La avanzada de Mauricio Macri extrema la tensión entre Pro y la UCR, y enciende las alarmas en Juntos por el Cambio
El creciente protagonismo del expresidente y su intento de marcar el rumbo de la coalición opositora exacerba las fricciones con el radicalismo; el pedido de Carrió para que frene el “maltrato”
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La ofensiva que lanzó Mauricio Macri para redefinir la identidad de Juntos por el Cambio y estimular el debate en torno a la matriz ideológica del espacio, sobre todo ante la irrupción del fenómeno libertario de Javier Milei, hace crujir el vínculo entre el Pro y la UCR, los socios mayoritarios de la coalición opositora, con miras a las presidenciales de 2023.
La tensión entre macristas y radicales creció durante los últimos meses, al mismo tiempo que el expresidente resurgió y recuperó el protagonismo en Pro. Los últimos chispazos se produjeron a raíz de dos votaciones clave en el Congreso -consenso fiscal y la prórroga de impuestos a las ganancias y bienes personales, entre otros, hasta 2027-, la negociación por las candidaturas al Consejo de la Magistratura o el conflicto que se desató entre los representantes de JxC en Chubut por la eventual suspensión de las PASO. Las crecientes diferencias ideológicas entre Pro y la UCR, cuyos bloques votan de manera dividida con cada vez más frecuencia, volvieron a emerger a partir del debate por el presupuesto 2023 impulsado por Sergio Massa y preocupan a JxC.
La discusión por la identidad
Convencido de que hay un cambio de clima político en el país por el naufragio de la gestión del Frente de Todos, Macri levanta el perfil y reabre la discusión sobre la identidad de JxC. Su objetivo es custodiar la esencia de Pro, para que no pierda votantes frente a Milei. “Estamos siendo más juntos que el cambio”, deslizó en uno de los almuerzos de la cúpula de Pro. Si bien pretender conservar la unidad de JxC, insiste en que la fuerza opositora debe definir el “para qué” pretende volver al poder y unificar un relato para ganarle al kirchnerismo. Para Macri, hay una revalorización de las ideas liberales en la sociedad. Por eso, intenta bajarles línea a sus socios y marcar el rumbo: les dice que el electorado opositor les pide cambios de fondo y que la mayoría de la sociedad rechaza un modelo de “populismo light” o discursos “sensibles” o “progres”.
Atento al nuevo escenario, Macri no oculta su simpatía o respecto por la visión económica de Milei, quien lo invita a dejar JxC para forjar una alianza. Visualiza que en 2023 habrá mayor crédito social para avanzar con reformas estructurales.
El mayor protagonismo en la escena política del expresidente, que aún no definió si competirá o no en los comicios del año próximo, una decisión que podría alterar el tablero opositor, y su cruzada para aportar “claridad en las ideas” con un discurso de liberalismo extremo encendió las alarmas en la UCR y en la CC. Es que los principales referentes del radicalismo, como Gerardo Morales, Martín Lousteau o Facundo Manes, pretenden alejar a JxC de los “extremos” y defienden una visión de centro.
De hecho, en su última entrevista con Radio Mitre, Macri citó un análisis económico de Domingo Cavallo -”se viene un Rodrigazo”-, reivindicó el sistema de las AFJP -”habían ahorrado plata”- y volvió a sugerir que privatizaría a Aerolíneas Argentinas. Esas definiciones incomodan a los moderados de Pro, como Larreta, y enervan a los radicales.
Durante las últimas horas, Elisa Carrió, la líder de la CC, salió a reclamarle a Macri que frene sus ataques a la UCR. En diálogo con Radio Mitre, dijo que “nadie puede arrogarse ser líder de JxC ni despreciar el papel de otros partidos”. “Mauricio maltrata permanentemente al partido radical…No estoy de acuerdo con eso. Acá hay que respetar a todos”, remarcó Carrió, quien hace un mes y medio desató una crisis en JxC con su dura ofensiva contra Pro y la UCR por sus nexos con Massa.
