El economista suma a su proyecto nacional a dirigentes con historia en el peronismo, la UCR, el kirchnerismo y fuerzas tradicionales del interior; los nombres polémicos y la llamativa carencia de verdaderos liberales
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Javier Milei insulta a la “casta” en sus discursos, pero decidió jugar a fondo con algunos de los rostros y apellidos más asociados a la política a lo largo y a lo ancho del país. Y un rasgo distintivo uniformiza a muchos de esos aliados: militaron antes en el radicalismo, en el Pro, con Elisa Carrió, en el peronismo o hasta en el kirchnerismo. Muy pocos, sin embargo, adscribieron antes al ideario liberal o, menos aún, al libertario.
Apellidos icónicos de la política como Menem y Bussi se combinan así con otros menos conocidos en las grandes ligas nacionales, pero que son parte desde hace años o incluso décadas del paisaje cotidiano en sus distritos. Es decir, allí donde Milei debe conjugar sus ambiciones presidenciales con su necesidad imperiosa de sumar candidatos, financiamiento, fiscales y votos, según reconstruyó LA NACION durante las últimas semanas en base a los testimonios de tres decenas de colaboradores, actuales o pasados, del candidato.
Esos colaboradores destacan los roles que tienen Karina Milei, su hermana, y Carlos Kikuchi, a medida que avanza la campaña electoral. Kikuchi se aboca a tejer alianzas, armar estructuras y seleccionar candidaturas en provincias y municipios, sin que su militancia liberal o libertaria sea un factor decisivo, ni mucho menos. Pesa más cuánto dinero y estructura pueden aportar. ¿Y ella? Ella tiene el oído y la confianza absoluta de su hermano.
“Javier afronta los problemas propios del crecimiento rápido: le falta estructura y tiene que salir a buscarlo donde sea, con los costos que eso tiene a veces”, sintetizan a su lado. “Tiene los mismos problemas del corredor que tiene que competir corre con autos prestados en algunas provincias como pueden ser La Rioja o Tucumán”, abundan.
La alusión a esas provincias no es casual. En La Rioja, irá de la mano con la postulación a gobernador de Martín Menem. Es decir, el sobrino de Carlos, otrora gobernador, Presidente durante diez años y medio, y senador nacional durante otros 16 años y hasta su muerte, e hijo de Eduardo, quien fuera senador nacional durante más de dos décadas. Empresario y desde 2021 diputado provincial por La Libertad Avanza, Martín se ilusiona con reafirmar a la tercera generación de su familia en la élite de la política riojana y nacional.
En Tucumán, en tanto, Milei cerró con Ricardo Bussi, quien es político profesional desde 1987. Fue asesor en el Congreso, secretario privado de su padre Antonio –por entonces gobernador–, diputado nacional, senador nacional, concejal de San Miguel de Tucumán y legislador provincial. Presidente de Fuerza Republicana desde 2001, acumuló turbulencias varias desde entonces. Entre ellas, una denuncia por abuso sexual –que llevó a un juez a pedir su desafuero–, reproches varios por el reparto masivo de contratos políticos en la Legislatura y hasta por sumar a su hija Josefina, como candidata a diputada nacional en 2021. Otra vez, tres generaciones de la familia en política.
En Buenos Aires, en tanto, a Milei lo rodean las versiones sobre cómo financia su campaña y los puentes que lo comunicarían con el kirchnerismo, interesado en que le muerda votos a Juntos por el Cambio para facilitar la reelección de Axel Kicillof. Esas versiones crecieron cuando trascendió que un funcionario bonaerense, Fabián Luaysa –de extracción peronista– le otorgó el sello del Partido Nacional Unión Celeste y Blanco para facilitar su armado político en la provincia, como en 2009 se lo cedió a Francisco de Narváez.
En territorio bonaerense, Milei debe definir también quién será su candidato a gobernador y cómo jugará en el conurbano mientras suma algunos rostros ya conocidos. Entre ellos, el de Ramón Vera, en Moreno, donde fue precandidato a intendente por el Frente de Todos en 2019; el de Osvaldo Marasco en Ituzaingó, donde se postuló a intendente por Cambiemos en 2015; y los de Eduardo Varela y Verónica Vidal en Merlo y Tigre, respectivamente, que eran concejales por Juntos por el Cambio hasta el mes pasado. También sumó en La Plata a Carolina Píparo, legisladora provincial desde 2017 por Cambiemos y desde 2021 diputada nacional con José Luis Espert, aunque luego conformó un monobloque y se acercó al “mileísmo”. En Mar del Plata, incorporó a Alejandro Carrancio, quien comenzó en el Frente Renovador de Sergio Massa, trabajó en la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario bonaerense entre 2012 y 2017, adscribió después al Pro y ahora se acercó al ideario libertario.
En la Patagonia
Algo similar ocurre en la Patagonia. En Chubut, el candidato a intendente en Trelew será Gustavo Mac Karthy, otrora vicegobernador junto a Martin Buzzi, alineado al kirchnerismo. Intendente de su ciudad durante dos mandatos, Mac Karthy aspira a recuperar ese cargo y para eso decidió aliarse al candidato a gobernador César Treffinger y competir por fuera del Partido Justicialista que lo tuvo a su padre como referente en la región por más de cinco décadas como asesor, intendente, diputado y senador nacional, además de secretario de Energía con el menemismo, entre otros cargos. Ya como precandidato a intentedente, su hijo se distanció del libertario, con el que jugará en las urnas, ante la prensa local: “Yo tengo muchas diferencias con Javier Milei. Pero hay que respetar todas las opiniones. Eso no quita que no se pueda trabajar para todos por igual”.
