“La Argentina necesita conversar sobre el racismo”: crítica columna contra el presidente Alberto Fernández
Un artículo de la periodista especializada Sylvia Colombo ahonda en los problemas estructurales del país, en un contexto sanitario gravísimo; y toma como disparador un hecho reciente: “la frase racista del presidente revela la negación de las raíces mestizas y negras de su sociedad y que subyace en la formación de la identidad cultural argentina”
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Luego del reciente error del presidente d la Nación, Alberto Fernández, que le valió críticas en la región, esta noche se conoció un nuevo artículo del diario estadounidense The New York Times, titulado “La Argentina necesita conversar sobre el racismo. Alberto Fernández lo demuestra”, donde se critica con dureza al mandatario argentino.
El error del presidente motivó esta columna de opinión, firmada por Sylvia Colombo, una periodista de Brasil especializada en coberturas de América latina, que escribió sobre el error del titular del Ejecutivo: “Sus críticos señalaron la ignorancia de Fernández y algunos hablaron de que cada vez se muestra menos preparado para el puesto y para los desafíos que enfrenta el país”.
La periodista analizó la frase señalada como racista por la comunidad internacional: “El problema es que no solo se trató de un paso en falso. La frase racista de Fernández revela la negación de las raíces mestizas y negras de su sociedad y que subyace en la formación de la identidad cultural argentina: la resistencia a reconocer que el país se forjó mediante un proceso de mestizaje complejo y a veces brutal, como el resto de la región, está bien arraigada. Y aunque Fernández intente en posicionarse hoy como un político liberal de centroizquierda, en el fondo también piensa como el sector que sigue creyendo que los argentinos son europeos. Su idiosincrasia parece haber hablado más fuerte en esa frase que sus credenciales académicas y políticas”.
Colombo retoma en su artículo la descripción de “una tradición de pensamiento racista” que “sigue vigente” y “viene de lejos”; en este sentido, cita como referencia a la obra de Domingo Faustino Sarmiento, “quien en su literatura y ensayos rechazó el elemento indígena en favor de la influencia racial e intelectual europea”. Y subraya: “La visión de Sarmiento continuó, de forma brutal, en uno de sus sucesores en la presidencia y prócer nacional, el general Julio Argentino Roca”.
“Poco antes de ser presidente continúa la columna- Roca lideró la conocida Conquista del Desierto, que comenzó en 1878. En esa campaña militar, con la supuesta idea de llevar la civilización a los rincones más apartados del país, el ejército asesinó a miles de ranqueles y de otras comunidades indígenas. Hasta la fecha se desconoce el número exacto de muertes, pero es correcto decir que esa campaña, ahora clasificada por expertos como un genocidio, buscó el exterminio de los indígenas, los despojó de sus territorios y ayudó a establecer una idea arraigada en el imaginario colectivo de que la herencia indígena en el país había sido erradicada”.
Además, cita dos ejemplos de presidentes contemporáneos para marcar la línea de trayectoria de pensamiento que el artículo tiene como guía: “En la década de los noventa, el presidente peronista Carlos Menem, consultado sobre la presencia de la población afroargentina en la sociedad, dijo que los negros eran un problema brasileño. Y en el Foro Económico Mundial de Davos de 2018, el expresidente Mauricio Macri afirmó: ‘En Sudamérica todos somos descendientes de europeos’”.
Para cerrar su artículo, Colombo sostiene que “todavía el mito de la nación europeodescendiente y blanca prevalece en buena medida en Buenos Aires”; aunque advierte que “basta con ir a las provincias para darse cuenta de que está equivocado y que mantenerlo puede ser peligroso”. Luego, ya en el tramo final de su columna, define al respecto la autora: “Si un país niega a una parte de su población, las vidas, necesidades y reclamos de esa parte crucial se seguirá marginalizando e invisibilizando. Los mapuche argentinos, que aún reclaman su tierra, la soberanía y el derecho a hablar su lengua, son un buen ejemplo”.
Y concluye: “La clase política tiene la obligación moral de impulsar una conversación más profunda sobre la identidad nacional. Ese debate debe dar origen a mejores políticas de inclusión. Aunque es cierto que las cosas han mejorado en los últimos tiempos con la actividad de movimientos y organizaciones que defienden a esas minorías y con avances promovidos en los últimos gobiernos, la frase de Fernández refleja un prejuicio antiguo que se debe derrumbar”.
La frase de Alberto Fernández
Tras la reciente conferencia con su par español, Pedro Sánchez, el presidente Alberto Fernández se convirtió en tendencia luego citar al escritor mexicano Octavio Paz, de manera equivocada. “Escribió alguna vez Octavio Paz que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva, pero nosotros, los argentinos, llegamos en los barcos de Europa. Así construimos nuestra sociedad”. Las reacciones empezaron a acumularse por el costado negativo hacia los pueblos de la región que subyacía en la expresión, con la que el Presidente intentaba empatizar con el invitado español. Este hecho generó además de respuestas diplomáticas, una serie concatenada de publicaciones de tono lapidario.
Pero, además de la inconveniencia diplomática resaltan dos hechos concretos: ni Octavio Paz lo escribió en su obra conocida ni la expresión que se le atribuye al poeta ganador del Premio Nobel incluye la palabra “indios” ni hace referencia a los “brasileños” que “salieron de la selva”.
Tal como publicó LA NACION, en realidad la frase utilizada por Fernández corresponde a un viejo lugar común que fue cayendo en desuso por resultar hiriente para los pueblos originarios, tiene al menos dos registros bibliográficos conocidos. El primero de ellos no tiene que ver con Paz sino con otro escritor mexicano; Carlos Fuentes. Durante años hacía alusión en entrevistas a la idea de los argentinos como “descendientes de los barcos”, pero en el 2000 arrancó así el prefacio de Los cinco soles de México, una selección de textos de su extensa obra literaria y ensayística: “Recientemente, un periodista nos preguntó a un grupo de mexicanos: ‘¿Cuándo empezó México?’ Un tanto perplejo, consulté mi respuesta con un amigo argentino, toda vez que la Argentina es, en América Latina, el polo opuesto de México, tanto geográfica como culturalmente. Mi amigo, el novelista Martín Caparrós, me contestó primero con el famoso chiste: ‘Los mexicanos descienden de los aztecas. Los argentinos descendimos de los barcos’. Y es cierto: el carácter migratorio reciente de la Argentina contrasta con el perfil antiquísimo de México. Pero Caparrós me dijo algo más: ‘La verdadera diferencia es que la Argentina tiene un comienzo, pero México tiene un origen”.
O sea que antes de Paz fue Fuentes citando a Caparrós, citando un dicho popular. O más bien: un “viejo chiste”, que de tan viejo estaba en una canción de Lito Nebbia de 1982, “Llegamos de los barcos” (del disco Lito Nebbia & los Músicos del Centro). A Fernández se le mezclaron los autores: la cita que recordó se parece más a la versión de su músico favorito, que decía: “Los brasileros salen de la selva / los mejicanos vienen de los indios / pero nosotros los argentinos / llegamos de los barcos / pero nosotros los argentinos / llegamos de los barcos”.
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