La causa por el hackeo a Marcelo D’Alessandro pasa a Comodoro Py y se investigará con el caso por el viaje a Lago Escondido
La jueza porteña María Araceli Martínez envió el expediente al juzgado federal de Sebastián Ramos, a pedido de la fiscal de la Ciudad Daniela Dupuy
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La causa que investiga el hackeo del teléfono del exministro de Justicia y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro se investigará en los tribunales federales de Comodoro Py, en el juzgado de Sebastián Ramos, el juez que tiene a su cargo, además, la investigación del viaje a Lago Escondido de jueces, el fiscal general de la Ciudad, D’Alessandro, un exespía y directivos de Clarín.
El pase a Comodoro Py lo dispuso la jueza porteña María Araceli Martínez, que tuvo a su cargo el caso hasta ahora junto con la fiscal Daniela Dupuy. Martínez consideró que por “la materia” corresponde que el caso lo tome la justicia federal, dado que no es una mera contravención, sino un delito (o más de uno), lo que se investiga.
Según Martínez, ella se quedó con el caso desde el año pasado hasta ahora con el propósito de garantizar las medidas “urgentes” que pidió la fiscal. “Es obligación de los Magistrados llevar a cabo todas aquellas diligencias que revistan esa calidad [de urgentes], aun en supuestos en que consideren que no poseen competencia material o territorial sobre los hechos que se llevan a su conocimiento. En este caso además, la volatilidad de la información que resultaba necesaria, ha jugado un rol preponderante en mi decisión al respecto”, dijo la jueza porteña.
La magistrada recordó en su fallo que el pedido para que el caso pase a Comodoro Py fue de la fiscal de la causa. “La solicitud de incompetencia presentada por la Dra. Dupuy implica tácitamente el reconocimiento, por parte de la directora de la investigación, que las medidas urgentes ya se han agotado y en consecuencia, corresponde en este preciso momento, adoptar la resolución que el frenesí de la investigación aconsejó posponer hasta este día”, afirmó Martínez.
El juez Ramos fue cuestionado por el kirchnerismo por haber archivado, a instancias del fiscal Carlos Stornelli, la causa en la que se investigaban mensajes cruzados entre Silvio Robles (mano derecha del presidente de la Corte, Horacio Rosatti) y D’Alessandro. Stornelli decidió no impulsar la acción penal y pidió el archivo de la causa con el argumento de que la denuncia se basaba en una comunicación obtenida de manera ilegal.
Ramos fue citado a declarar como testigo, en febrero pasado, en la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados que investiga a los jueces de la Corte Suprema. Después de esa declaración, la presidenta de la Comisión, Carolina Gaillard, presentó una denuncia penal contra Ramos. Lo acusó de un supuesto intento de esconder su relación “de confianza” con D’Alessandro. El argumento fue que cuando Ramos declaró en el Congreso, dijo que no estaba alcanzado por “las generales de la ley” (vínculos tales como parentesco o interés con las partes) y negó, ante una pregunta directa, tener un “vínculo sistemático” con el funcionario porteño.
Según los diputados oficialistas, mintió y eso quedó a la vista después de que se conocieron (y difundieron el mismo día de la declaración de Ramos) supuestos chats -que los legisladores dieron por ciertos- entre el magistrado y D’Alessandro en los que hablan con familiaridad; Ramos le dice “Tano” al ministro y el funcionario se refiere al juez como “amigo”; el magistrado le agradece un auto que le habían entregado, le pide por un trámite policial, le agradece sus gestiones y le propone “comer algo en el club”. Esta denuncia presentada Carolina Gaillard fue archivada: el fiscal Guillermo Marijuan sostuvo que no había nada por investigar porque los hechos denunciados “no constituyen delito”.
Confesión y pistas
La fiscal Dupuy considera haber dado ya con el autor material del hackeo a D’Alessandro. Se trataría de Elías Ezequiel Nuñez Pinheiro, un hombre de Eldorado, Misiones, de 22 años. Según las constancias de la causa que ahora pasó al juzgado de Ramos, este joven admitió ante la Justicia que le encomendaron realizar un SIM swap: duplicar la tarjeta SIM del móvil y, a través de ella, robarles la identidad a D’Alessandro y otras personas (entre ellas, se sabe hoy, jueces con casos de alto voltaje político).
Cuando se duplica una tarjeta SIM la línea deja de funcionar y todas las llamadas y mensajes pasan al duplicado. Desde allí se habrían recuperado conversaciones de Telegram de D’Alessandro. El SIM swap fue encargado a Nuñez Pinheiro por dos personas de las que el hacker aportó sus nombres de usuario: son los perfiles Pr1sox y Juanxd de Telegram. Buscarán ahora a ellos para determinar quién encargó los hackeos.
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