La Conferencia de la OMC, una oportunidad de liderazgo para el país
En pocas semanas más, entre el 10 y el 13 de diciembre, tendrá lugar en la Argentina la 11» Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esta reunión de ministros es el principal órgano de toma de decisiones de la organización.
La presidencia de la 11» Conferencia Ministerial ubica a nuestro país en un papel de liderazgo dentro de un sistema de reglas de comercio adoptadas cooperativamente. Asumimos, si se quiere, el honroso y difícil rol de custodiar un sistema de derecho internacional al que se llegó no a través de confrontación o ejercicio de poder, sino desde el consenso.
Es muy frecuente escuchar, con tono de subyacente crítica, que el "libre comercio" es el propósito de la OMC, y que su principal tarea es la de defenderlo.
Sin embargo, si leemos el documento fundacional de la OMC, el Acuerdo de Marrakech, el preámbulo establece que su objetivo es facilitar "la celebración de acuerdos encaminados a obtener, sobre la base de la reciprocidad y de mutuas ventajas, la reducción sustancial de los aranceles aduaneros y de los demás obstáculos al comercio, así como la eliminación del trato discriminatorio en las relaciones internacionales".
El preámbulo también señala que esta función se debe cumplir para "elevar los niveles de vida (...), lograr el "pleno empleo", "preservar el medio ambiente", el "desarrollo sostenible" y "según los diferentes niveles de desarrollo económico" de cada país.
Por ello es más apropiado decir que la función de la OMC es la de facilitar la liberalización del comercio mediante acuerdos que concedan ventajas comerciales mutuas y recíprocas.
Y esta función debe cumplirla de la misma manera que se llegó a la adopción de las reglas que actualmente rigen el sistema, a través de la cooperación.
Estas reglas, y el Sistema de Resolución de Controversias asociado, dan la posibilidad a que todos los estados puedan plantear sus diferencias dentro de un marco establecido y con igualdad de oportunidades para resolverlas.
En este momento, en el que algunos cuestionan la existencia misma de este sistema basado en reglas, debemos reconocer que, como toda creación colectiva, es perfectible y puede evolucionar para adecuarse a la cambiante realidad del comercio y de la economía del siglo XXI.
Esto, sin olvidarnos de aquellas cuestiones aún pendientes de acuerdo como, por ejemplo, en los sectores agrícola y pesquero.
Es hoy más necesario que nunca, el diálogo y la cooperación que permitan encontrar espacios comunes y construir consensos que posibiliten el perfeccionamiento de la OMC, como una institución que fue creada para servir a todos nuestros países y al desarrollo de nuestros pueblos.
Ese es el compromiso del gobierno argentino y esperamos, en Buenos Aires, lograr una reafirmación colectiva del mismo. Con este objetivo es que estamos trabajando, desde la presidencia de la Conferencia, atendiendo todos los puntos de vista, entendiendo las diferentes perspectivas regionales, viendo las prioridades de los distintos países y buscando ese hilo conductor que nos dé la oportunidad de perfeccionar y consolidar las instituciones del sistema mundial de comercio.
Ex canciller y Chair de la Conferencia Ministerial de la OMC
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