La pelea con Morales
La relación entre Macri y Morales, jefe de la UCR, se quebró hace más de ocho meses. Primero chocaron por el aval al acuerdo con el FMI o el diálogo del jujeño con Sergio Massa y, luego, por el legado de Hipólito Yrigoyen o Carlos Menem. Más allá del enfrentamiento público, Macri y Morales tienen profundas diferencias respecto de cómo debe posicionarse JxC frente al gobierno de Alberto Fernández y cuál debe ser el futuro programa económico y la estrategia electoral del espacio en 2023.
El sábado pasado, Morales volvió a apuntar contra Macri al encabezar, vía Zoom, la apertura del encuentro nacional de mujeres radicales en Bariloche al criticar a los “eficientistas” de la oposición. “No le vamos a permitir al Frente de Todos ni tampoco a aquellos que dentro de JxC solo abrazan la eficiencia que nos roben nuestros sueños y la tarea de poner de pie a la Argentina”, exclamó el jujeño. Y remató: “Nosotros garantizamos la eficiencia en el manejo de las cuentas públicas, pero también la lucha por los derechos”. Fueron dardos dirigidos al expresidente.
Al igual que Manes o Lousteau, quienes compartirán hoy una charla con jóvenes en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el jefe de la UCR pretende que JxC se reconfigure y se convierta en una fuerza de centro para volver a ser una alternativa de gobierno en 2023. A los tres referentes radicales los une el rechazo a Milei y a la cosmovisión de Macri.
Morales cree que la UCR recuperó la vitalidad y el vigor para discutirle el liderazgo del espacio a Pro. Mientras acumula poder en el partido -sus detractores especulan con que buscará negociar una fórmula con el Pro-, el jujeño avizora un fuerte debate con sus aliados en torno al programa económico de JxC: “En ese plan vamos a tener que discutir muchas cuestiones referidas a políticas públicas y también a principios y concepciones, porque hoy más que nunca están vigentes los principios y valores de la UCR”, puntualizó.
Las críticas de Macri y Cristian Ritondo, jefe de bloque de Pro en Diputados, a los legisladores de la UCR de Jujuy y de Corrientes que votaron el consenso fiscal caldearon los ánimos en el seno del radicalismo en la antesala del debate por el presupuesto. Cerca de Morales consideran que Macri extrema el discurso para reposicionarse en el mapa de poder. Y se quejan de la postura intransigente de Pro en las votaciones en el Congreso. “Discute las formas y no la sustancia de lo que pasa. No entendió por qué perdimos en 2019. Su gobierno no fue bueno”, asegura uno de los colaboradores más estrechos de Morales. A la vez lo acusan de activar un plan para “obstruir en todo al Gobierno” e “instalar ideas de Pro como si fueran de todo JxC”.
El juego disruptivo de Manes
Manes, otro aspirante a la presidencia, también quiere darle su impronta a JxC. Es crítico de la experiencia de Cambiemos y apuesta a construir una coalición de “centro popular”, que incluya a sectores del peronismo, como Juan Schiaretti, y progresistas. Con un discurso anti-grieta, el médico considera que la UCR corre con ventaja frente a sus socios: “El Pro no hizo el duelo por la derrota de 2019 y la UCR sí de las experiencias de 2001 o Alfonsín”, les dice a los suyos.
El domingo volvió a provocar la reacción de “los halcones”, como Fernando Iglesias, cuando declaró en Radio Rivadavia que el Pro y el kirchnerismo “están en los extremos y no pueden construir una mayoría social”. El médico cree que la única forma de “transformar” el país es a través del diálogo. Pide “sortear la grieta” y buscar una mirada común sobre una agenda de reformas.
Entre los armadores de Manes -que pretende correrse de la peleas políticas y potenciar un aura de outsider- repiten que JxC debe ser una “coalición de ideas, no de personas”. “Estamos en un año no electoral, es natural que las diferencias salgan ahora”, señalan. Quieren reforzar la identidad del radicalismo.
