La curiosa campaña donde el oficialismo dice que va a perder peor y la oposición, que peligra su ventaja
En el Frente de Todos admiten que caen por ocho puntos en las encuestas bonaerenses; en Juntos advierten que se achica su ventaja; ¿por qué lo hacen?
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El debate televisivo de los candidatos bonaerenses dejó en claro que tanto el oficialismo como la principal coalición opositora se alistan para una batalla electoral “mano a mano” en la provincia más relevante del país. Pero las estrategias del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio van mucho más allá del discurso que emiten Victoria Tolosa Paz y Diego Santilli. Detrás de ambos postulantes hay una estructura política y comunicacional que opera hasta en los más mínimos detalles.
Por estos días, según pudo saber LA NACION, la principal preocupación del oficialismo es identificar y llegar a unos 900.000 bonaerenses que apuntalaron al FdT en 2019 y que se ausentaron en las recientes PASO, en medio de una oleada de bronca y desencanto con las gestiones de Alberto Fernández y Axel Kicillof. A su vez, JxC busca activar el denominado “voto útil”, que propicia la captura de sufragios de fuerzas menores, como una forma de mantener y estirar la ventaja que sacó en las primarias.
Ambas coaliciones tienen problemas para conseguir esos objetivos. A tal punto, que filtran información supuestamente desventajosa para sus propios candidatos, pero que en rigor busca crear un efecto positivo “a posteriori”: así, desde el FDT admiten en conversaciones reservadas que están “perdiendo por ocho puntos” en la Provincia, en lo que configuraría una derrota catastrófica; mientras que en JxC alertan que el oficialismo recorta los guarismos de las PASO y ya se ubica a “sólo dos puntos”.
¿Por qué adoptan esa actitud tan curiosa los operadores de campaña? Aunque no lo admiten ni siquiera “off the record”, lo hacen para perfilar escenarios favorables de cara a las últimas semanas de proselitismo hacia las elecciones del 14 de noviembre. En el caso del FDT, la creación de expectativas totalmente desventajosas le permitiría presentar una eventual derrota por escasa diferencia como un indicador de que logró revertir la tendencia negativa e inferir una recomposición del espacio hacia 2023.
En Juntos la mira está más enfocada en la contienda electoral inminente: la difusión de una advertencia respecto de que del FDT se está acercando en la Provincia busca incentivar la migración de votos desde terceras fuerzas como las que encabezan José Luis Espert (Avanza Libertad), Florencio Randazzo (Vamos Juntos) y Cynthia Hotton (+ Valores) hacia la lista de diputados nacionales que encabeza Santilli y que tiene al neurocientífico Facundo Manes como un imán para atraer a los de votantes independientes.
Se trata, en definitiva, de activar el “voto útil” que ya acompañó a JxC en 2019, cuando Mauricio Macri sumó apoyo en forma masiva –entre las PASO y las elecciones generales– por el temor que despertó en un sector de la sociedad el regreso de Cristina Kirchner a la cúspide del poder político. Específicamente, advierten en Juntos, se constató en dos encuestas que el FdT comenzó a ampliar su escasa ventaja en la Tercera Sección Electoral –la única en la que ganó en las PASO– y a crecer en la Primera, donde cayó derrotado.
“Hay un impacto, según estos dos estudios, de las medidas económicas, de la movilización de los intendentes y de la repartija en el territorio”, afirmaron las fuentes consultadas en la principal coalición opositora. Por eso, anticiparon, Santilli se enfocará en los próximos días en recorridas por la Tercera Sección –sur y oeste del conurbano– y en reforzar la fiscalización. “En esta etapa vamos por el voto posible”, definieron los voceros, aunque reconocieron: “Ahí nuestro universo es más corto que el del FDT”.
Paradójicamente, en el oficialismo tampoco abunda el optimismo. “El 23% que votó FDT en las PASO de 2019 y se fue al ausentismo en 2021, se divide en 4 cuartos: 1/4 no van a votar a nadie, enojado con ambos sectores; 1/4 no va a votar por miedo al Covid; 1/4 está enojado con el gobierno; y el último 1/4 es altamente probable que se disperse normalmente entre todos los candidatos”, explicó a este diario un dirigente oficialista con manejo de encuestas en la provincia. Así, puso reparos a la estrategia de ir a buscar a los ausentes.
Pero no todo son encuestas en la tarea proselitista. El FDT y JxC también compiten con estrategias cruzadas en el marketing electoral. El oficialismo viene de cambiar su eslogan “la vida que queremos” por la campaña del “sí”, con el catalán Antoni Gutiérrez Rubí a la cabeza de los equipos de comunicación instalados en el Complejo C de la Chacarita; mientras que la oposición suspendió su lema “basta” por el “yo decido”. El arquitecto de ese retoque es el publicista Carlos Pérez, aunque en las sombras se mueve Marcos Peña.
Los movimientos se dieron en espejo: cuando el oficialismo empezó a instalar la idea de que la oposición se guía con una lógica obstruccionista –que ejemplificó con la falta de quorum a la sesión por la Ley de Etiquetado Frontal y el rechazo al diálogo político que propuso Sergio Massa–, en JxC pasaron a cuarteles de invierno la consigna “basta”, asociada a un movimiento defensivo, de tono negativo. Aunque parezca mínimo, en el FdT festejaron anoche cuando Santilli la volvió a utilizar en el debate de los candidatos bonaerenses.
“Tenemos que pasar del no al sí, de la negación a la afirmación, de la prohibición a la libertad. Venimos de muchos meses diciendo no y con una oposición que intenta instalar la idea del basta. Necesitamos escaparle a este marco y pasar a lo afirmativo, a lo positivo. El sí es recuperar la iniciativa, ir hacia adelante. El no es conservador, no permite avanzar”, justificó Gutiérrez-Rubí la nueva estrategia del FdT. Puertas adentro, también habló de la “nueva demoscopia”, un sistema para detectar conversaciones, audiencias e intereses en el “momento preciso”.
Con todo, las dos principales coaliciones se encuentran con un hueso duro de roer en la Provincia: la fidelidad que hasta el momento reflejan las encuestas sobre el comportamiento de los votantes de Espert y Nicolás del Caño, a ambos extremos del arco ideológico. El candidato de Avanza Libertad busca subirse a la ola del “fenómeno Milei” en la ciudad de Buenos Aires, mientras que el postulante de izquierda mantiene apoyo en el tercer cordón del Conurbano, en sectores que en tiempos no muy lejanos apoyaron al peronismo gobernante.
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