La Corte esperaría a que el Senado rechace los traslados de Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi para intervenir
En medio de llamados de dirigentes de la oposición que transmiten su preocupación por las decisiones del Gobierno que avanzan sobre el funcionamiento de la Justicia, la Corte Suprema analiza el recurso de per saltum interpuesto por los camaristas Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia ante la intención del oficialismo de sacarlos de la Cámara Federal y regresarlos a los tribunales orales que ocupaban hace dos años.
Bruglia y Bertuzzi son el caso más evidente de un malestar que hicieron llegar dirigentes de la oposición a los jueces. Las llamadas telefónicas buscando hacerles conocer sus razones se sucedieron en la última semana para sensibilizar a la Corte ante lo que consideran un avance del Poder Ejecutivo sobre la Justicia. Los supremos les mandaron decir a sus interlocutores –no solo opositores– que los problemas políticos los resuelve la política, aunque los jueces saben que en última instancia la Corte se transformará en el fiel de la balanza si estos problemas se judicializan.
El proyecto de reforma judicial, la embestida sobre el procurador interino Eduardo Casal para que renuncie y el trabajo de la comisión que analiza cambios en el máximo tribunal son algunos de los temas que intentaron exponer a los ministros. En la lista estaban Bruglia y Bertuzzi, el primer caso concreto que está sobre la mesa de los cortesanos.
Bruglia y Bertuzzi eran jueces de Tribunal Oral Federal N°4 hasta 2018, cuando fueron trasladados para cubrir vacantes en la Cámara Federal mediante un decreto de Mauricio Macri, decisión que luego fue refrendada por el Consejo de la Magistratura.
Este año, el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, Gerónimo Ustarroz, cuestionó sus designaciones y las de otros ocho jueces y el pleno del cuerpo votó enviar sus casos al Senado, para que les dé un nuevo acuerdo.
El oficialismo argumenta que estos jueces no cumplen con los requisitos para ser designados camaristas y la oposición sostiene que el kirchnerismo quiere sacarlos de sus cargos porque los jueces confirmaron los procesamientos de Cristina Kirchner en casos de corrupción y porque uno de ellos condenó a Amado Boudou.
Los camaristas fueron a la Justicia para que frene sus traslados, pero en primera instancia la jueza María Biotti rechazó su pretensión. Ante esa negativa, por un lado apelaron ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal y, por otro lado, presentaron un recurso de per saltum para saltearse esa instancia y que la Corte se aboque directamente a su caso y de inmediato frene sus traslados, que serán tratados este viernes en una audiencia en el Senado.
La Corte está estudiando el asunto y aún no se pronunció. Los camaristas tienen un buen argumento de fondo para quedarse en sus cargos: en 2018 la Corte analizó el traslado de Bruglia a la Cámara Federal y en la acordada 7 dijo que no le hacía falta un nuevo acuerdo del Senado para pasar a otro tribunal federal de material igual o similar. Pero primero deben lograr que la Corte admita su recurso de per saltum.
El per saltum es excepcional y para los casos no penales. Está reglamentado cuando se acredita "notoria gravedad institucional" y cuando se trata del "único remedio eficaz" para evitar perjuicios imposibles de reparar a posteriori.
La semana pasada circuló entre los jueces un memorándum elaborado por funcionarios letrados del máximo tribunal donde se analizaban tanto los argumentos para aceptar el per saltum y como aquellos que desaconsejaban esta vía. Razones técnicas, jurídicas, desgranadas por estudiosos secretarios, sin considerar las razones políticas que rodean este conflicto sobre el que debe decidir la Corte.
Con estos elementos a la vista, los jueces de la Corte, que están más comunicativos entre sí, con mayores intercambios por Zoom o por teléfono, decidieron seguir evaluando el tema.
Expertos en litigios ante la Corte interpretaron esta decisión como una buena señal para Bruglia y Bertuzzi, porque señalaron que rechazar un per saltum, dado lo excepcional del recurso, es fácil: bastan dos líneas y alinear las firmas de la mayoría del máximo tribunal. Pero estar dispuesto a aceptar el recurso demanda un mayor estudio. No obstante, en el fuero contencioso no hay mucha confianza en que el recurso pueda superar una examen técnico riguroso.
Otro problema es que este trámite judicial se da en paralelo con el trámite parlamentario, donde está en juego la continuidad de Bruglia y Bertuzzi en sus cargos: el Senado avanza con el análisis acerca de si les da un nuevo acuerdo para que permanezcan en la Cámara Federal. Para eso, citó a una audiencia pública para este viernes, que fue objetada por la oposición. Los camaristas no concurrirán y la semana siguiente, probablemente el 11 de septiembre, se trate el acuerdo.
La Corte no estaría dispuesta a hacer nada hasta después de esa fecha, cuando el problema quede planteado, y no sea una mera hipótesis. Es decir, cuando ya el Senado les niegue su acuerdo para ser camaristas y, acto seguido, Bruglia y Bertuzzi argumenten que no precisan de un nuevo acuerdo, pues ellos ya lo tienen. Ahí sí es posible que la Corte, no necesariamente dictando una medida cautelar inmediata como pretenden los jueces, produzca una sentencia que lleve claridad sobre su situación.
Son momentos delicados para reunir mayorías, aunque podría articularse un consenso de tres magistrados que no suelen votar juntos para que el caso tenga una solución.
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