La Casa Rosada respaldó a Kicillof y asegura que hacen un trabajo "coordinado"
Si hay diferencias, que no se noten. Después del contrapunto en materia de seguridad, ese es el mantra que atraviesa por estas horas la relación entre el gobierno nacional y la administración bonaerense, de Axel Kicillof. En ese contexto, en la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda ayer se mostraron "conformes" con la presentación que realizó el gobernador bonaerense y aseguraron que ambos gobiernos trabajan de forma "coordinada".
En el Gobierno respaldaron al mandatario provincial tras la decisión de refinanciar 275 millones de dólares que vencen dentro de 12 días. Kicillof anunció que solicitó a acreedores privados externos tenedores de un bono con vencimiento en 2021, del que se emitieron US$750 millones a una tasa de 10,875%, extender el vencimiento hasta el 1 de mayo.
Incluso, según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, el presidente Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán, conversaron del tema con el gobernador en los últimos días. "Van a la par", resumieron cerca del titular del Palacio de Hacienda.
Con la postergación de este compromiso, Kicillof ató parte del éxito de la reestructuración de la deuda de la provincia a los efectos que tendrá la renegociación de la deuda en la que trabaja Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores privados.
Así, después de las dudas que generaron las reacciones del Presidente y Guzmán, quienes en las últimas 24 horas confirmaron que el gobierno nacional no saldría al rescate de la provincia, desde el gobierno nacional y el provincial buscaron enviar un mensaje de unidad y trabajo conjunto.
En conferencia de prensa junto al ministro de Economía, Pablo López, Kicillof ratificó ayer que no podrá afrontar el pago de la deuda, aunque anunció que pagará los intereses, y cargó la responsabilidad sobre la exgobernadora María Eugenia Vidal.
"Lo que vuelve insostenible el pago es el fuerte endeudamiento de la gestión de Vidal", dijo el mandatario provincial, aunque evitó mencionar que el bono que vence en pocos días fue emitido en 2011 por el entonces gobernador y actual embajador en Brasil, Daniel Scioli.
Kicillof explicó que Vidal no dejó dinero suficiente "para afrontar los compromisos" y reiteró que están "buscando una solución ordenada", ya que tiene "voluntad de honrar los compromisos".
Según explicó el ministro de Economía bonaerense, la propuesta que la provincia les realizó a los bonistas "es justa y equitativa dentro de los márgenes que tiene la provincia, en función de las restricciones en la capacidad de pago, durante este año y los próximos".
Anteayer, en tanto, el Presidente declaró que no tenía en carpeta una asistencia financiera para el distrito más importante del país. "Es la más estricta realidad. Después tenemos que ver cómo encarar el problema. Lo que se heredó de la gestión anterior es todo deuda", explicó el Presidente en una entrevista concedida al canal de noticias C5N.
La noticia de que la administración de Fernández no tenía en sus planes girar fondos para asistir a Kicillof provocó la caída abrupta de los bonos provinciales, que cayeron hasta un 8 por ciento. Es que la provincia de Buenos Aires tiene por delante un calendario exigente en materia de deuda con vencimientos por US$2705 millones.
Un futuro en común
En este sentido, el gobernador habló sobre la negativa de la Nación y sobre la interpretación que se hizo de los dichos del ministro de Economía. "El gobierno nacional está en un proceso de búsqueda de solución de su deuda", describió Kicillof. Y agregó: "Buscamos una extensión del plazo en la comprensión de que, de acá a los próximos meses, la cuestión nacional de la deuda va a tener otro desarrollo".
Las aclaraciones sobre el trabajo "consensuado" entre la Casa de Gobierno y La Plata sobre el tema de la deuda se dieron después de la tensión que generó el enfrentamiento entre la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, y su par bonaerense, Sergio Berni, en el que finalmente tuvo que intervenir el jefe del Estado.
En paralelo, el gobierno nacional acelera las reuniones con los gobernadores y libera fondos frescos para las alicaídas cuentas provinciales. El Presidente confió esta responsabilidad en el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, los principales interlocutores. A cambio, la Casa Rosada reclama a los mandatarios provinciales que pongan en orden los números en sus distritos. Durante el primer mes de mandato visitaron la Casa de Gobierno Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gerardo Morales (Jujuy), Ricardo Quintela (La Rioja) Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Mariano Arcioni (Chubut), Jorge Capitanich (Chaco), Juan Manzur (Tucumán) y Alicia Kirchner (Santa Cruz), entre otros gobernadores.
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