En Río Negro, en tanto, otro veterano de la política provincial será el candidato a gobernador de Milei. Intendente de Campo Grande y muy cercano a Miguel Ángel Pichetto, Ariel Rivero se desempeñó antes como diputado provincial por el Frente de Todos y llegó a presidir el Poder Legislativo provincial, también desde el FdT, tras la muerte de Carlos Soria –con quien todavía se identifica–, la asunción de Alberto Weretilneck al frente del Ejecutivo rionegrino y la influencia creciente del senador camporista Martín Doñate en el PJ provincial.
En Neuquén, en cambio, el libro de pases no es desde el peronismo, sino desde la Coalición Cívica. El candidato a gobernador será Carlos Eguía, quien buscó ser diputado nacional por Juntos por el Cambio en 2021 y tras su paso a las filas de Milei protagonizó un episodio notable, semanas atrás: anunció desde su programa de radio que renunciaba a la política, explicó que le habían ofrecido US$800.000 para “acompañar” a otro candidato y sostuvo que “la política es una mierda”, pero luego se desdijo y reafirmó su candidatura.
Alianzas variopintas
En Córdoba y Santa Fe, Milei afronta otros desafíos y turbulencias, pero con un denominador común. Los libertarios que apoyaron al economista durante sus primeros pasos en la arena política se sienten desplazados por veteranos de la política. Algo similar a lo que ocurrió en San Juan, donde Milei se acercó a Nancy Avelín, quien asumió por primera vez como diputada provincial hace más de tres décadas, en 1991, y luego fue diputada y senadora nacional, además de dos veces candidata a gobernadora por Cruzada Renovadora, el partido que en 1960 fundó su padre, Alfredo Avelín, tras abrirse de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI). Intendente en 1958, Alfredo fue luego diputado y senador nacional, y gobernador por la Alianza en 1999. Padre e hija, dos veteranos de la política.
Las alianzas de Milei también son variopintas en el noreste argentino. Combina liberales y libertarios con otros que no lo son. En Chaco, por ejemplo, varios referentes integran una “mesa provincial” con Alfredo “Capi” Rodríguez como coordinador, que está convencido que desde otros partidos –en particular el radicalismo– les mandan “infiltrados” para generarles fricciones internas y confundir al electorado. Eso cree que ocurre en Sáenz Peña, la segunda ciudad más populosa de la provincia, donde figura Nancy Schuman, una veterana de la política que colaboró con el Pro, trabaja ahora para la intendencia radical y lidera un partido libertario en formación. Carga sobre sus espaldas desde 2012, además, con una denuncia penal por presunto tráfico de influencias mientras era empleada del Poder Judicial. Habría pedido US$70.000 a cambio de solucionar una causa penal. La investigación no avanzó y terminó por archivarse, aunque ella debió renunciar a su empleo en los tribunales chaqueños, según surge de las constancias judiciales que cotejó LA NACION. “Quieren ensuciarme porque hay una puja por el control de los sellos partidarios en la provincia –replicó Schurman ante la consulta– hay muchos intereses en juego”.
En Misiones el rostro visible de Milei es Ninfa Alvarenga, quien trabaja para el Ministerio de Coordinación General de Gabinete de la provincia desde 2012 y sus críticos la vinculan al espacio político del otrora intendente de Posadas, luego gobernador y actual presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, o a la ministra de Acción Cooperativa de la provincia, Liliana Rodríguez. “No tengo nada que ver con la ministra”, debió aclarar Alvarenga sobre su pasado y presente a la prensa local. Y añadió: “No soy militante de la Renovación, no tengo nada que ver con Rovira; no soy renovadora, soy libertaria”.
En Entre Ríos, Milei también apostó al libro de pases de la política. Miriam Muller militó en el Pro y en 2019 adscribió al NOS, el partido del veterano de Malvinas y ex oficial carapintada Juan José Gómez Centurión. “Yo me fui de Juntos por el Cambio por una cuestión de principios y de valores”, argumentó ella ante la prensa local. Cuatro años después, tras su segundo pase, se muestra como la referente del candidato libertario en esa provincia.
Hacia el oeste
Hacia el oeste, en San Luis, el “ruido” también viene pintado de amarillo y negro: el candidato a gobernador de Milei será Bartolomé Abdala. Es decir, uno de los fundadores del Pro en tierras puntanas hace más de una década. Abdala llegó a presidir el partido en la provincia, asumió como legislador y fue incluso precandidato a diputado nacional, antes de enfrentarse con la conducción nacional de Patricia Bullrich.
En Mendoza, los puentes de Milei lo conectan con el Partido Demócrata, donde el rostro joven lo ofrece Mercedes Llano, diputada provincial y antes concejal en Godoy Cruz. A ella se suma Jorge Difonso, quien fue intendente de San Carlos durante doce años y en 2019 asumió como legislador provincial, además de militar en el mismo partido, acercarse luego al Frente Renovador de Massa, para después promover un nuevo espacio conformado por varias agrupaciones. A ellos se suma Carlos Balter, un histórico del Partido Demócrata, cuyo bloque presidió en la Cámara de Diputados entre 1993 y 2001.
En Salta, por último, Milei congenió primero con Marcos Urtubey, hijo de Juan Manuel, quien fuera secretario de Gobierno, diputado provincial, dos veces diputado nacional y tres veces gobernador. Pero la relación se rompió. Ahora, la alianza es con otro histórico de la política: Alfredo Olmedo, reconocido por su campera amarilla y su ya largo recorrido en la política, por momentos aliado al Pro y en otras a la coalición de Massa y José Manuel de la Sota, al radicalismo y el Partido Renovador. Senador provincial desde 2007, fue luego dos veces diputado nacional, candidato a vicegobernador y otras dos veces a gobernador.
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