La CGT buscó mostrar unidad y calificó el paro de "contundente"
Aunque no difundieron los porcentajes de adhesión, los jefes de la central destacaron el impacto de la medida en todo el país; evitaron tensar aún más la relación con el Gobierno
Evitaron los porcentajes. Hablaron de "paro contundente" y de "impacto parejo" en todo el país. Y aunque criticaron duro al Gobierno, se cuidaron de no tensar demasiado la cuerda ni de destruir los puentes que hoy existen con la Casa Rosada.
En el balance de la primera huelga nacional contra Mauricio Macri, el triunvirato de mando de la CGT buscó escenificar unidad y fuerza, aunque no dejó claro cuáles podrían ser sus próximos pasos si, como todo parece indicar, el Gobierno no cambia la política económica, uno de los reclamos madre de la medida de fuerza de ayer.
"Ha sido un paro contundente al que adhirieron todos los sectores que vienen siendo vulnerados por la política social y económica de este gobierno", aseguró Héctor Daer en la apertura de la conferencia de prensa de balance que se hizo en el salón Felipe Vallese de Azopardo. Carlos Acuña justificó la huelga como el desenlace de una seguidilla de situaciones y medidas antipopulares coronadas por el incumplimiento del pacto antidespidos. "Esto no fue de un día para otro", dijo. Juan Carlos Schmid afirmó que "se paralizó el país" y habló de "jornada ejemplar".
Los tres coincidieron además en marcar el espíritu "democrático" y la ausencia de "especulación partidaria" de la medida de fuerza. "No estamos promoviendo ninguna fogata social ni la caída de nadie", advirtió Schmid. Acuña destacó que "el electorado eligió a Macri para que esté cuatro años y hay que respetarlo". Daer subrayó que la de ayer fue una jornada "organizada, pacífica y armónica", y despegó a la CGT de los piquetes. Hizo equilibrio, en realidad. "No compartimos ni convocamos a las circunstanciales interrupciones del tráfico, pero no creemos que la violencia y la represión sean necesarias para despejar una ruta", afirmó.
Hubo cuestionamientos al Gobierno. "Hoy escuchamos a alguien que se puso contento porque estaban trabajando. Nosotros seguimos tristes porque miles de compañeros no tienen trabajo", arremetió Daer en evidente alusión a Macri y el "qué bueno que estamos trabajando" con el que abrió el foro económico que se reunió ayer en el hotel Hilton. Acuña replicó al embate del Presidente sobre la existencia de mafias en los sindicatos. "Si hay mafias, el Presidente debería denunciarlas", azuzó.
Schmid repasó los disparadores de la huelga: la inflación, los despidos y las suspensiones, el intento oficial de limitar las paritarias, la continuidad del conflicto docente y la apertura de importaciones. También reclamaron un aumento de emergencia para los jubilados.
Aunque coincidieron en que el paro y su contundencia son un "llamado de atención" para el Gobierno, los triunviros no fueron claros respecto de cómo reaccionarían si Macri mantiene su política económica y si insiste en la negociación sectorial con los gremios por fuera del marco de la CGT.
Por otro lado, el paro de ayer volvió a cristalizar la tensión entre la CGT, los movimientos sociales y la izquierda. Esa alianza circunstancial ya había mostrado fisuras hace un mes en la marcha frente al Ministerio de Producción, que terminó a los golpes. Ayer, en Azopardo, no se ocultaba la molestia por los incidentes en la Panamericana.
Hubo tensión cuando un hombre que se identificó como Marcelo Novillo interrumpió la conferencia a los gritos: "¿Cuándo van a luchar para que no maten a nuestros hijos?", lanzó. Su hijo, de 16 años, fue asesinado en 2014. Schmid dijo que el paro también fue "contra la violencia y la inseguridad".
Además del triunvirato, estuvieron casi todos los integrantes del consejo directivo de la CGT: José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra), Pablo Moyano (camioneros), Julio Piumato (judiciales) y Francisco "Barba" Gutiérrez (UOM).
En la CGT conviven los más dispuestos a sostener el diálogo con el Gobierno y apostar desde allí a ver satisfechas sus demandas, y los que creen que, parados sobre el éxito del paro de ayer, se puede redoblar la apuesta. Hugo Yasky y Pablo Micheli, jefes de la CTA y la CTA Autónoma, respectivamente, calcularon el acatamiento del paro de ayer en más del 90% y fueron de los que llamaron a intensificar el reclamo con una marcha multisectorial a fines de mayo o principios de junio. La CGT se apuró a tomar distancia.
"La pelota está del lado del Gobierno. Vamos a ver qué hacen", dijo, poco convencido, uno de los jefes gremiales presentes. Por lo bajo, la mayoría admite que no creen que cambie la postura del Gobierno frente a la economía y a cómo procesar las demandas sociales.
Héctor Daer
Triunvirato de la CGT
"Ha sido un paro contundente al que adhirieron todos los sectores que vienen siendo vulnerados por la política social y económica de este gobierno (...). No compartimos ni convocamos a las circunstanciales interrupciones del tráfico, pero no creemos que la violencia y la represión sean necesarias para despejar la ruta"
Juan Carlos Schmid
Triunvirato de la CGT
"Esto no fue de un día para el otro. Se paralizó el país. Fue una jornada ejemplar. No estamos promoviendo ninguna fogata social ni la caída de nadie"
Carlos Acuña
Triunvirato de la CGT
"El electorado eligió a Macri para que esté cuatro años y hay que respetarlo (...). Si hay mafias, el Presidente debería denunciarlas"
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