La dura derrota en Santa Fe impactó en el oficialismo, que ahora apuesta a polarizar con Milei y revertir el ausentismo
Si bien minimizaron el efecto en la elección nacional, los resultados en esa provincia fueron más adversos que las peores proyecciones que tenían en el comando de campaña de Massa; la confrontación con el líder libertario y la búsqueda del desencantado; el factor K
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La derrota del peronismo en Santa Fe por más de 34 puntos frente a la versión local de Juntos por el Cambio fue un baño de realidad muy frío para Unión por la Patria. En el comando de campaña de Sergio Massa rápidamente salieron a desnacionalizar los resultados y a negar la sorpresa. “Fue lógico, la elección nacional va a ser diferente”, fue el mensaje que transmitieron. Pero detrás de las primeras reacciones minimizando el suceso, en distintas terminales oficialistas hubo un acuse de recibo de lo difícil que será esta elección. La unidad de todo el espacio detrás de un candidato presidencial competitivo parece ser insuficiente ante el escenario político actual.
“De cierto orden y una ventana de oportunidad que veíamos pasamos a un ‘qué mal que estamos’”, reconoció un colaborador de la campaña. “La diferencia en Santa Fe es lo que sorprende. Más que cansancio, se vio ahí un hartazgo hacia el peronismo”, agregó.
Según pudo saber LA NACION, en el búnker de campaña circuló en la previa a la elección santafecina una proyección que hablaba de 44 puntos para Unidos para Cambiar Santa Fe (el espacio de Juntos por el Cambio) y de 33 puntos para Frente Juntos Avancemos (como se bautizó allí el frente peronista). “En el peor de los casos creíamos que perdíamos por 20 puntos”, comentó un colaborador del kirchnerismo. Finalmente la elección salió 63,05% a 27,93%, mucho peor que las proyecciones menos optimistas que manejaban en el peronismo.
“Dato mata relato, fue un palazo”, reconoció el asesor de uno de los candidatos más relevantes de Unión por la Patria.
Cerca de Massa, no obstante, enfatizan que no se puede transpolar la elección de Santa Fe a la contienda nacional. “Fue una elección local con un gobierno provincial -el de Omar Perotti- que no dio las respuestas esperadas. No estaba nacionalizado y Massa tiene buena llegada a la zona núcleo. La nacional va a ser diferente”, alegan.
Pese a la negación del fenómeno en Santa Fe, en el arranque de esta semana hubo algunas reacciones. Cristina Kirchner, por caso, decidió el lunes mismo participar del acto que estaba pautado por la inauguración de un simulador de Aerolíneas Argentinas a 15 años de la nacionalización de la línea de bandera. Y Massa -sin despegarse del kirchnerismo- comenzó a buscar un voto más de centro al resucitar un viejo caballito de sus batallas electorales, el tema de la seguridad. “Salud y seguridad son todo, porque en definitiva son la vida”, dijo hoy en Merlo y recordó que en Tigre logró bajar el delito en un “90%”.
Confrontación con Milei
Además, se puso en práctica uno de los lineamientos de campaña que se definieron en las primeras reuniones en el flamante búnker de Unión por la Patria en Bartolomé Mitre 363: subir al ring a Javier Milei. El peronismo necesita que el líder libertario siga con vitalidad para dividir el voto opositor y sostener un panorama de “tres tercios” que le permita al peronismo colarse en el ballotage, un escenario que está en duda.
No sorprenderá escuchar a los “voceros” políticos (candidatos, funcionarios, voces económicas) hablar de “defender a la patria” de las ideas que propone Milei. “Nosotros defendemos el futuro, con Milei vamos a retroceder”, es parte del mensaje que buscan transmitir. Así lo hizo hoy el ministro de Transporte, Diego Giuliano, un hombre del Frente Renovador, cuando criticó al líder de “La Libertad Avanza” y dijo que el suyo “es un concepto antiguo”. “Su proyecto de país es la dolarización, las privatizaciones y arancelar la educación pública y la salud pública”, agregó.
La elección santafecina, además, instaló con fuerza el fantasma de la baja participación en los comicios (en la provincia lo hizo menos del 65% del padrón), con impacto en el votante peronista. “Nos vamos a pegar un palo con la participación en las PASO”, reconoció un colaborador del kirchnerismo.
En Unión por la Patria tienen en claro que una de las pocas “peceras” que tienen para buscar el voto es la de los desencantados con el Gobierno. Un colaborador de campaña apuntó: “Hay un nivel muy alto de ausentismo y se cree que ahí se puede ir a cosechar un voto peronista mediante la movilización de la militancia. Pero preocupan los síntomas de voto castigo”. Hoy Massa fue explícito en medio de su raid por el conurbano. “Busquen a los que se desilusionaron. Díganles que cometimos errores y que les pedimos disculpas, tenemos la valentía de encarar lo que viene con la unión de los argentinos”, dijo.
Pese a los esfuerzos que hacen en el comando de campaña por fijar los lineamientos estratégicos, pulir los mensajes proselitistas y sostener la unidad del peronismo detrás de Massa, lo cierto es que el oficialismo está en un laberinto difícil de sortear, con un candidato que es a su vez un ministro de Economía encorsetado por el FMI, un Presidente que no aparece en campaña por su mala imagen y una articulación del discurso todavía muy dificultosa por la alianza de Massa con el kirchnerismo, cuyas figuras constantemente traen el recuerdo melancólico del período 2003-2015.
Ya son varios los colaboradores del espacio que comienzan a decir que la etapa de fidelización del voto K ya pasó y que hay que reconquistar el voto del peronista moderado que puede identificarse con Massa.
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