La Argentina y Ecuador retoman relaciones diplomáticas tras la expulsión de los embajadores por la fuga de una exministra de Rafael Correa acusada de corrupción
Los presidentes Fernández y Lasso acordaron designar nuevos representantes después de la huida de María de los Ángeles Duarte de la sede diplomática en Quito rumbo a Venezuela
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La reunión pasó casi desapercibida, en medio de la agitada cumbre de presidentes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el martes pasado, en Bruselas. Cerca del final de sus respectivos mandatos, el presidente Alberto Fernández y su par de Ecuador, Guillermo Lasso, hicieron ese día las paces formales y dieron por cerrado el escándalo abierto el 10 de marzo, cuando la exministra de Rafael Correa María de los Angeles Duarte, condenada a ocho años de prisión por hechos de corrupción, se fugó de la sede de la embajada argentina en Quito, donde estaba asilada, con rumbo a Venezuela.
El conflicto, que incluyó duras cartas y acusaciones mutuas entre Fernández y Lasso, terminó con la expulsión del embajador argentino, Gabriel Fuks, se llevó puesto también al canciller ecuatoriano Juan Carlos Holguín, y determinó la salida del embajador ecuatoriano en Buenos Aires, Xavier Monge. Una muestra de la intención de dar vuelta la página se dio hoy en el Boletín Oficial, en el que se formalizó la designación de Fuks-cuarto candidato al Parlasur en la lista oficialista para las PASO y cercano al jefe de gabinete Agustín Rossi-como nuevo subsecretario para América Latina de la Cancillería.
“Ambos presidentes remarcaron la importancia de haber normalizado las relaciones diplomáticas con la designación de nuevos embajadores en Quito y Buenos Aires, respectivamente, implementado a través de los cancilleres Santiago Cafiero y Gustavo Manrique”, sostuvo el escueto comunicado, la semana pasada, mencionando a ambos cancilleres, que también participaron de la reunión en Bruselas.
Esas designaciones ya tienen nombre: en pocos días, el diplomático de carrera Eduardo Acevedo Díaz llegará a Quito mientras que Lotty Andrade, actual funcionaria de la cancillería de Lasso, se hará cargo de la delegación diplomática de Ecuador en el país. Ambos países, confirmaron a LA NACION fuentes diplomáticas, ya aceptaron los respectivos plácet, por lo que en las próximas semanas los nuevos embajadores llegarán a su destino.
“Hemos recompuesto las relaciones, el tema quedó sin sangre”, contaron fuentes diplomáticas argentinas que siguieron de cerca las negociaciones bilaterales, que duraron cerca de dos meses y que culminaron con la tregua.
“Ecuador y Argentina continuarán estrechando sus lazos de cooperación, especialmente en comercio. A su vez, restablecimos las relaciones diplomáticas con la designación de nuevos embajadores en ambos países”, escribió Lasso en su sitio de twitter, sin referencias al escándalo diplomático que dividió aguas con Buenos Aires, y ya cerca del final de su mandato, ya que luego de disolver el parlamento, que se disponía a destituirlo, Lasso llamó a elecciones generales para el tercer domingo de agosto (una semana después de las PASO nacionales) y quien triunfe completará su mandato, hasta 2025.
Hoy me reuní con el presidente de Argentina, @alferdez.
— Guillermo Lasso (@LassoGuillermo) July 18, 2023
Ecuador y Argentina continuarán estrechando sus lazos de cooperación, especialmente en comercio.
A su vez, restablecimos las relaciones diplomáticas con las designación de nuevos embajadores en ambos países. pic.twitter.com/jfdel36VPg
Al explotar el conflicto, Lasso fue muy duro con el gobierno argentino, al que acusó de complotarse para favorecer la fuga de Duarte, funcionaria de confianza del expresidente Rafael Correa, quien también estuvo la semana pasada en Bruselas, donde vive asilado por la condena que pesa sobre él de la Justicia ecuatoriana. Casualidad o no, Correa pasó por el hotel en el que estaba alojado el presidente argentino y se fotografió, sonriente, con la portavoz Gabriela Cerruti, camino a una entrevista televisiva.
“Lamento que haya puesto por delante su amistad personal e identidad política con Rafael Correa por sobre la relación fraterna entre los pueblos de Argentina y Ecuador”, le escribió Lasso a Fernández al estallar el cionflicto, quien le pidió que hiciera “el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula”. Fuks, en tanto, estuvo obligado a dar explicaciones ante el entonces canciller Holguín, y sus argumentos, consistentes en negar cualquier ayuda a Duarte, no convencieron: fue declarado persona no grata y obligado a salir de Ecuador en 72 horas.
Correa, quien se prepara para volver a la presidencia dentro de dos años, siempre coincidió con la tesis del Gobierno y la Cancillería, que consistió en culpar a Lasso por la situación de Duarte, asilada durante casi dos años en la sede de la amplia embajada argentina en Quito, y con salvoconducto negado por su administración. “Para cubrir esa ineptitud lo que hicieron fue botar al embajador y dañar las relaciones con Argentina, una locura. A esta gente le duele la muela y le van a tirar piedras a un ginecólogo”, dijo Correa en una entrevista con LA NACION, a fines de marzo.
Debilitado políticamente, su rival Lasso prefirió dejar pasar el tiempo y retomar el vínculo con la Argentina antes de irse del poder. También para Fernández, con poco más de cuatro meses de presidencia por delante, el acercamiento consigue cerrar un capítulo, aunque está clara la cercanía, del kirchnerismo en general, con el expresidente Correa, quien apuesta a su candidata en esta próxima elección, Luisa González, para comenzar a retornar al poder.
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