La doble lectura en Pro de la “rebelión” de Martín Lousteau en la UCR
La fractura del bloque del radicalismo en Diputados preocupó a los jefes del partido fundado por Macri; Morales habló con el expresidente y Bullrich tras apuntar contra Larreta
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El sismo en el corazón de la UCR, uno de los pilares de Juntos por el Cambio, generó una doble lectura en Pro. Por un lado, jerarcas y armadores del partido fundado por Mauricio Macri sienten que la feroz interna entre Gerardo Morales y Martín Lousteau, que desembocó en la fractura del bloque radical en Diputados, tiene una fuerte “connotación negativa” para la coalición opositora, que necesita empezar a mostrase como una alternativa de gobierno tras el contundente triunfo en las legislativas. Consideran que, en medio de un creciente hartazgo social con la dirigencia política por la crisis económica, el espacio debe proyectar unidad. Y, por otra parte, reconocen que la disputa en el radicalismo fortalece el liderazgo interno de Pro con miras a la pelea por la Presidencia en 2023. Está claro que la UCR se convirtió en el principal retador para macristas y larretistas.
Mientras los caciques del partido centenario se trenzaban por los cargos en el Congreso, la cúpula de Pro preparó una “foto de familia” junto a legisladores nacionales y referentes de la fuerza en todo el país para mostrar cohesión interna después de los cortocircuitos entre Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la estrategia electoral.
Si bien la cumbre de Pro generó suspicacias en las filas del radicalismo, la reunión había sido convocada con antelación a la ruptura de la bancada de la UCR, impulsada por el sector que responde a Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, herederos de Enrique “Coti” Nosiglia.
Esa noche, unos cuarenta representantes de Pro cenaron para despedir a los diputados y senadores que terminaron su mandato. A la velada asistieron Bullrich y Larreta: “Esa foto contrastó con la rebelión radical. Ellos querían pintar el mapa de rojo (por las victorias electorales de la UCR); ahora nosotros compramos pochoclos”, comentó uno de las autoridades de Pro en el Congreso. En el macrismo se jactan de que Cristian Ritondo logró el apoyo de Macri, Larreta y Bullrich para continuar como jefe de la bancada de Pro en la Cámara baja, pese a los dardos que lanzó Elisa Carrió, la líder de la CC, contra el exministro de Seguridad de María Eugenia Vidal. Ahora, Pro –como bloque mayoritario en Diputados– aspira a pelear por la presidencia del interbloque, un cargo que ostenta hasta ahora el radical Mario Negri. Ayer, tras el cisma radical, Morales habló con Macri y Bullrich para acelerar el nuevo diseño de la mesa nacional de JxC y definir la discusión por el interbloque. Buscan una solución acordada. “Todos tienen que bajar un cambio. Esta crisis no le conviene a nadie”, advierten en el vértice de Pro.
Los estrategas de Larreta, aliado de Lousteau en la ciudad de Buenos Aires, siguieron con preocupación la pugna en el radicalismo. Repiten que el principal objetivo del alcalde es “preservar” la unidad y sospechan que la escisión en la bancada de la UCR tendrá consecuencias en el armado nacional. “Esto afecta la unidad, por más que sigan adentro de Juntos por el Cambio. Y no es bueno que la gente nos vea inmersos en rencillas políticas”, apuntan en la mesa chica de Larreta. Los laderos larretistas sostienen que la oposición debe evitar que florezcan las diferencias internas después de la victoria en las urnas: “Frente a un gobierno que comete errores no forzados, lo único que tenemos que hacer es meter la pelota adentro de la cancha”, señala un alfil de Pro.
El jefe porteño se iba a ver el lunes con el gobernador de Jujuy, pero el encuentro se suspendió porque se demoró el vuelo que traía al jujeño a la Capital. Pocas horas después, Yacobitti anunció la conformación del bloque Evolución Radical tras la fallida negociación con Negri. Y los larretistas mascaron bronca cuando vieron en los medios como Morales responsabilizaba públicamente al alcalde porteño por la ruptura. “Es increíble. Todo el tiempo busca excusas para pegarle a Horacio con el único fin de posicionarse”, apuntan cerca de Larreta. “Ya vamos a hablar con Horacio”, advirtió el jujeño ante los suyos. Morales está convencido de que Larreta estaba el tanto del movimiento de Lousteau. En Parque Patricios lo niegan.
