La cena tucumana donde se cocina el “nuevo peronismo” albertista
En la residencia del gobernador, reúne al presidente Fernández, el jefe de Gabinete Manzur y el ministro Aníbal Fernández; afinan la estrategia para enfrentar al kirchnerismo
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“Vos seguí adelante Alberto. Vas a ser nuestro presidente. Los votos que hagan falta, los pondrá Tucumán”. La frase, elocuente, fue pronunciada por Juan Manzur, el jefe de Gabinete, que hoy jugó de local en San Miguel de Tucumán, donde se embarcó de lleno en el proyecto reeleccionista de Alberto Fernández. Al menos, eso es lo que empezó a cocinarse esta noche en el “jardín de la República”.
En la residencia del gobernador en Yerba Buena, a puertas cerradas, Manzur y su reemplazante Osvaldo Jaldo agasajaban al Presidente con una cena en la que, según pudo saber LA NACION, el tópico de mayor interés era el lanzamiento del “nuevo peronismo” albertista. También era de la partida el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que llegó a Tucumán como parte de la comitiva que acompaña a Fernández en su raid por el noroeste del país. La escala previa había sido en Salta.
Antes de la declaración de la “guerra contra la inflación” que tendrá lugar mañana en la Casa Rosada, por un cambio de último momento, la cena tucumana coincidía con el tramo final de la sesión del Senado que aprobaría el acuerdo del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que como ocurrió en Diputados, registró disidencias solamente entre legisladores afines a la vicepresidenta Cristina Kirchner. Esa situación dividió aguas en el oficialismo y lo dejó al borde de la fractura.
En el acto previo a la cena en el que Jaldo dio fe de su fidelidad albertista, Aníbal Fernández también tuvo una frase elocuente. “Llega un momento en el que hay que tomar decisiones de fondo, con criterio, seriedad. Juan Perón decía que era imperioso tener unidad en la concepción para la unidad en la acción, y eso solo lo puede llevar a la práctica el presidente. Bueno, o entran en razones o entran en razones”, advirtió el ministro, convertido en un vocero político de Alberto Fernández.
“No me pienso bajar del barco”
Allí mismo, en la sede deportiva del gremio de la sanidad local, el propio Presidente pareció enviar un mensaje en clave interna: “Nosotros somos peronistas y por sobre todas las cosas sabemos cuáles son los intereses que representamos. Si alguno le cabe duda que se las saque”, enfatizó. Y agregó, como para que no quedaran dudas: “No me pienso bajar del barco que me mandaron a conducir; lo voy a conducir con todas las fuerzas que tengo”.
Tras el acto partió la delegación hacia la residencia de la gobernación, en Yerba Buena. Allí no sirvieron los fideos con estofado de pollo con que acostumbra recibir en su propia casa Manzur, el jefe del peronismo norteño. Pero de acuerdo a las fuentes consultadas, se hablaría largo y tendido sobre el relanzamiento del Gobierno. Y finalmente, del nacimiento del “albertismo” con el que tantas veces amagó el Presidente y que ahora, con la fractura expuesta en el Frente de Todos, parece cobrar fuerza casi como una necesidad para mantener el barco a flote, para usar la metáfora que el propio Fernández acuñó hoy en Tucumán.
Con la colaboración de Fabián López, desde San Miguel de Tucumán.
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