La Cámpora pide el retorno del IFE y aumenta la presión sobre Martín Guzmán
Andrés Larroque consideró “indispensable” restituir el subsidio que el ministro de Economía considera “inviable” porque dispararía la inflación y alteraría el equilibrio presupuestario
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El rechazo de la restitución del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) (unos $10.000 mensuales para 9 millones de personas) es una de las banderas “irrenunciables” del ministro de Economía, Martín Guzmán, en su búsqueda por lograr equilibrio presupuestario y que la inflación no termine de desbocarse, como requisito de su negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero para el kirchnerismo duro, al que se suman organizaciones sociales oficialistas y opositoras, el retorno del IFE es prioritario. “Toda persona que acredite necesidad requiere presencia del Estado. Tenemos que establecer un piso de dignidad y terminar, por lo menos, con la indigencia”, afirmó hoy el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés Larroque. “Es indispensable que continúe el IFE y creemos que debemos reconvertir esas instancias en políticas para que no reciban ningún tipo de cuestionamientos”, agregó el ministro de Axel Kicillof e integrante de La Cámpora que encabeza Máximo Kirchner a radio Continental.
La vuelta del IFE es uno de los pedidos, no sólo de la izquierda antikrchnerista que reclama en las calles a pesar de la pandemia, sino de distintos funcionarios del propio Gobierno, nucleados bajo el paraguas del Ministerio de Desarrollo Social que encabeza Daniel Arroyo.
La semana pasada, por caso, el subsecretario de Integración de ese ministerio, Daniel Menéndez, afirmó a LA NACION: “Guzmán hace un enorme trabajo, pero la gente no puede ser rehén de la discusión por la inflación”. Menéndez pidió sin rodeos el retorno del IFE, cuya última versión se dio en octubre del año pasado.
Dirigentes del peronismo y distintas organizaciones sociales no kirchneristas, como el Polo Obrero o Barrios de Pie, coinciden en reclamar la vuelta de esa asistencia, con el argumento de que las nuevas restricciones complicaron de manera dramática el día a día de cuentapropistas y personas con bajos ingresos.
Otro frente abierto para el ministro de Economía, que en las últimas horas dejó trascender su deseo de renunciar al cargo, luego de la “desobediencia” del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, quien se negó a implementar el aumento segmentado de tarifas de electricidad y sólo autorizó, a través del Enre, un incremento del 9 por ciento.
“Emergencia”
Por el momento, Arroyo sigue la línea de la Casa Rosada. El Presidente ya reiteró que el IFE fue fruto de la “emergencia” que produjo el cierre total de actividades, al inicio de la pandemia, y que hoy hay “otras herramientas” para ayudar a los sectores afectados, sin erogaciones como los $90.000 millones que significaría implementar ese ingreso.
“La situación es crítica, seguimos de cerca la situación sanitaria y si esto empeora obviamente vamos a tomar medidas extraordinarias”, reiteró hoy Arroyo en declaraciones radiales. “Estamos analizando pagar una segunda cuota del bono de $15.000 por la extensión de las medidas restrictivas”, agregó el ministro, en relación al bono otorgado dos semanas atrás a un millón de beneficiarios de la AUH, anunciado por la titular de Anses, Fernanda Raverta.
En otro capítulo de la pelea por los aumentos de tarifas, el gobernador bonaerense calificó hoy a Basualdo de “excelente funcionario” y acordó con el aumento del 9 por ciento, lejano de la cifra que pretendía el ministro de Economía. “Me parece que regular un incremento inferior a dos dígitos es una forma de salir de este problema”, agregó el gobernador.
Mientras desde la Casa Rosada prefirieron hoy el silencio y no responder mensajes como modo de bajar decibeles, desde el gobierno bonaerense explicaron que la frase del gobernador tiene que ver con que “fue su funcionario” a su paso por el Ministerio de Economía, pero recalcaron que “Axel lo banca a Guzmán, y eso no cambia”, aseguraron desde La Plata. Ayer, las posturas se extremaron: mientras cerca de Fernández aseguraban que “Guzmán no se va” y que Basualdo tiene las horas contadas en su puesto, desde La Cámpora hacían correr rumores de eventuales reemplazos y afirmaban que “Guzmán se va a ir cuando nosotros digamos”.
El presidente Alberto Fernández, que llegó a Balcarce 50 minutos después de las 10, y Guzmán compartieron la ceremonia de asunción de Alexis Guerrera como nuevo ministro de Transporte, en el Museo de la Casa Rosada. La actitud de Guzmán no pasó desapercibida: con buen semblante, llegó más de media hora antes del comienzo del acto, y charló largo rato con su par Daniel Arroyo (Desarrollo Social) y el intendente de Pinto, Alfredo Zavatarelli, sucesor de Guerrera en ese municipio. Un rato más tarde, repitió la escena con Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Elizabeth Gómez Alcorta (Mujer), quien lo palmeó afectuosamente. Lugo del breve acto de asunción de Guerrera, fue el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien conversó con él. Parecía no tener apuro, aunque Basualdo sigue en su puesto y nadie atinaba a dar una fecha para su salida del Gobierno.
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