poder es para vender el departamento de un detenido que se encontraba en la ESMA. Me entrega el documento en la escribanía, me hacen esperar y él realiza todas las conversaciones y me ponen frente a los ojos un poder, donde me dicen que estampe la firma, lo cual hago. Retiran el documento y soy trasladado nuevamente a la ESMA," testificó Lázaro Gladstein en el juicio a las juntas.
Cavallo tenía un amigo en Pecera que se llamaba Miguel Angel Rádice, alias Ruger. Se dividían las tareas: Sérpico aportaba los datos y los documentos y Ruger se encargaba de reducir las propiedades robadas. Según varios testimonios, en 1981 Rádice mudó el archivo de Pecera a la casa de sus padres, en la calle Zapiola, y allí mismo instaló su primera inmobiliaria.
Además de vender propiedades robadas, Rádice actuaba como secretario personal del almirante Emilio Massera, que por entonces tenía aspiraciones políticas. Hoy Massera está preso en su casa por una causa que lo vincula con el robo de bebes, pero Rádice sigue haciendo negocios con el empresario de la derecha peronista Miguel Angel Egea desde sus inmobiliarias Long Regent y London Clubs.
Los amigos
Cavallo y Rádice eran muy amigos, pero también muy distintos. A Rádice le gustaba figurar. A principios de los años 80 aparecía siempre cerca de Massera. Después trabajó para Alberto Kohan en la Fepac, la fundación que en 1989 sirvió de trampolín para la candidatura presidencial de Carlos Menem. Ultimamente fue delegado en un congreso del Partido Justicialista en Mar del Plata.
Cavallo andaba en otra cosa. Lo suyo eran las bases de datos y la falsificación. Hasta trabajó en un proyecto para falsificar billetes de moneda chilena en pleno conflicto por el canal de Beagle, según los testimonios mencionados.
En 1980 Cavallo se falsificó a sí mismo. Le habría hecho llegar a un prisionero, Víctor Basterra, una credencial auténtica de la SIDE, con el nombre "Miguel Angel Cavallo" para que Basterra usara de modelo para falsificar más credenciales. Basterra se la robó. Años más tarde la presentó en el juicio de las juntas.
La foto de la credencial salió publicada en el Diario del Juicio y los organismos de derechos humanos se convencieron de que el teniente Cavallo, alias Sérpico, Marcelo o Ricardo, era Miguel Angel Cavallo.
De esta manera, intencionada o casual Ricardo Miguel Cavallo inventó un personaje, el represor Miguel Angel Cavallo. Así figura en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep), y así figura en la causa del juez español Baltasar Garzón, que ordenó su detención en México.
Cavallo partió para París en 1980, por orden de la Marina. Según testimonios de ex prisioneros, se llevó de la ESMA un juego de documentos falsos.
Desde París condujo la campaña de propaganda del gobierno militar. Volvió a la Argentina en 1984 y, según altas fuentes de la Marina, se dedicó al estudio universitario. En 1985 cursó un semestre de Meteorología en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires. Entre 1987 y 1988 estudió Análisis de Sistemas en la Universidad de Belgrano. Se había anotado como Ricardo Cavallo, a secas. En 1990 pidió el retiro de la Marina y comenzó su carrera empresarial.
Al año siguiente ya tenía trabajo: director suplente en London Clubs, la inmobiliaria de Rádice y Egea.
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