La CGT presiona al Gobierno para convocar a la oposición a un “acuerdo nacional” y rechaza los aumentos por decreto
Surge del borrador del documento que la central sindical dará conocer el miércoles, cuando active su primer protesta contra la gestión de Fernández
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“Primero la Patria”. Así se titula el borrador del documento que consensuó internamente la CGT para dar el miércoles su primera demostración de fuerza desde que el Frente de Todos tomó el poder. El mensaje sindical envuelve dramatismo y preocupación por la inflación desbocada, pero esconde entre líneas una durísima crítica a la casta política. Cae sobre el Gobierno, aunque también apunta contra la oposición. “Profundizar la grieta, bajo la lógica de especulaciones políticas o electorales de coyuntura, solo nos conduce al abismo. Es tiempo de consensos, de acuerdos”, reclama la central obrera en un llamado que también incluye a los empresarios.
Los sindicalistas tienen un termómetro especial para detectar las crisis y saben que no podrán contener por mucho tiempo más el malestar con una inflación proyectada entre 80 y 90 por ciento. La protesta de pasado mañana será para advertir sobre los riesgos de la suba incesante de los precios y su impacto en los salarios, pero también para rechazar cualquier intento de mejora de ingresos que suponga suprimir las paritarias. Es decir, se plantan ante un eventual aumento por decreto, como evalúan la vicepresidenta, Cristina Kirchner, y el ministro de Economía, Sergio Massa.
“Reivindicamos el valor de las paritarias libres como conquista clave de protección de los derechos laborales y de los ingresos de los trabajadores, siendo la Argentina uno de los pocos países de nuestra región en el que mantienen su vigencia y reiterando nuestra convicción de promover la trilogía virtuosa del desarrollo, la producción y el trabajo como fórmula para garantizar un crecimiento sostenible con justicia social”, dice un fragmento del borrador cegetista, del que aún resta una última validación antes de ser oficializado por el triunvirato de mando que integran Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña.
El miércoles no habrá oradores ni escenario. El punto de partida de la marcha será el Obelisco y finalizará en la Plaza de los Dos Congresos. No hubo consenso para activar el reclamo en la Plaza de Mayo porque sería apuntar directamente contra el Presidente, según informaron fuentes cegetistas. Los sindicalistas más conservadores temen provocarle un traspié político a un Gobierno que todavía perciben débil a pesar del recambio en el manejo de la economía. La modalidad de la protesta dista mucho de la prosapia sindical, acostumbrada a manifestaciones ruidosas musicalizadas con bombos y trompetas, que solo callan cuando algún dirigente con ascendencia lo pide desde un micrófono. Ese no sucede desde los tiempos de unidad con Hugo Moyano. Ninguno de los integrantes del triunvirato logra hoy el suficiente consenso interno para satisfacer a todas las tribus que conviven bajo el mismo techo. De hecho, uno de ellos [Acuña], ni siquiera particparía del reclamo para no entorpecer su alineamiento con Massa. Acuña es el hombre de Luis Barrionuevo en la central.
“La actual crisis requiere de manera urgente acordar y llevar adelante con consenso político, medidas macroeconómicas que eviten una dramática profundización de la actual crisis, contribuyendo a la estabilidad monetaria, a detener el proceso inflacionario, verdadero impuesto a la pobreza que licúa el poder adquisitivo de los salarios y agudiza la pobreza y la exclusión social, y a recrear la confianza y previsibilidad para fomentar la inversión productiva y las exportaciones con valor agregado que promuevan el trabajo argentino”, dice otro de los pedidos que la CGT hará el miécoles. Es probable que el documento se lea por altoparlantes durante la caminata de los militantes hasta cubrir los dos puntos.
El documento se acordó la semana pasada en un encuentro en la sede de la Uocra, donde participaron Gerardo Martínez, el anfitrión, Daer, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Hugo Moyano. El jefe camionero aceptó allí disuadir a su hijo Pablo para que no insista en su idea de activar un acto con escenario y oradores. Temen un choque con la izquierda, que también se movilizará el miércoles, aunque irá hacia la Plaza de Mayo. El antecedente de 2017 es todavía un estigma. El 7 de marzo de 2017 la cúpula de la CGT se fue silbada y abucheada por una multitud y debió huir en medio de un clima hostil. Le reclamaban activar una huelga contra la gestión de Macri.
En su documento, la CGT apuesta a una reacción de la política y fuerza a pensar un horizonte. “La transición hacia un proceso de recuperación requiere de la instrumentación de una transición justa y de políticas superadoras del pasado y del presente. Basadas en consensos amplios, previsibilidad, confianza mutua y grandeza política, que recreen la legitimidad pública y privada de las instituciones”, piden los sindicatos, que en sus charlas de debate sobre la redacción del documento se escucharon críticas al kirchnerismo, aunque optaron por no hacer nombres propios.
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