La caja política más grande de la Provincia: presupuesto multimillonario, miles de empleados y apenas funciona
La Legislatura cuenta con un presupuesto de $17.718 millones y 2600 empleados, pero el Senado sesionó solo dos veces en el año y Diputados, apenas seis
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LA PLATA.- Es año electoral y la política requiere financiamiento: la Legislatura de la provincia de Buenos Aires se ofrece como una de las cajas políticas más importantes del país, con un presupuesto de 17.718 millones de pesos anuales, pese a contar con solo 138 legisladores entre diputados y senadores.
Los cifras exorbitantes no responden a una labor legislativa intensa: el Senado que preside la vicegobernadora Verónica Magario sesionó dos veces en lo que va del año. La Cámara de Diputados, que preside Federico Otermín, estuvo más activa: seis sesiones en este primer semestre que termina.
La magra actividad parlamentaria contrasta con lo inmensa cantidad de recursos que demanda la política. Y con un enorme cantidad de empleados: hay más de 2600 empleados legislativos que, en buena medida, se convierten en protagonistas como fiscales o militantes en cada elección.
Si se tiene en cuenta que la función primaria de la Legislatura debería estar dada por el trabajo de los legisladores, tanto en la creación de leyes y la definición del presupuesto como en el contrapeso frente a los demás poderes, cada legislador “le cuesta” al estado provincial 128 millones de pesos por año, en promedio.
Aplicado a la Cámara baja, que se aprobó un presupuesto anual de 10.100 millones de pesos para 2021, cada uno de los 92 diputados bonaerenses “le cuesta” 109 millones de pesos al año al Estado.
En la Cámara Baja, la dieta oficial o sueldo mensual promedio de cada diputado ronda los 145.000 pesos. Pero luego cada legislador puede repartir entre 1000 y 1200 módulos, a razón de 215 pesos cada uno, que se usan para pagar a los empleados políticos de cada legislador.
El “funcionamiento” de los 46 senadores es aún más caro: 156 millones promedio, que resulta del presupuesto aprobado para el cuerpo de 7200 millones de pesos anuales, divido por la cantidad de miembros de la Cámara Alta.
Las autoridades legislativas destacan que el presupuesto de la Legislatura es menor al 0,9% del presupuesto general autorizado para gastos. Argumentan -además- que en la Legislatura no solo se tratan leyes: los legisladores tienen también por tarea monitorear al gobierno.
Este año recibieron informes de la ministra de Gobierno, Teresa García; del ministro de Salud, Daniel Gollán; del ministro de Producción, Ciencia y Tecnología, Augusto Costa; del ministro de Justicia, Julio Alak; y del jefe de gabinete, Carlos Bianco.
Tanto Otermín, alfil del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, como Magario, exintendenta de La Matanza, pueden disponer el reparto de fondos extraordinarios más allá de las dietas de cada legislador, que se mantienen en estricta reserva.
Parlamento quieto
El Senado sesionó solo dos veces en lo que va de este año: el 20 de abril y el 18 de mayo. Hubo una tercera sesión, pero de homenaje, el 24 de marzo. Durante esa jornada no se votaron leyes ni se debatieron proyectos, ya que fue un acto declarativo en repudio al último golpe de Estado y en recuerdo de las víctimas de la dictadura. Esta citada una nueva sesión la semana que viene.
En la última sesión se autorizó al Poder Ejecutivo a comprar vacunas. Hay otros temas pendientes de interés para la población, como leyes para facilitar la provisión de vacunas a niños discapacitados. O pliegos de jueces y fiscales que duermen en el Senado.
La Cámara de Diputados estuvo apenas más activa: sesionó seis veces este año. Los días 4 y 25 de marzo; 8 y 15 de abril; 13 de mayo; y 17 de junio. Es decir, una vez por mes en el promedio del primer semestre.
Algunos legisladores confiesan en la intimidad sentir “vergüenza” ante la parálisis legislativa, que se extiende a la tarea administrativa dentro de cada cámara. No es una exageración: LA NACION intentó comunicarse el viernes por la mañana con varias oficinas del Senado y de Diputados. No tuvo suerte para encontrar los datos que no están publicados en el sitio oficial. “Intente después de las diez de la mañana, a ver si tiene más suerte”, dijo el telefonista, tras intentar comunicarse con cinco dependencias que estaban vacías.
Las dos cámaras tienen, también, serios déficits en lo que respecta a transparencia: no hay publicidad de las dietas de cada legislador, de la distribución de los módulos ni de los subsidios.
Cargos políticos
La Cámara de Diputados solo informa que tiene un total de 1377 empleados, de los cuales 920 son de planta permanente con estabilidad, 131 son de planta permanente sin estabilidad y 224 son de planta temporaria, que se suman a los 92 diputados y seis funcionarios de ley.
La Cámara de Senadores ni siquiera publica el número de empleados en la ley 15.228 que aprobó el presupuesto del cuerpo para el año en curso. Este detalle sí figura en la norma que aprobó el presupuesto para la Cámara de Diputados.
De acuerdo con una planilla anexa, el Senado tiene 1023 cargos de planta permanente y 223 cargos de planta temporal de bloque político.
La presidenta del Senado, además, está autorizada por ley a “incrementar” el valor de los módulos que se pagan los cargos. Magario no respondió a LA NACION para dar cuenta de la aprobación de estos cargos.
Los módulos, que tienen un valor en torno a los 328 pesos cada uno, no se reparten equilibradamente entre los 46 senadores: mientras la presidencia y los funcionarios de ley disponen de 1200 módulos, hay senadores que no disponen de más de cien módulos para sostener a sus empleados. Esos módulos se reparten de acuerdo a la cantidad de comisiones que integra cada senador, que a su vez se distribuyen entre los representantes de cada bloque político.
La Cámara Alta provincial cuenta con mayoría de senadores de Juntos por el Cambio, pero todos los gastos están aprobados por el vicepresidente primero, Alfredo Fisher (Frente para la Victoria), y los secretarios Legislativo, Luis Rolando Lata, y Administrativo, Roberto Feleti. Ellos se encuentran entre los más favorecidos por el reparto de módulos.
Feleti atendió a LA NACION, pero se negó a informar el valor de la dieta de cada uno de los 46 senadores. Solo manifestó que “es similar a la dieta” que cobran los diputados. “Hice un juramento al asumir que no puedo romper”, argumentó. “Los gastos corresponden a representantes votados democráticamente por el pueblo”, agregó.
Las dos leyes, con los presupuestos del Senado y de Diputados, fueron publicadas en el Boletín Oficial en una fecha conveniente para pasar desapercibidas: el feriado administrativo del 31 de diciembre de 2020. El presupuesto Legislativo 2021 fue aprobado el 22 de diciembre 2020 junto al presupuesto general de la provincia, que para este año es de 1,9 billones de pesos.