Se calienta la interna: fuertes cruces entre La Cámpora, los movimientos sociales y la CGT
La agrupación de Máximo Kirchner cuestionó una reunión que mantuvieron referentes piqueteros y los “gordos” de la central obrera; funcionarios nacionales y bonaerenses se subieron a la pelea
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La interna en el Frente de Todos empieza a atravesar turbulencias severas, mucho más después de los actos del Día de la Lealtad. Ahora la fisura que se profundiza es la que existe entre los gremios y los movimientos sociales oficialistas, por un lado, y el kirchnerismo duro, por el otro. A esa pelea se subieron hoy funcionarios nacionales y bonaerenses. De fondo se registra una incipiente pulseada por el armado de las listas electorales de 2023, que sectores afines a la vicepresidenta Cristina Kirchner no tienen intenciones de socializar.
Así quedó patentado este viernes en un tuit que difundió La Cámpora, en el que ironizó sobre una reunión que se realizó anoche entre los “gordos” de la CGT y las agrupaciones piqueteras oficialistas. En la sede del gremio estatal UPCN, ambos sectores -que acompañaron el mandato del presidente Alberto Fernández pero que ahora buscan nuevos horizontes internos- avanzaron en el análisis de un escenario de confrontación con el kirchnerismo de cara al proceso electoral del año próximo.
Esa intención, esbozada por el anfitrión Andrés Rodríguez; Héctor Daer (Sanidad), cotitular de la central obrera; Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguro) y Carlos Frigerio (cerveceros); y los referentes de los movimientos Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro (ambos del Movimiento Evita), Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Esteban “Gringo” Castro y Gildo Onorato (UTEP), fue la que motivó la ácida réplica de La Cámpora.
Y Macri también 🤔 pic.twitter.com/rrnSFGo2OO
— La Cámpora (@la_campora) October 21, 2022
En ese marco, la agrupación que lidera Máximo Kirchner salió a plantar bandera con un escueto tuit: “Y Macri también”, decía al lado de un emoji dubitativo, como un modo de sugerir que el expresidente era beneficiario de esa alianza contra el kirchnerismo. Ese es, en rigor, el pensamiento camporista: que las divisiones en la coalición gobernante pondrán en peligro su continuidad en el poder y que los sectores críticos de Cristina Kirchner estarán, en definitiva, favoreciendo el eventual regreso de Macri a la Casa Rosada.
Las diferencias entre ambos sectores ya habían quedado en evidencia el lunes pasado con los actos del 17 de octubre, donde la CGT y los movimientos reclamaron no ser marginados del armado de las listas y anunciaron la creación de corrientes internas propias para postular a sus candidatos. Y Máximo Kirchner les retrucó desde la Plaza de Mayo: “El desafío por delante no es ver quién tiene lugar en las listas”, advirtió. Este viernes, el primogénito insistió en esa línea, con un mensaje crítico a través de las redes sociales de La Cámpora.
El reproche se inscribió en el marco de una idea -expresada por voceros de la agrupación- de calmar los ánimos encrespados en el Frente de Todos y de “no contestar” los cuestionamientos que había realizado Fernández en el coloquio de IDEA en Mar del Plata. A tal punto, que hubo un encuentro reservado entre Andrés “Cuervo” Larroque, ministro bonaerense y uno de los líderes de La Cámpora, y el vicejefe de Gabinete y hombre de confianza del Presidente, Juan Manuel Olmos, para tratar de acercar posiciones.
Con la misma lógica, según pudo saber LA NACION, se concretó una discreta reunión entre Máximo Kirchner y Juan Zabaleta en la Cámara de Diputados, donde buscaron una tregua luego del resistido regreso del exministro de Desarrollo Social al municipio de Hurlingham. Sin embargo, el intendente retomó su cargo con extremas dificultades porque los secretarios que responden a La Cámpora seguían “atornillados a sus cargos”, afirmaron fuentes locales. Las negociaciones para bajar la tensión no llegaron a buen puerto.
Zabaleta tuvo una relación con altas y bajas con las agrupaciones sociales oficialistas, especialmente con el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, que tiene peso propio en el manejo de los planes de asistencia y que ayer fue uno de los que se sentó a la mesa de UPCN para afianzar una alianza con los “gordos” de la CGT, que ya avisaron que armarán un espacio propio dentro de la interna peronista de cara a 2023. Ambos sectores buscan restar influencia a Cristina y Máximo Kirchner en el armado de las listas del Frente de Todos.
El Movimiento Evita recogió el guante esta tarde, también por medio de un tuit: “Hagámonos cargo de los problemas que sufre la Argentina y trabajemos para resolverlos”, reclamó la organización que encabeza Pérsico.
Compañerxs, hagámonos cargo de los problemas que sufre la Argentina y trabajemos para resolverlos.
— Movimiento Evita (@MovimientoEvita) October 21, 2022
Además, no era que Clarín miente? 🤔 https://t.co/SzK2aMZPhM
En la vereda de enfrente se paró Ariel Sujarchuk, actual funcionario de Sergio Massa en el ministerio de Economía: “Como en 2017, ciertos sectores se unen para criticar a Cristina y ser funcionales a los intereses de la oposición”, advirtió el intendente del partido de Escobar, en uso de licencia. En la misma línea, el jefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, dijo también vía tuit: “En tiempos tan complejos es fundamental dar los debates sinceramente, sin off ni operaciones que no construyen nada bueno”.
En tiempos tan complejos, es fundamental dar los debates sinceramente, sin “off” ni operaciones que no construyen nada bueno. Imitemos el ejemplo de @CFKArgentina. Trabajemos todos los días para construir un país mejor.
— Martín Insaurralde (@minsaurralde) October 21, 2022
Un punto de conflicto entre el kirchnerismo y los grupos que apoyaron al presidente Fernández -y que ahora empiezan a buscar un nuevo liderazgo dentro del peronismo- es el debate por la suspensión o eliminación de las PASO en 2023. Mientras el kirchnerismo amaga con impulsarlo, los gremios -y sobre todo los movimientos sociales- quieren mantener el sistema de primarias abiertas. Por caso, el Evita lo necesita vigente para poder enfrentar al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, un aliado histórico del kirchnerismo.