La CGT se suma al diálogo tripartito que convocó el Gobierno y toma distancia del paro que impulsa Pablo Moyano
Tras casi dos meses de parálisis, los jefes sindicales debatieron sobre la relación con la gestión de Milei y la presión de los duros por avanzar con otra huelga
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Después de casi dos meses de letargo, la cúpula de la CGT se reunió esta tarde en la sede de UPCN para debatir sobre su vínculo con el Gobierno en medio de presiones internas para avanzar hacia otro paro general, el tercero en el año contra la gestión libertaria.
Quedaron expuestas nuevamente las diferencias en la central obrera. Pablo Moyano, integrante del triunvirato de mando, deslizó ayer la oportunidad de reunir consensos para activar otra huelga. El referente camionero, que se ausentó del encuentro en UPCN pero envió al portuario Juan Carlos Schmid para ratificar su postura, no contó con los avales suficientes para sumar a la CGT a su iniciativa. Schmid pidió convocar a una reunión de consejo directivo para ampliar el debate y que la decisión de no avanzar con una protesta no sea solamente definida en la mesa chica, según reconstruyó LA NACION de fuentes sindicales.
No avalaron la postura de ir al choque los sectores mayoritarios de la CGT: “los Gordos” (grandes gremios de servicios), los autodenominados “independientes” (estatales de AySA, UPCN, Uocra, entre otros) y el sector que comulga con Luis Barrionuevo. Este grupo de dirigentes está dispuesto a aceptar la convocatoria que hizo el secretario de Trabajo, Julio Cordero, a un diálogo tripartito con empresarios y sindicalistas como segundo paso tras avanzar con una reforma laboral reducida. Además, desde este sector, argumentaron que tras la baja de la inflación se reduce la posibilidad de apurar una medida de fuerza para el fin de año.
La convocatoria al diálogo con el Gobierno y los empresarios podría concretarse en los próximos días, según informaron fuentes cercanas a Cordero.
“Por unanimidad no figura en la agenda de la CGT una medida de fuerza”, señaló uno de los dirigentes cegetistas a LA NACION. Participaron del encuentro en UPCN, el anfitrión, Andrés Rodríguez, Héctor Daer, Gerardo Martínez, Sergio Romero, Juan Caros Schmid, Cristián Jerónimo, Alejandro Amor, Julio Piumato y Miguel Paniagua, entre otros.
Además del futuro del vínculo con el Gobierno, en la CGT se celebró que no haya avanzado en la comisión de legislación laboral de la Cámara de Diputados el proyecto de ley que impulsaron Pro y la UCR para limitar el poder de los sindicatos. La iniciativa, que estuvo a solo un voto de obtener dictamen, pretendía limitar las reelecciones de los dirigentes, aunque el punto que más preocupó a los gremios era el relativo a la recaudación, ya que prohibía el cobro de la denominada “cuota solidaria”.
Desafío de las dos CTA
Unidos en su rechazo al rumbo político y económico de la gestión de Milei, Hugo Yasky y Hugo Godoy activaron gestiones para reunificar a las dos vertientes de la CTA después de 14 años de fractura. Como parte de ese proceso de reunificación, las dos centrales obreras avanzaron con un hoja de ruta de reclamos que comprende desde un pedido al Gobierno para que actualice el salario mínimo, vital y móvil hasta activar una movilización en rechazo al ajuste para fin de año.
La intención de los ceteístas es, además, presionar a la CGT, cuyo consejo directivo pausó sus reuniones por las divisiones internas tras abrir un canal de negociación con la gestión libertaria. Existe una posibilidad que las CTA confluyan con los sindicatos más duros de la CGT y coincidan en una movilización multisectorial para fin de año. Una señal de esa confrontación la dio hoy Rodolfo Aguiar, jefe nacional de ATE, que convocó a un paro en la administración pública para el 5 de diciembre.
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