La conducta de Sabag Montiel: un joven “retraído”, urgido de dinero y con frecuentes cambios de celular
Así lo definieron los vecinos de Villa del Parque, donde el atacante de Cristina Kirchner tiene un local que alquila a una peluquería; llamaba la atención por su conducta “poco coherente”
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Horas antes de gatillar una Bersa calibre 32 frente a la cara de Cristina Kirchner, Fernando Andrés Sabag Montiel pasó a cobrar un adelanto del alquiler de su propiedad en Villa del Parque. Estaba urgido y les pidió a sus inquilinos, dueños de una peluquería que funciona allí hace cuatro años, un anticipo de $10.000.
“Teníamos una fecha acordada para pagarle y cuando necesitaba plata nos pedía”, dijo a LA NACION el inquilino que se identificó como Albert. Según indicó el peluquero abonaban un total de $60.000 para alquilar esa propiedad. Se lo entregaban en efectivo a Sabag Montiel. “Venía siempre con alguien distinto”, recuerda el hombre y remarca que su única interacción con el atacante de Cristina Kirchner eran esos pocos minutos en que se cruzaban todos los meses para saldar el pago de la vivienda. Llegaron allí por un conocido en común que antes alquiló la vivienda.
Habían acordado una fecha para realizar el pago porque era difícil comunicarse de manera telefónica porque Sabag Montiel solía cambiar de teléfono. Durante el allanamiento en la habitación de 15 metros cuadrados en donde vivía actualmente en San Martín, según relatan personas que estuvieron presentes, encontraron cerca de 10 celulares en desuso: sólo tenían la carcasa y la pantalla.
“Venganse porque te van a allanar”, alertó a sus vecinos Gabriel, quien optó por colocar un cartel en su puerta: “esta no es la casa de Fernando”. No pudo evitar de todos modos que la policía rompa la manija de su puerta, idéntica a la de la propiedad de Sabag Montiel, cuando hicieron el allanamiento en la madrugada del viernes pasado. En un primer momento, se pensó que el atacante de Cristina Kirchner vivía en Villa del Parque y fue allí donde realizaron el primer allanamiento, con resultado negativo. Gabriel describió a su exvecino como una persona “retraída” con quien habló unas pocas veces por cuestiones de mantenimiento de la propiedad.
Hace ya varios años que Sabag Montiel no vivía en la casa de la calle Terrada en Villa del Parque. Según relatan sus vecinos, solo lo veían cuando iba a cobrar el alquiler. Cuentan que la propiedad era de su madre, Viviana, que se dedicaba a vender zapatos, y vivió allí con su pareja. A su padre, que hoy vive en Chile, no lo conocieron.
“Él nunca estaba. No sabíamos dónde estaba, por eso tiene mil direcciones. Le alquilaba las piezas a cualquiera. Era un desastre esto. Estaban todos en la verada borrachos, drogados. Hasta que por suerte llegaron los chicos [los dueños de la peluquería]”, cuenta una de las vecinas.
A algunos, en un primer momento, les costó reconocer que era Fernando, quien alguna vez fue su vecino, el atacante de la vicepresidenta. “Hace mucho no lo veíamos. Tenía pelo largo y un aspecto sucio con pantalones rotos. Solo lo reconocí cuando difundieron su foto con pelo largo”, dijo un comerciante.
En una entrevista en Telefe, Brenda Uliarte, pareja de Sabag Montiel y detenida como presunta cómplice del atentado contra la vicepresidenta, dijo que con su novio trabajaban en un “microemprendimiento de algodones de azúcar”. En una de sus apariciones previas en Crónica TV la joven de 23 años, que estaba vendiendo en la avenida Corrientes, dijo que ganaba $18.000 en tres días.
“Que hagan la cuenta así dejan de hablar giladas, cada algodón de azúcar sale $300 y se venden 40 por día hagan la cuenta, es muy digno salir a trabajar de esto”, dijo Sabag Montiel en su Facebook para contestar a las críticas que recibió tras su aparición en ese canal, en el que cuestionó los planes sociales.
Aunque no estaba la máquina, en la habitación en San Martín aparecieron los palitos utilizados para los algodones de azúcar y bolsas de arranque. Sergio Paroldi, dueño de la propiedad, recuerda que los ha visto salir algunas veces con la mercadería. Los chicos que viven en la casa de al lado comentan que a veces Sabag Montiel les regalaba copos de azúcar y algunos vecinos señalan que vendían en la plaza de la Paz o en el jardín que se encuentran a pocas cuadras.
Sin embargo, Sabag Montiel le había dicho a Paroldi, que trabajaba como chofer y tenía tres autos: dos los alquilaba y uno lo utilizaba. En Villa del Parque también creían que se dedicaba a eso. Gabriel recuerda que cuando vivía allí lo ha visto con un taxi pero últimamente utilizaba un auto negro. “Decía que manejaba”, dice la vecina mientras hace el gesto de comillas con sus dedos y remata: “Era un chico que no estaba bien, poco coherente”.
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