La calle no es un lugar para vivir
La calle no es un lugar para vivir, menos cuando hace frío. Por eso, en la ciudad de Buenos Aires arrancamos con el operativo frío: ante las bajas temperaturas, equipos y automóviles de Buenos Aires Presente (BAP) recorren las calles porteñas para asistir a las personas que están en la calle.
Una persona que se encuentra en situación de calle está inmersa en una de las situaciones más frágiles y vulnerables que se pueda imaginar, y por eso es tan relevante poder acompañarla. Nadie llega a esa situación solamente por cuestiones económicas: antes se rompieron lazos familiares y vinculares, que llevaron a la desesperanza y a la resignación. Otras veces hay también problemáticas de salud mental y de consumo. Y, por supuesto, es reflejo de la pobreza estructural que existe en nuestro país.
La calle no es un lugar para vivir. Esa es nuestra convicción y la premisa que guía nuestro trabajo para acompañar y dar oportunidades de salir adelante. Para esto, nuestra política tiene 3 pasos fundamentales: la atención de la emergencia, la construcción de una comunidad y el acompañamiento de un nuevo proyecto de vida.
Para atender la emergencia, todos los días del año más de 30 equipos del BAP recorren la ciudad para salir al encuentro de estas personas. Además, contamos con la línea 108, que es gratuita y atiende las 24 horas, todos los días del año, para que cualquier vecino de la ciudad pueda llamar cuando vea a alguien en esta situación y nuestros equipos se acerquen.
El objetivo central del trabajo de nuestro trabajo es invitar a las personas que están en la calle a que vengan a los centros de inclusión. En CABA contamos con una red de 32 centros que son gestionados tanto por equipos del Gobierno como por organizaciones de la sociedad civil, como Cáritas y Proyecto 7.
Algunos son exclusivos para hombres, otros para mujeres y otros para familias. Buscamos tener distintos abordajes; no ofrecer una única solución rígida, sino poder ir construyendo alternativas según las distintas historias y realidades que existen.
Además de brindar las cuatro comidas, duchas y una cama, en los centros buscamos reconstruir lazos, construir comunidad. Porque al final del día, nadie se salva solo. Trabajamos en profundidad con cada persona para ver qué lo llevó a estar en la calle, sanar heridas, reconstruir su historia. Generar redes invisibles que acompañen y sostengan. De eso se trata el segundo paso de nuestra política.
Tratamientos para recuperarse de las adicciones, chequeos médicos, operativos para tramitar DNIs son solo algunos ejemplos de las actividades que suceden día a día en estos centros. También generamos espacios para que realicen deportes y actividades recreativas, multiplicando los ámbitos de convivencia. Estas actividades muchas veces se hacen en conjunto con ONGs, como los Espartanos o Multipolar.
El tercer paso de nuestra política consiste en acompañarlas en la construcción de un nuevo proyecto de vida, dándoles herramientas concretas para que este sea sostenible en el tiempo.
Realizamos talleres de reinserción laboral y oficios para que tengan más herramientas a la hora de salir a buscar un trabajo; las asistimos en la tramitación del subsidio habitacional de la Ciudad, la tarjeta alimentaria Ciudadanía Porteña y la AUH. Con esto buscamos garantizarles un piso mínimo de recursos para que puedan volver a empezar.
Todo este trabajo lo llevamos adelante junto a distintas organizaciones, porque estamos convencidos de que esa es la manera en que hay que hacerlo: uniendo esfuerzos para abordar un tema tan doloroso y complejo. En la calle no hay grieta que valga. Y desde la diversidad, potenciando desde la diferencia, los caminos y las propuestas se hacen más ricas, completas y de largo plazo.
En la calle hay muchas historias de transformación, proyectos de vida que vuelven a llenarse de sueños y de futuro. Hay muchas historias que nos conmueven y nos muestran que es posible. Sabemos también que hay muchos otros que todavía no están en ese lugar. Que nos comprometen a seguir trabajando para fortalecer nuestra política y que más personas tengan otra oportunidad en la vida.
Por eso, en estos días de frío si ves o conocés una persona que está en situación de calle, llamá al 108.
Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Bs. As.
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