La elección de los consejeros altera el armado electoral
El kirchnerismo y la oposición comenzaron a definir estrategias y a evaluar posibles candidatos para los próximos comicios

En paralelo con la discusión encendida acerca de los efectos que tendrá en la salud de la democracia la reforma judicial que impulsa el Gobierno, dirigentes del oficialismo y de la oposición comenzaron a evaluar el impacto que pueden tener los cambios sobre el escenario electoral y las estrategias de las distintas fuerzas.
La modificación que podría alterar la dinámica de los próximos comicios es la que establece que los consejeros de la Magistratura que accedan a esos cargos en representación de jueces, abogados y académicos, deberán postularse como candidatos de los partidos políticos. De aprobarse la reforma, los nombres de los aspirantes a consejero irán en la misma boleta que los candidatos a legislador nacional.
Así quedó establecido en el dictamen que se aprobó el miércoles pasado, en el Senado. En el artículo 3 bis de la propuesta se determina que los precandidatos a consejero, sean jueces, abogados o académicos, integrarán, en las elecciones primarias del 11 de agosto, un cuerpo más de la boleta que presenten los partidos. Ahí deberán figurar cuatro postulantes en representación de los académicos, dos de los jueces y dos de los abogados, además de los suplentes.

A diferencia del proyecto original, que dejaba la cuestión abierta a la reglamentación posterior, en el dictamen se dejó claro que el cuerpo de la boleta que integren los postulantes a consejero irá adherida a la derecha de las candidaturas legislativas nacionales. Esa aclaración, introducida a último momento por la mayoría oficialista, pareció apuntar a las especulaciones respecto de que la verdadera intención del kirchnerismo era usar ese espacio de la boleta para ubicar a una figura taquillera y beneficiarse con un eventual "efecto arrastre".
La inclusión de ese cuerpo extraño en la lista de los partidos tendrá efectos innegables en las próximas elecciones legislativas, según coinciden oficialistas y opositores a los que consultó LA NACION. Ocurre que como en este año no se elige presidente, el cuerpo de la boleta de los candidatos a consejero será el único que se repetirá idéntico en todos los distritos del país. A diferencia de los candidatos a diputado o a senador nacional, afincados en una provincia, los aspirantes a consejero podrán mostrarse y llevar su prédica por todas las provincias. "El oficialismo va a poner a Zannini [Carlos, secretario de Legal y Técnica de la Presidencia], para que la gente lo conozca y pueda ser candidato a presidente en 2015", evaluó el diputado radical Ricardo Buryaile, ante una consulta de LA NACION. Ayer el diputado Carlos Kunkel admitió que "es excelente opción". "Esto nos obliga a los opositores a tratar de limar asperezas y hacer todo lo posible por alcanzar un acuerdo electoral, porque está en juego la libertad", comentó Buryaile.
En el peronismo opositor también cundió rápido la idea de llegar a un acuerdo que incluyera a gobernadores como José de la Sota y Daniel Peralta, y a dirigentes como Francisco De Narváez y Jorge Busti.
Otro de los cambios de último momento que el oficialismo introdujo en el dictamen derivó justamente de la posibilidad de que la reforma facilitara el camino para un acuerdo opositor. Ante una pregunta del senador Samuel Cabanchik, que consultó si podía haber candidatos a consejero independientes, el oficialismo ratificó que deberán postularse por los partidos.
En el dictamen se aclaró además que sólo esas candidaturas no podrán repetirse en distintos partidos o frentes. Es decir, para llevar la mismos candidatos a consejero habrá que acordar también el resto de las candidaturas nacionales. Se clausuró de esa manera la posibilidad, analizada por líderes opositores, de construir un acuerdo electoral, que abarcara a todo el arco antikirchnerista, delimitado al cuerpo de la boleta que ocupan los consejeros.
"En el oficialismo nunca se pensó la reforma para sacar una ventaja electoral. Fue al revés: cuando nos dimos cuenta de que la oposición podía aprovecharlo, empezamos a operar para evitarlo", dijo a LA NACION un diputado del Frente para la Victoria. En el bloque que conduce Agustín Rossi llegaron a imaginar una candidatura nacional de Elisa Carrió o de Hermes Binner, ambos en calidad de académicos. En el radicalismo ya hay quienes piensan en Ernesto Sanz, un dirigente con aspiraciones presidenciales que tiene bajo nivel de conocimiento.
Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez, advierte otro posible efecto de los cambios. "Puede favorecer la lectura que del resultado quiera imponer el oficialismo. El Gobierno va a usar el porcentaje que obtenga en esas candidaturas para imponer que Cristina tiene más votos que el resto de los posibles candidatos de 2015", sostuvo.
Otra dificultad, a los ojos de la oposición, es que los partidos sin presencia en todos los distritos quedarán en desventaja. "Se privilegian las estructuras tradicionales, con desarrollo territorial", se quejó el diputado Claudio Lozano (Frente Amplio Progresista), que advirtió que a las fuerzas opositoras les va a ser difícil conseguir jueces que quieran integrar las listas de la oposición.
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