La crisis agrietó la relación de Alberto Fernández y “Wado” de Pedro y buscan un acercamiento

A casi una semana del epicentro de la crisis política del oficialismo, hubo un cambio en la relación entre el presidente Alberto Fernández y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. “Fría”, la reseñaron cerca del jefe del Estado. “Empezó el deshielo”, aseguraron desde el entorno del ministro, el primero en hacer pública su renuncia al gabinete, la semana pasada. Tanto de uno como de otro lado admiten la necesidad de “interlocutores” para recobrar la fluidez que antes tenía el vínculo.

Luego de la convulsionada semana que pasó, en la que el miércoles De Pedro presentó sorpresivamente su dimisión al cargo, ambos recién se volvieron a ver las caras el sábado último. Fue en el avión para ir a La Rioja para un encuentro con gobernadores. En el avión oficial, lejos de sentarse en asientos contiguos como solían hacer, viajaron separados. El mandatario se ubicó con los ministros Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, de Desarrollo Social y Obras Públicas, dos de los hombres que más cerca suyo se mostraron durante la crisis .

En La Rioja tampoco hablaron. Fernández no volvió con la comitiva el sábado sino que estiró su estadía hasta el domingo. De Pedro, en cambio, sí retornó el sábado con el resto de los funcionarios y se trasladó a Mercedes, como hace habitualmente los fines de semana. Para entonces ya habrían comenzado las conversaciones por detrás de ambos, en busca de un acercamiento.

El quiebre en la relación cercana que ambos supieron construir se dio poco después del mediodía del miércoles 15, cuando Fernández se enteró, en pleno vuelo en helicóptero, de la renuncia de De Pedro, que nunca se la comunicó ni previamente, ni de forma privada. Su dimisión motivó un dominó de otras renuncias que profundizaron la crisis del Gobierno, desatada tras la derrota electoral en las elecciones primarias legislativas.

Sobre el viaje a La Rioja, hay quienes aseguran que “De Pedro fue de caradura”; otros los adjudican a su carácter templado. “Hay que esperar que las aguas bajen. El “gordo” todavía está caliente”, resume una fuente gubernamental en referencia al primer mandatario y el efecto que tuvo la renuncia del ministro.

Después de esa presentación, De Pedro no volvió a pisar Casa Rosada hasta ayer. Llegó a las 13:46, poco más de dos horas antes de la jura de ministros y del jefe de Gabinete, y se recluyó en su despacho. Se encontró con sus colaboradores y reconstruyó lo que pasó durante su ausencia. Se mostró activo, “era el Wado prerenuncia”, afirmaron quienes lo vieron de cerca.

En la Casa Rosada no son pocos los que ven en la designación de Juan Manzur, hombre de relación con los gobernadores, la elección del Presidente para “restar” parte del poder de De Pedro. En ese sentido, dos de las fuentes consultadas, hicieron alusión a una frase de Manzur dada en la conferencia de prensa de hoy con la ministra Carla Vizzotti, en la que adelantó que dialogaría con los gobernadores. “Eso hasta ahora era 100 % Wado”, detalló una de las fuentes.

“La idea es que se potencien”, confiaron cerca de De Pedro bajándole la efervescencia. Y se refirieron a los gestos que se vieron ayer durante el acto de la jura de ministros y que hoy compartieron una reunión de trabajo con la ministra de Salud, Carla Vizzotti; la titular de ANSES, Fernanda Raverta, y el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Aguad. En ese sentido, en la Casa Rosada resaltaron que Manzur había ido al Salón Escudos, principal lugar de reunión de Interior. “Hay muy buena relación entre ellos”, y relativizaron cualquier posible conflicto.

Recambio. Dos mujeres reemplazan a Insaurralde y a Nardini y ya suman seis las intendentas en el conurbano

Cara nueva. El “estilo Manzur” para revertir la crisis: hiperactividad y promoción de “buenas noticias”

Opinión. Cristina Kirchner y el límite del “yo te lo dije”

Conforme a los criterios de

Conocé más

Causa Seguros. Anulan la decisión del juez Ercolini de rechazar la recusación de Alberto Fernández

Violencia de género. Luego de rechazar su primer planteo, Ercolini concedió la apelación de Alberto Fernández

Análisis. Cristina es peor que Kueider