Mientras un sector del radicalismo coquetea con la chance de fórmulas cruzadas con Pro, Manes prefiere que haya una competencia con el macrismo en las PASO. En el macrismo -y un sector de la UCR- todavía no digieren que haya evitado firmar el pedido de juicio político contra Fernández.
En las filas de la UCR también responsabilizan a Macri por la creciente tensión en Pro: entienden que busca dividir a su partido e impide que se consoliden los liderazgos de Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich para conservar la centralidad. “Es igual a Cristina. Solo habla con los suyos”, braman cerca de Morales. Desde la CC también le pide que ordene la interna en su partido.
La avanzada de Macri contra los radicales y su creciente protagonismo también complican a Larreta y Bullrich, quienes preservan el vínculo con sus socios de la UCR. Es que ninguno de los dos descarta una alianza con los radicales para las PASO de 2023. Mientras Larreta imagina a Morales, Gustavo Valdés o Carolina Losada como eventuales compañeros de fórmula, la exministra afianzó su vínculo con Alfredo Cornejo, un equilibrista en JxC.
En la UCR rechazan esas especulaciones, pero se jactan de que la posible suspensión de las PASO pondría en valor la estructura territorial del radicalismo en una eventual negociación con sus socios. Morales pretende competir por la presidencia, pero los suyos no descartan que evalúe compartir una fórmula o ser candidato a senador nacional. La decisión, cuentan fuentes radicales, estará atada a la situación económica. Eso sí, pretende garantizar que la UCR tenga un rol importante en la coalición y que se respete su “idea de país”.
En el entorno de Macri no ocultan el malestar con Morales -consideran que ataca al exmandatario para crecer en nivel de conocimiento-, pero relativizan el enfrentamiento. De hecho, el expresidente optó por no contestarle después del cruce por Yrigoyen, a quien calificó de “populista”.
En reuniones privadas, Macri deja trascender que, en caso de volver al gobierno, el Pro deberá tender puentes con los libertarios, como Milei o José Luis Espert, en el Congreso. Es que presume que con ese sector habrá más coincidencias que con la UCR a la hora de avanzar en reformas económicas de fondo. Dentro del universo radical, Macri tiene buena sintonía con Alfredo Cornejo, Martín Tetaz o Rodrigo de Loredo. Morales y Manes, en cambio, suelen ser blanco de sus críticas.
Lousteau, en alerta
En Evolución Radical, la fuerza de Lousteau, que se alista para la batalla por la Ciudad, la fortaleza electoral del macrismo desde 2007, una contienda que sacará a relucir las diferencias con Pro, sobre todo en materia de salud -ayer hubo un paro de médicos municipales en la Capital en reclamo de aumento salarial- o educación, consideran que el mayor protagonismo de Macri en el ecosistema opositor hace crecer la tensión entre Pro y sus socios. Lousteau y sus aliados vetan, ante todo, la apuesta de Macri por un “shock” económico de derecha. La bendición pública del expresidente a su primo, Jorge, para la sucesión de Larreta generó malestar en la UCR porteña. De hecho, lanzaron un contragolpe: dicen que Jorge Macri no cumpliría con los cinco años de residencia “anteriores” a la fecha de las elecciones, un requisito que fija la Constitución porteña. El ministro de Gobierno porteño rechazó esos planteos. “Estoy muy tranquilo porque cumplo sobradamente con los requisitos necesarios para ser jefe de gobierno. Desde diciembre de 2015 que tengo acreditada una residencia en la Capital. Además, sumado a esto, figuro en el padrón electoral de la Ciudad”, aseguró Jorge Macri.
Mientras pulsea con Morales por el perfil del radicalismo, el senador se acerca a Manes, rival del jujeño en la interna por la candidatura presidencial de la UCR. “Con Lousteau tenemos una visión complementaria”, dicen cerca del médico.
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