La campaña de la "derecha": sin etiquetas y con la mira en los desencantados de Cambiemos
"Derecha republicana". "Libertarios". "Liberales de sentido común en una realidad preideológica". A cuatro meses de las PASO, los candidatos considerados de derecha en la Argentina reniegan de las etiquetas ideológicas tradicionales. Apuntan a conquistar a los "desencantados" que votaron a Cambiemos en 2015 como a los peronistas conservadores con "necesidad de liderazgo", según el caso.
Mientras tanto, piensan en un eventual frente para los comicios y se inspiran en los avances de espacios similares en Estados Unidos,Brasil,Chile,Francia e Italia. ¿Quiénes son, hoy, los candidatos de derecha en la Argentina? ¿La crisis económica crea un contexto propicio para su desarrollo? ¿Pueden afectar electoralmente al Gobierno? Desde sus orígenes, el Pro también rechaza las los encasillamientos. El asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba lo dejó claro en 2017, cuando dijo que "a nadie le importa un carajo eso de la izquierda y la derecha".
Mientras transcurren las votaciones en las provincias y se acercan las elecciones primarias a nivel nacional, los candidatos presentan sus propuestas, arman su campaña, conversan entre sí y coquetean con la posibilidad de ir a una interna en un frente común. Pero sobre todo, empiezan a medirse en encuestas. El economista José Luis Espert, quien lanzó su candidatura a presidente a fines del año pasado por el frente Despertar, asegura que última medición le dio 9 puntos. "En enero teníamos dos punto de intención de voto, nuestro crecimiento es exponencial", asegura.
Con un marcado perfil liberal y fuertes críticas al esquema económico del Gobierno, Espert es otro de los referentes que rehuye de las etiquetas. "Las categorías no aplican a nuestro caso, porque creemos que en la Argentina hay un problema pre-ideológico: no logramos resolver cuestiones básicas. Somos liberales, pero nos define el sentido común", justifica su jefe de campaña e impulsor de su candidatura, el abogado Nazareno Etchepare. De cara a los comicios, les habla a los votantes de Mauricio Macri que desde 2015 se vieron defraudados, pero también a peronistas que no encuentran una respuesta en su espacio, que considera "sin orden ni renovación de ideas".
El exdirector del Banco Nación, cercano a Elisa Carrió (CC), Juan José Gómez Centurión, también apunta a los votantes decepcionados, tanto por el Gobierno como por el kirchnerismo y se muestra confiado en su caudal. "En 2015 la ciudadanía votó una propuesta de centroderecha y el Gobierno no fue fiel", dice. Y cita una encuesta de la consultora Giacobbe y Asociados: "La intención de voto de un candidato de la derecha está en un 35 por ciento. Y si les dan a elegir a los encuestados entre Espert, Olmedo y yo, tenemos un 12 por ciento. Ahí tenés el piso y el techo. Y seguimos creciendo. El sistema político ya está medido, hay dos propuestas que concentran dos personas y un 40 por ciento que no está representado. Ese es nuestro universo", asegura.
Gómez Centurión también evita ubicarse en un espacio rígido del espectro ideológico: "La definición de la derecha es bastante relativa. Soy una derecha republicana", asegura. Se distanció de Cambiemos el año pasado tras el escándalo por supuestas coimas, en cuya causa donde terminó sobreseído. Hace poco anunció que buscará presentarse como precandidato presidencial en un frente y apunta a las alianzas con otros referentes de posturas similares. "Ya invité a Olmedo y a Espert", asegura. Aunque descarta, por ahora, la posibilidad de retomar el diálogo con el oficialismo.
Otro de los candidatos con proyección nacional en el espectro de la derecha era el diputado Alfredo Olmedo (Salta Somos Todos), quien llegó a obtener 6 puntos de intención de voto a nivel nacional, según mediciones de OPSM, la consultora de Enrique Zuleta Puceiro. Conocido por su característica campera amarilla, por sus llamativas declaraciones en contra de "la ideología de género" y por el restablecimiento del servicio militar obligatorio, mantuvo siempre un perfil independiente en el Congreso. El año pasado anunció su candidatura presidencial, pero se bajó poco después, a comienzos de marzo de 2019.
En diálogo con LA NACION aseguró que se apartó porque "no están dadas las condiciones de seguridad jurídica y física". Competirá por la gobernación de Salta, donde las candidaturas están aún en proceso de negociación y donde busca liderar un frente opositor que agrupe a distintas fuerzas, incluyendo al Pro. Aunque el intendente de la capital, Gustavo Sáenz, de buena relación con la Casa Rosada, también tiene intenciones de competir.
Tanto Olmedo, como Espert y Gómez Centurión dialogan en la Ciudad con el exdirector del Teatro Colón, Darío Lopérfido, otro exfuncionario macrista. Radicado en Alemania, visitó el país en febrero y lanzó una fuerza propia, Republicanos, para competir en la ciudad por la Jefatura de Gobierno junto a referentes liberales, libertarios y conservadores. Entre ellos, el economista Ricardo López Murphy.
A pesar de las conversaciones que mantienen los candidatos entre sí, hay temas que los separan. Mientras Olmedo y Gómez Centurión están en contra de la legalización del aborto y toman la bandera celeste como uno de sus principales estandartes, en el espacio de Lopérfido mantienen una postura "neutral". En el de Espert, fieles a la libertad individual, se inclinan por la decisión de las mujeres de interrumpir voluntariamente sus embarazos. Aunque todos se inspiran en fenómenos externos de irrupción de la derecha, como el de Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Sebastián Piñera en Chile.
Posibilidades
Analistas políticos consultados por LA NACION coinciden en que el peso de las fuerzas de derecha está entre los más bajos del panorama electoral y que las posibilidades de que afecten de manera significativa a los principales partidos es escasa.
"Olmedo arrastraba por el nombre, pero los candidatos de derecha, en general, no llegan a los dos puntos en la Argentina", analizó Zuleta. Mientras que Federico Aurelio, de la consultora Aresco, señaló que los partidos de derecha "hoy no tienen un caudal de intención de voto como para generar preocupación a las principales fuerzas".
Sin embargo, los expertos coinciden en que, en todo caso, el principal afectado por un eventual desarrollo de la derecha en las elecciones generales sería Cambiemos. Aurelio destacó que el oficialismo es "la única fuerza" que podría verse afectada.
El director de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral, Mario Riorda, destacó que los votantes con ideología de derecha constituyen entre 10 y 15 puntos, pero que están "diseminados" entre los distintos partidos. Coincidió en que Cambiemos sería el principal perjudicado por una mayor inclinación hacia opciones de derecha, pero aseguró que esos votantes beneficiarían con su voto al oficialismo en un eventual ballottage. "El sector de derecha difícilmente puede votar a un peronismo. Sería proclive a ser un socio cooperativo con Cambiemos en una segunda vuelta", dijo.
Zuleta Puceiro, por su parte, insistió en que un desarrollo fuerte de la derecha no es posible en el contexto político argentino actual. "Vivimos en una falsa polarización, forzada. Hay una tendencia electoral hacia el centro y no hacia los extremos. Las principales opciones buscan ocupar el centro, compiten centrípetamente", detalló.
"En la Argentina, hoy, el votante de derecha es responsable. Impera el voto útil, al cual apunta la estrategia de Durán Barba. No hay un hartazgo con el sistema político, ni un rechazo visceral", finalizó.
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