En la mesa política de Larreta asumen que el alcalde, apuntado por Morales, paga un costo “excesivo” por la maniobra de Lousteau. Por un lado, perciben que la división radical complica las posibilidades de construir consensos y fijar reglas de juego para las PASO de 2023. Y, a su vez, notan que la jugada del economista “aleja” a Larreta de los popes del ala tradicional del partido, como Morales o Gustavo Valdés (Corrientes), quienes dudan de los alcances del acuerdo entre el alcalde y Lousteau. Incluso, algunos funcionarios porteños criticaron la táctica del líder de Evolución. “El error estratégico de Martín y Yacobitti es pensar que Larreta les va a dejar la Ciudad si le garantizan el apoyo a nivel nacional de una porción de la UCR en un esquema de alianzas mixto. Pero Horacio no se los va a poder cumplir porque no es el dueño de Pro”, reflexiona uno de los arquitectos del larretismo. Tras la tensión interna de la semana pasada en la Legislatura, caja de resonancia de los acuerdos de Larreta, por el proyecto de IRSA en Puerto Madero, el radicalismo porteño se quedó ayer con la vicepresidencia primera del cuerpo, un lugar que ocupaba hasta ahora un representante de la bancada del Frente de Todos, el principal espacio opositor
Además, larretistas aventuran que la feroz interna radical –protagonizada por Negri y Rodrigo De Loredo, aliado de Lousteau–complica el armado en Córdoba, un distrito clave para Juntos por el Cambio, con miras a 2023. “Hasta que no se solucione esto no vamos a poder conformar la mesa provincial”, señala un dirigente cercano al jefe de gobierno.
A Macri tampoco le agradó la fisura en la UCR. Quienes lo frecuentan insisten en que el expresidente está preocupado por la unidad de Juntos por el Cambio y que se pondrá por encima de las internas entre las figuras del espacio. En el entorno del fundador de Pro remarcan que Macri “no se mete en el barro” y que no apoya ni a Lousteau ni a Morales en la contienda. En la intimidad el exjefe del Estado suele ponderar a la figura de Alfredo Cornejo, titular de la UCR. “No nos metemos en las peleas de Pro, menos aún vamos a opinar de la interna radical”, apuntan cerca del expresidente.
Macri asistió el lunes al encuentro de la cúpula de Pro en el Yacht Club, de Vicente López. “Valoró mucho la foto de unidad”, cuentan sus allegados. Frente a Larreta y Bullrich, entre otros referentes del partido, el exmandatario les pidió armar equipos y fortalecer la estructura en el interior del país. Desde que Juntos por el Cambio ganó los comicios, Macri puso la mira en las provincias, sobre todo, en Córdoba y Santa Fe o Entre Ríos. Entiende que es clave generar candidatos a intendentes y gobernadores propios, para reunir un amplio consenso político en 2023 que permita avanzar sin gradualismo, con cambios de fondo y una política de “shock”. Por eso, también insistió con diseñar un plan.
Cerca de Bullrich también hicieron una doble lectura. Consideran que la fisura en la UCR fortalece a Pro, que logró ordenar a sus tribus en el Congreso tras un poroteo entre “halcones” y “palomas”. “Hacia dentro nos favorece porque muestra que el radicalismo no puede administrar sus diferencias. En cambio, nosotros tenemos matices administrables”, comenta uno de las espadas de la titular de Pro. Subrayan que la UCR buscaba disputar el liderazgo de Juntos por el Cambio impulsado por figuras emergentes, como Facundo Manes, Carolina Losada o Martín Tetaz, pero que volvió a caer en la trampa del internismo. “Es un error garrafal que pagamos todos. Es una pelea desconectada de la realidad”, indican en la cima de Pro.
Bullrich tiene afinidad con Cornejo y estrechó lazos con Morales, quien suele destacarla como la “mejor ministra de Cambiemos” y hasta la invitó a compartir una eventual fórmula presidencial en 2023.
Mientras en Pro evalúan costos y beneficios del terremoto en la UCR, un operador cercano a Macri y Larreta podría desembarcar en la cúpula radical. Se trata de Daniel Angelici, exrival de Nosiglia en Boca Juniors y aliado de Lousteau en la ciudad, quien aterrizaría en la mesa de conducción de la fuerza, con el aval de Morales, como representante del radicalismo porteño.
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