La Corte bonaerense dejó firme la prisión preventiva del exconcejal Albini y su padre por cobrar dinero de Chocolate Rigau
El máximo tribunal de justicia de la provincia rechazó un recurso de queja de sus defensores; se allana el camino para que ambos vayan a juicio
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La Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires dejó firma la prisión preventiva del exconcejal massista Facundo Albini y de su padre, el exsubdirector de personal de la Legislatura bonaerense Claudio Albini, ambos acusados de apropiarse de los sueldos de empleados “ñoquis” de la Legislatura provincial junto a Julio “Chocolate” Rigau, el puntero del PJ que fue detenido mientras retiraba dinero de cajeros del centro de La Plata con 48 tarjetas de débito ajenas.
El fallo fue dictado por los jueces supremos bonaerenses Sergio Torres, Daniel Fernando Soria, Hilda Kogan y Daniel Carral, de la Cámara de Casación, que se integró al tribunal en función del quorum. Lo que decidió a rechazar los recursos es que la sentencia de la Cámara de Casación contra los que iban dirigidos no es definitiva ni equiparable. Este el criterio establecido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“Las alegaciones de la parte no resultan eficaces para conmover la inadmisibilidad decretada, en tanto se limitó a reiterar parcialmente los cuestionamientos llevados en la impugnación desestimada”, dijeron los magistrados, que además afirmaron que “la invocación de garantías constitucionales o de arbitrariedad no suple la ausencia de definitividad de la resolución impugnada”.
Por eso rechazaron el recurso de los Albini y los dejaron presos, pues “la tacha de arbitrariedad quedó huérfana de sustento argumental”. La Casación ya que había rechazado todos los recursos de “Chocolate” Rigau y también lo había dejado preso a la espera del juicio oral.
Todos están acusados en la misma causa. Rigau fue detenido el 9 de septiembre del año pasado cuando sacaba dinero de las cuentas sueldo en un cajero automático del centro de La Plata con 48 tarjetas de débito que no eran suyas. Y los Albini cayeron el 23 de noviembre de 2023 y desde entonces están tras las rejas, procesados con prisión preventiva.
La investigación está a cargo de la fiscal platense Betina Lacki y del juez Federico Atencio. “Chocolate” fue liberado a los 13 días de ir preso por una disposición de los camaristas platenses Alejandro Villordo y Juan Benavides, pero tras el estrépito público que generó, el fallo fue revocado y Rigau volvió a prisión el 14 de octubre del año pasado.
Los defensores alegaron que la “errónea y arbitraria” decisión que confirmó la prisión preventiva de sus asistidos no puede pretenderse “inimpugnable”. Invocaron pactos de Derechos Humanos y denunciaron la “arbitrariedad” de lo resuelto. Pero los camaristas de Casación ya dijeron que “la queja no prospera pues el recurso de casación fue correctamente declarado inadmisible”.
Rigau, los Albini y su entramado de tarjetas de débito de “ñoquis” y prestanombres de la Legislatura bonaerense le causaron un perjuicio neto a la provincia de Buenos Aires durante dos años de por lo menos $395,4 millones, sujetos a actualización por inflación, según surge de un informe elaborado por la División Lavado de Activos de la Policía Federal, y cuya copia obtuvo LA NACION.
El informe alerta, sin embargo, que el perjuicio para las arcas públicas sería muchísimo más elevado, según los expertos de la Policía Federal. Indicaron que a esa cifra preliminar sobre los años 2022 y 2023, que debe ajustarse por inflación, también hay que sumar el desvío de fondos que pudo ocurrir en años anteriores. Algunos de los presuntos empleados de la Legislatura bajo la lupa judicial figuran con cuentas salariales abiertas en el Banco Provincia desde 2012.
El desfalco vinculado a “Chocolate” Rigau y sus jefes, Claudio y Facundo Albini, podría ascender a los $800 millones, solo desde enero de 2022 y septiembre de 2023, cuando arrestaron a Rigau en una sucursal bancaria. Cuando la justicia confirmó la prisión preventiva de los Albini, ellos pretendieron deshacerse de una mansión de 481 metros cuadrados en un barrio cerrado sobre la ruta 2, mediante una venta simulada de la propiedad.
El caserón se ubica en el lote 13 “D” del club de campo Miralagos I, a la altura del kilómetro 64 de la autopista que conecta las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata. Albini compró el terreno de 1282 metros cuadrados en mayo de 2011.
Pero la detención de Rigau mientras extraía dinero de 48 tarjetas de débito de supuestos empleados de la Legislatura bonaerense sospechados de actuar como “ñoquis”, lo trastocó todo. El 23 de febrero, Albini le informó a Sintec SA, la firma desarrolladora de Miralagos, que pretendía cederle su lote a un tercero por apenas US$30.000, cuando inmuebles de similares superficies y características cotizan desde los US$250.000 en ese country, según surge de la información disponible en distintos portales inmobiliarios. La empresa informó a la Justicia y todo se suspendió.
El informe oficial también aportó un indicio más que complica a la presunta asociación ilícita que integrarían los “ñoquis”, “Chocolate” Rigau y, por encima de ellos, Facundo Albini -también apoderado provincial del Frente Renovador de Sergio Massa-, y su padre, Claudio Albini.
Tanto la fiscal Lacki como el juez de Garantías Guillermo Federico Atencio consideran que los ñoquis, “Chocolate” Rigau y los Albini serían apenas los niveles iniciales y medios de un entramado delictivo cuyos máximos responsables continúan en las sombras, desde donde buscan controlar los daños.
Los chats de Rigau con sus jefes revelan cómo funcionaba el mecanismo, donde “Chocolate” debía rendirles el dinero en efectivo y reponer lo que faltaba si los titulares de las tarjetas usaban la plata para sus gastos. Los chats revelan que había empleados que no sabían ni lo que cobraban ni el trabajo que desempeñaban y que el dinero debía ser rendido sin faltantes a Claudio Albini. En un caso, uno de los titulares de las tarjetas reclamaba que le den de baja en la Cámara de Diputados porque al figurar en ese trabajo le impedía cobrar las asignaciones sociales.
De esas conversaciones, a las que accedió LA NACION, surge que Rigau cobraba 200.000 pesos por mes para ocuparse de la recaudación de casi medio centenar de empleados ñoquis, dejarles parte del dinero a ellos y el resto “rendirlo” al massista Claudio Albini.
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