La Corte despidió a Argibay y prometió independencia

"Las personas pasan, pero las instituciones y los principios permanecen. Vamos a mantener los principios de Carmen Argibay y continuaremos luchando por la independencia del Poder Judicial", dijo ayer Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, durante un sentido homenaje que el tribunal le brindó a la magistrada que falleció anteayer.

Fue una despedida muy emotiva, con magistrados y juezas que se acercaron a despedir los restos de Argibay y saludar a la hermana y a los sobrinos de la magistrada conmocionados. Y hubo un denominador común: la mayoría de los rostros no mostraban gestos de circunstancia ni se distraían en conversaciones de actualidad, sino que evidenciaban lágrimas y dolor sincero. Se acaba de ir una jueza que se supo hacer querer y que, sobre todas las cosas, había defendido las cuestiones de género y el desenvolvimiento de las mujeres en la Justicia.

Durante el homenaje público, la jueza de la Corte Elena Highton de Nolasco señaló que Argibay había sido "la pionera, a nivel local y mundial, en la defensa de los derechos de la mujer. Ella me enseñó todo lo que sé de los temas de mujeres. Desde que la conocí militaba por esos derechos. Y había comenzado esa lucha mucho antes de que se hablara de cuestión de género".

Highton, que habló en representación de la Asociación de Mujeres Juezas, también se refirió a la simpatía que acompañó a Argibay durante su trayectoria. "La vamos a recordar siempre como la mujer de los hoyuelos", dijo la jueza, citando al ministro más veterano de la Corte, Carlos Fayt, que siempre le deslizaba ese elogio a Argibay.

Las primeras palabras de despedida habían estado a cargo de Luis Cabral, presidente de la Asociación de Magistrados, que recordó que Argibay "era una amante de todas las formas del arte, porque decía que en el arte se expresaban las distintas facetas del ser humano y la diversidad de la sociedad".

Lorenzetti, a su turno, también habló del futuro del máximo tribunal: "La Corte seguirá en la misma línea, lo que importa son los principios y no las personas. Seguiremos luchando por la independencia de la Justicia", afirmó Lorenzetti, y concluyó que también "se mantendrán los ideales de Argibay y, en forma especial, su trabajo en la Oficina de la Mujer. Carmen fue un gran ejemplo para nosotros, estuvo siempre en las grandes batallas".

Importante presencia

En la ceremonia, que se realizó a las 11.30, estaban presentes todos los jueces del máximo tribunal: Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Elena Highton, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni. Y entre los cientos de magistrados que se habían acercado a la ceremonia, se mezclaban Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía (Cámara Electoral); Gustavo Hornos (Cámara Federal de Casación Penal), Ricardo Recondo (Cámara Federal Civil y Comercial); Gloria Pasten, Gabriela Vázquez, Graciela Marino (Cámara del Trabajo), Hilda Kogan (Suprema Corte bonaerense), Ana María Conde, Inés Weinberg de Roca (Superior Tribunal de la Ciudad de Buenos Aires), que se apretujaban en el salón de la Corte para honrar a Argibay. La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires expresó su pesar por el deceso.

En representación del Gobierno, el ministro de Justicia, Julio Alak, dijo: "El fallecimiento de Carmen Argibay fue una pérdida para el sistema democrático y para los luchadores por los derechos de la mujer. Para la Presidenta es una pérdida institucional muy grande". A no pocos de los presentes les llamó la atención que no hubiera concurrido Cristina Kirchner, que con frecuencia en sus discursos plantea cuestiones de género.

El gobernador Daniel Scioli por Twitter, expresó que lamentó "profundamente" la muerte de la ministra de la Corte, a la que definió como "una jueza independiente y ejemplar", y destacó que "fue la primera representante argentina en un tribunal internacional y gran militante de los derechos de la mujer".

El ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, concurrió en representación de Scioli y destacó que Argibay "fue una mujer llana, humilde, sincera y formal. Siempre decía lo que pensaba. Era una persona sumamente afable, amigable y compañera, y siempre tenía su cuota de humor, de realidad y de amistad".

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