La difícil semana del Presidente: solo un día de agenda oficial, una incursión fallida en la TV y viajes suspendidos
Después de algunas semanas con recorridas por el interior de bajo impacto, volvió a quedar en el centro de la escena, absorbido por el caso de la obra pública; solo el jueves tuvo actividad formal
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Alberto Fernández empezó este viernes su jornada laboral en la quinta de Olivos. Revisó unos temas que le acercaron la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el vicejefe de ministros, Juan Manuel Olmos, una dupla en la que gran parte del gabinete cifra expectativas para el futuro de la gestión. Después comenzó una reunión. De momento, se prevé que siga en la residencia oficial el resto de la jornada, incluso repasando agenda con distintos ministros. Eso a pesar de los fuertes rumores que en las últimas horas aseguraban que iría a Tierra del Fuego, a pasar unos días de descanso junto a su mujer, Fabiola Yáñez, y Francisco, el pequeño hijo de ambos.
Cerca suyo desmintieron el viaje, aunque distintas fuentes consultadas en las últimas horas afirmaban que estuvo previsto y no descartaban que la fuerte polémica desatada por sus dichos sobre los fiscales de las causas AMIA, el fallecido Alberto Nisman y de Vialidad Diego Luciani, hubiera alterado los planes.
Las declaraciones en el programa A dos Voces, en TN, causaron un tembladeral puertas adentro y afuera de la coalición. Ayer, en el día después de esa exposición, las valoraciones iban desde que era una “frase poco feliz, que arruinó todo lo que había dicho previamente” hasta los dichos de la Madre de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini, quien le pidió al mandatario que “hable lo menos posible”.
La frase de la polémica se dio en la noche del miércoles, cuando Fernández rompió con un largo silencio en materia de entrevistas televisivas, y más aún en medios no oficialistas y se presentó en la señal televisiva del Grupo Clarín. Tras ensayar una férrea defensa de la situación de Kirchner en la causa Vialidad, se refirió a Luciani: “Miren, hasta acá lo que le pasó a Nisman fue que se suicidó. Hasta acá no se probó otra cosa. Espero que no haga algo así el Fiscal Luciani”.
Ese día, Fernández había alterado su rutina habitual y comenzó la jornada en la facultad de la UBA, dando clases de Derecho Penal. Fue el día después del descargo público de Cristina Kirchner, con el que buscó despegarse de las acusaciones de Luciani, que un día antes, durante el juicio comenzado en 2019, pidió 12 años de prisión para ella.
Para seguir ese alegato y el descargo de su vice, Fernández canceló su agenda pública. El lunes, cuando expuso ante el TOF 2, Luciani, el mandatario dio de baja el acto que tenía previsto junto al ministro de Transporte, Alexis Guerrera. Horas más tarde emitió el comunicado en defensa de la exmandataria y que abrió la primera polémica de la semana, cuando Fernández, como titular del Poder Ejecutivo, apuntó de lleno con el Judicial. Al día siguiente siguió desde Olivos el descargo de Kirchner, en el Senado. La evaluó como “espléndida”.
El miércoles se dio la suspensión de un viaje previsto a Catamarca, en la agenda presidencial. Aunque no se especificaron los motivos, no fueron pocos los que vieron allí un acierto, en línea con un nuevo esquema de comunicación que tiene detrás al catalán Antoni Gutiérrez-Rubí. Y es el que busca alejarlo de apariciones como las que hizo la semana pasada, en La Rioja, mientras en Buenos Aires, toda la atención se la llevaba la marcha de la CGT. Dos situaciones que contraponían al mandatario en una imagen alejada del poder real, mientras Pablo Moyano le pedía que ponga lo que había que poner.
En el correr de la semana, el único día que Fernández tuvo agenda oficial fue ayer en un acto con Guerrera en Escobar y luego con un encuentro con el canciller de la India, Subrahmanyan Jaishankar, con quien buscó “potenciar la relación económica y política bilateral”.
Todo se da en el marco de que el mandatario enfrenta desde hace poco menos de un mes el rearmado del esquema de poder dentro de la coalición de Gobierno. Con un Sergio Massa que cobró protagonismo con su designación como ministro de Economía y una Cristina Kirchner que con la mira puesta en la agenda judicial concentra toda la centralidad, el mandatario trabaja en la gestión. En ese sentido destacan también lo que viene “haciendo para mantener la unidad” y en ese sentido varios incluso creyeron ver este miércoles en su aparición televisiva, previo al paso en falso, “al mejor defensor jurídico de Cristina”.
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